Glenda Morejón fue recibida por una multitud en su natal Ibarra; con una corona de flores recorrió la ciudad en un bus facilitado por la prefectura de Imbabura, junto a su entrenador Giovanni Delgado y sus compañeros de equipo. Una gran pancarta instalada en los exteriores de su hogar, en el barrio la Bola Amarilla decía: Bienvenida Glenda Morejón.
Su padre, Luis Morejón, está desempleado por fuera, pero es el encargado de mantener en orden la casa, lo que suele llamarse labores domésticas. Su madre, María del Carmen Quiñónez, tiene un puesto de frutas en el mercado 24 de mayo de Otavalo. “Cuando me enteré de su triunfo, troté desde Ibarra a Otavalo. Fue una promesa que le hice a la virgen de Monserrat”, dijo su padre a la prensa. Su madre no fue a trabajar el día que Glenda volvió al país.
Glenda Morejón recibe una beca mensual de $60 de la Federación Deportiva de Imbabura. Esa beca se va a incrementar a $80, un 25 por ciento más tras su triunfo.
Una vergüenza para el país, sin duda, si se considera todo lo gastado en el mundial del hornado, del encebollado y de tantos mundiales en los que fuimos ganadores entre nosotros. En los mundiales en los que el ganador fue un partido político que creyó elevar el espíritu ecuatoriano, elevando el ego de algunos. El Ecuador está en otra parte, sin duda.
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