El expresidente residente en Bélgica, con guardia pagada por el Estado ecuatoriano, ha anunciado su intención de regresar al país el 24 de noviembre con pedidos de explicaciones sobre una reunión del Presidente Lenín Moreno con Paul Manafort.
Paul Manafort, exdirector de campaña de Donald Trump, acusado de conspiración contra Estados Unidos, se unió a la campaña de Trump en marzo de 2016 y ejerció como director de la misma entre junio y agosto, el año de la luna de miel entre el expresidente y el actual mandatario. El año en que el expresidente todavía manejaba todos los hilos del poder, porque no se hacía nada sin su visto bueno previo. Así lo daba a entender sabatina tras sabatina.
Entre los 12 cargos que enfrenta Manafort están el de conspiración para lavar dinero, ser agente no registrado de una autoridad extranjera (tipo Rusia Today, una de las agencias mimadas del expresidente), declaraciones falsas y no presentación de informes de bancos extranjeros y cuentas financieras. Manafort se declaró no culpable en una corte federal de Washington horas después de haberse presentado ante el Buró de Investigaciones Federales.
Si bien los cargos de Manafort no están vinculados directamente con su trabajo en la campaña de Trump, es uno de los primeros en enfrentar a la justicia como parte de la investigación sobre la posible interferencia de Moscú en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016.
“Si lo ocultan es porque algo esconden. (…) Los acuerdos políticos tienen que ser a la luz del día”, dijo el expresidente en una entrevista con The Associated Press. Así de textual, por si alguna duda cabe: los acuerdos políticos tienen que ser a la luz del día. Lo dijo un político con muchos acuerdos para mantenerse en el poder. Con acuerdos con grupos y movimientos a los que después dio la espalda. ¿Se acuerdan de la iniciativa Yasuní? ¿Qué grupo político fue a sacar a palos a los miembros del Tribunal Constitucional porque daba largas a la consulta sobre la Asamblea Constituyente que diseñó un traje a su medida? ¿Quién se declaró el primer acostista? ¿Quién hizo bullying con Alberto Acosta.
“Es muy preocupante que haya habido la visita de un tipo como Manafort y que se haya mantenido oculta, escondida, esa visita al pueblo ecuatoriano”, dijo el expresidente sobre en ese entonces su hombre de mayor confianza porque era el candidato a sucederlo. Es como pretender asumir que las reuniones de gente del entorno más cercano del expresidente con gente de Joamy Ema ya lo hiciera parte de ese caso.
Pero más allá de eso lo que preocupa es que al expresidente no le preocupe la reuniones del vicepresidente sin funciones al que tanto defiende con gente de Odebrecht, con el delator de Odebrecht, con el caso por el que varios de sus funcionarios o están en prisión o son requeridos por la justicia, incluido su lujo de contralor. O que un tío de su vicepresidente haya asumido tantas responsabilidades en su gobierno sin ocupar función alguna.
Así funcionan las fake news, un tema de un apasionante debate en la Universidad Casa Grande de Guayaquil, cuando un temblor se hizo parte del simulacro de un temblor. Por eso es de esperarse que el expresidente vuelva, porque hay muchas cosas sin explicar.
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