Donald Trump advirtió al Gobierno chavista de Nicolás Maduro que tomará fuertes y rápidas acciones económicas si procede con la celebración de una Asamblea Nacional Constituyente convocada para el 30 de este mes. Fuertes y rápidas sanciones económicas que pueden traducirse en cerrar la llave del petróleo, dejar de comprar petróleo, la única fuente de ingresos de un Gobierno que destruyó todo el aparato productivo en su afán desmesurado de volver a todos pobres para poder repartirles la miseria creada.
Nicolás Maduro ahora parece que va a quedarse con su sueño de poder reunirse con Donald Trump para un tête à tête, al que parece admirar en secreto, más que a Vladimir Putin o a Raúl Castro. “El domingo, el pueblo venezolano repitió de manera clara que apoyan la democracia, la libertad y la ley -escribió Trump-. Sin embargo sus acciones valientes y rotundas siguen siendo ignoradas por un líder malo que sueña con convertirse en un dictador”.
Maduro, desde la visión de Trump, ni siquiera ha logrado convertirse en dictador. Eso más que Trump lo ha mostrado un gigante acto de desobediencia civil, millones de personas armadas solo con su voluntad, volcadas a las calles para reclamar el fin de una tiranía que se pretende inmortal. Solo porque le queda el petróleo.
Puertas adentro en muchos sectores del oficialismo cayó como un balde de agua fría la designación de Fernando Larenas, un periodista con una gran trayectoria y amplia experiencia, como director editorial del diario El Telégrafo, convertido en empresa pública por el anterior Gobierno para dejar claro que todos los que trabajaban ahí eran empleados públicos que debían responder a una línea del Gobierno, no a una agenda de intereses que pueden ser públicos. El reto que Larenas deberá enfrentar en medio de una rasgadura de vestiduras de un oficialismo alienado con la tesis de que los medios públicos solo deben responder a los intereses de los que ganan elecciones, porque los demás no importan.
Tania Orbe, de la Universidad San Francisco de Quito, reflexiona en La Conversación sobre el sentido de los medios públicos. ¿Qué deberían ser y qué papel deberían jugar en la sociedad?
El lunes, el comienzo de semana en Quito, sorprendió con una llovizna que tuvo el don de apagar un incendio forestal en Zuleta. Pero la mañana gris fue más gris cuando comenzaron a aparecer detalles de unos escalofriantes asesinatos en las afueras de Quito, en El Quinche. Un hombre mató a sangre fría a tres mujeres y luego se suicidó.
Un caso de femicidio, de violencia extrema contra la mujer, porque ahí no hay celos ni crímenes pasionales. Ahí hay solo violencia cruda, violencia explícita, violencia extrema del macho que se cree dueño de alguien.
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