El expresidente Rafael Correa engañó a los ciudadanos diciéndonos que la economía del país estaba bien manejada y la dejaba en buena situación, pero el Presidente Moreno, quien durante la compaña no dijo nada a los ciudadanos, ahora lo ha desmentido al decir que la mesa no está servida. El tema se ha vuelto la comidilla de las redes sociales, pero quedan varias preguntas: ¿Qué hará el presidente Moreno con la crisis económica? ¿Por qué mantiene gran parte del equipo económico de su mentor? El mismo equipo que llevó al país a la situación económica actual.
El presidente Moreno y el Ministro De La Torre ahora reconocen que hay un problema con el déficit fiscal, pero no responden a lo sustancial: ¿qué medidas tomarán para reducirlo? Solo hay dos maneras de afrontar el déficit fiscal: o reducir el gasto público o aumentar los impuestos, ¿Que hará Moreno? ¿Se acudirá al FMI? ¿Se pedirán más créditos?
Para empezar, el plan Toda Una Vida, promesa de campaña electoral, no es viable porque supone un gran aumento de gasto y ya no hay capacidad de gastar más. El Presidente Moreno salió elegido sin decirle la verdad a los ciudadanos sobre la crisis económica (verdad que ahora reconoce), y haciendo promesas que no podrá cumplir. Por ello su legitimidad queda en entredicho.
Por ahora, lo importante ha sido reconocer el complejo panorama económico que muchos economistas y la misma oposición ya lo lleva adviertiendo por años. Si se hubiesen tomado las medidas a tiempo la situación del país sería mucho mejor ahora y se podrían haber mejorado las capacidades. Rafael Correa, en reiteradas oportunidades, se atribuyó haber salvado la situación económica y aseguró que la economía gozaba de buena salud.
Ahora, un día después de que el expresidente Correa viajara a radicarse en Bélgica. Parece que ya es el momento de reconocer la situación y afrontarla.
El primer paso para salir de un problema es reconocerlo. Ahora se debe hacer un diagnóstico transparentando las cifras, y en función de ello abrir el debate sobre las medidas a tomar. Mis recomendaciones son claras y evidentes, las medidas deben estar encaminadas a reducir el gasto público, liberar la economía, abandonar el hostigamiento a los empresarios que pueden generar mayor riqueza. Lo importante es generar un ambiente de confianza y brindar la sensación de seguridad con soluciones y reglas claras, no continuar en la incertidumbre generada por la irrealidad.
Entre otras acciones, se deben firmar tratados de libre comercio con otros países y empezar a exportar más. Pero ninguna solución llegará de un día para otro. Una vez que se adopten las medidas correctas pasará un tiempo hasta que sean efectivas. Una vez que Moreno dialogue con el sector económico, tendrá que tomar medidas, estas medidas transformarlas en leyes que pasen el proceso de la Asamblea Nacional, proceso que lleva su tiempo, y aun ni aproadas las leyes tendrán efecto inmediato, tendrán que pasar meses hasta que los agentes económicos reaccionen en consecuencia y comiencen generar riqueza.
El impacto económico ya está presente en el Ecuador, pero el reconocimiento del presidente permite a los analistas económicos empezar a vislumbrar expectativas mucho más positivas, porque ha dejado atrás el mundo irreal en el que la economía ecuatoriana estaba “bien gobernada” y había salido de “la tormenta perfecta” y por fin ha comenzado a hablar de soluciones.
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