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¿Es el freelancing el futuro del empleo?

domingo, octubre 15, 2017
Quizás la cara más glamorosa de los freelancers sea la llamada clase creativa, una categoría conectada, altamente educada y globalizada de trabajadores que se especializan en comunicaciones, medios, diseño...
Tiempo de lectura: 4 minutos

Hoy en día, los freelancers representan el 35% de la mano de obra de los Estados Unidos. En la Unión Europea, la tasa es del 16,1%. Ambas cifras demuestran la misma tendencia global: desde empresarios creativos hasta aquellos que son pagados por tareas, el freelancing está en aumento en todo el mundo.

De igual manera son los análisis de este fenómeno, ya que los periodistas, los sociólogos, los especialistas en recursos humanos, los entrenadores de vida, incluso los autónomos, tratan de descubrir “la verdad” sobre el trabajo independiente.

Eso se debe a que la actualmente conocida como la “economía por tarea”, es un fenómeno de doble filo y evoluciona sin cesar. El freelancing es a menudo retratado como liberador, potenciador e incluso glamoroso, pero la realidad es mucho más compleja.

En los países conformados por la OCDE (Organización para Cooperación en la Economía y el Desarrollo), los estudios muestran que estos individuos trabajan principalmente en el sector de servicios (50% son hombres y 70% mujeres). El resto se reparte en otros sectores, desde asistentes en línea hasta arquitectos, diseñadores y fotógrafos.

Desde la clase creativa a lo inestable

Un estudio reciente muestra que la mayoría de los freelancers en los países de la OCDE son “multitarea”, lo que significa que su contrato de trabajo complementa otra posición a tiempo parcial o de tiempo completo.

Estos ingresos adicionales pueden variar considerablemente. Aquellos que pasan unas horas al mes editando manuales instructivos desde su casa pueden ganar unos pocos cientos de dólares al mes. Mientras que terapeutas ocupacionales de tipo freelance puede obtener diez veces más de lo que ganarían trabajando a tiempo completo en esta industria creciente.

Quizás la cara más glamorosa de los freelancers sea la llamada clase creativa, una categoría ágil, conectada, altamente educada y globalizada de trabajadores que se especializan en comunicaciones, medios, diseño, arte y tecnología, entre otros sectores.

Son arquitectos, diseñadores de páginas web, blogueros, consultores y similares, cuyo trabajo consiste en mantenerse al tanto de las tendencias. Los más vanguardistas entre ellos terminan jugando el papel de “influenciadores” sociales.

En Londres, este grupo ha sido parcialmente responsable de lo que el economista Douglas McWilliams ha denominado como la “economía complementaria”, un mercado floreciente, basado en la creatividad, que combina enfoques innovadores para negocios y estilo de vida.

Estos hipsters de la economía, a los cuales también se los referencia como “creativos”, pueden tener relativamente éxito en su trabajo por cuenta propia, con numerosas tareas y una amplia cartera de clientes. Para McWilliams, esto podrían representar el futuro de la prosperidad británica.

El ascenso del trabajo de este tipo puede ser un indicador clave para futuro, especialmente en términos de prácticas de colaboración. Los freelancers ya están facilitando la administración de proyectos.

A pesar de que trabajan duro, aunque de una manera mucho menos exaltada, se encuentran el grupo de los “precarios”. Estos se encargan de realizar tareas repetitivas por largas horas, a menudo para una sola plataforma, como es el caso del trabajo en línea de Trabajos Colaborativos de Amazon. La mayoría de sus tareas no requieren un alto nivel de experiencia y creatividad, y son así fácilmente intercambiables.

La seguridad en el trabajo no está fijada para estos ayudantes en línea, y aunque probablemente trabajan para una sola compañía, como lo hacen los empleados, los beneficios son casi inexistentes.

Entre la clase creativa y aquellos que luchan por hacer suficientes tareas que les permita sustentarse, hay un montón de intermediarios: los blogueros impulsados por su pasión por escribir, pero luchando para ganar una vida decente, asistentes en línea satisfechos con sus empleos que antes se habían enfrentado al desempleo; los estudiantes que ganan unos cuantos dólares extra trabajando un puñado de horas a la semana como diseñadores gráficos.

Los trabajadores autónomos constituyen una población diversa -sus antecedentes educativos, sus motivaciones, sus ambiciones, sus necesidades y su disposición para trabajar difieren de un trabajador a otro-, por lo que resulta difícil para los periodistas representar con precisión su diversidad sin recurrir a la ironía.

La búsqueda de la libertad … y un ingreso

El freelancing es cada vez más una opción para la gente que desea escapar de la jornada laboral de 09:00 a 17:00.

Muchos freelancers, cualquiera que sea su trabajo, pueden haber optado originalmente por este modelo de empleo porque ofrece (o parecía ofrecer) libertad -la libertad de trabajar en cualquier momento y, en algunos casos, en cualquier lugar-. Solo el 37% de los actuales freelancers estadounidenses dicen recurrir al trabajo de tareas por necesidad. En 2014, esa cifra fue mayor, con un 47%.

Por supuesto, este no es el final del asalariado. El trabajo a tiempo completo, basado en la empresa, sigue siendo el estándar para el empleo en la mayoría de los países occidentales.

Sin embargo, con el auge del trabajo en línea, la automatización y el potencial ilimitado de la colaboración conjunta, es lógico que cada vez más empresas comiencen a desarrollarse e incluso crezcan con un número considerablemente menor de empleados.

Esto no significa necesariamente un aumento del desempleo. En cambio, probablemente signifique la existencia de una mayor cantidad de freelancers, que se formarán y se reformarán en torno al desarrollo de proyectos en la evolución de redes laborales.

El ascenso del trabajo de tipo freelance puede ser un indicador clave para futuro del trabajo, especialmente en términos de prácticas de colaboración. Los freelancers ya están facilitando la administración de proyectos. Pronto, también estarán produciendo, comunicándose y colaborando con empresas, clientes y con la sociedad en general.

Dado a que no son una clase homogénea de trabajadores, la gestión de estos nuevos gerentes no será simple. En la actualidad, no existe un sistema de protección social que englobe a todos los freelancers, desde limpiadores de casas y taxistas hasta arquitectos y editores de noticias.

¿Cómo pueden estos individuos agruparse y trabajar juntos para promover y defender sus diversos intereses laborales? Seguramente, algún freelancer ambicioso está resolviendo este caso ahora mismo.

 

https://theconversation.com/is-freelancing-the-future-of-employment-80253

 

Anthony Hussenot

Maestro de conferencias en teorías de las organizaciones y de gestión, Universidad Paris Dauphine – PSL

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