Fue Charlottesville, luego Barcelona. También está Rusia. ¿Por qué? Es una pregunta difícil de responder desde la lógica, desde los argumentos racionales. Hay muchas explicaciones que se intentan. Y todas válidas. Los violentos, desde sus actitudes, tratan de imponer a la sociedad una forma de miedo y la sociedad no se deja. Ese es su mejor valor. Por eso los terroristas vuelven una y otra vez sobre ese miedo.
El terrorismo tiene un caldo de cultivo difícil de entender. América Latina lo ha vivido. Ecuador también, aquí a la vuelta de la esquina con Sendero Luminoso o las FARC.
El terror da tanto miedo que la única alternativa es no tenerle miedo. Contra ellos, por las víctimas. Por la humanidad.
Hay que salir y gritar: No tenemos miedo, como en Barcelona. Como en Charlottesville.
El miedo no es posible.
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!
La IA marca una nueva era en los procesos editoriales
ENTREVISTA: Energía sostenible: el futuro empieza en casa
El Centro de Estudios Galápagos de la UNC recibe apoyo de Royal Caribbean Group
¡Sí se puede!, otra vez levanta el ánimo del Ecuador
‘El proceso de transición es clave en el caso Telconet’