Una vez que el presidente Lenín Moreno ha reconocido que su antecesor no dejó la “mesa servida”, como aseguraba Rafael Correa al decir que las cosas estaban en orden materia económica, le corresponde aclarar las cifras, presentar un plan económico concreto y tomar medidas para enfrentar la crisis. Esta es la visión que comparte con La Conversación el decano de Economía de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), Pablo Lucio Paredes.
A 50 días en el cargo, el presidente Lenín Moreno ¿ya debió haber transparentado el estado real de la economía que dejó el gobierno anterior?
Se ha dicho que la situación es muy difícil, que no se ha dejado la mesa servida y que se debió ser más prudentes, pero claridad en las cifras aún no hay. Sobre todo en el tema de deuda, aún no se presenta la sumatoria de todo lo adeudado, al IESS por diversas razones, a jubilados del sector público, a los contratistas petroleros, por venta anticipada de petróleo, al Banco Central, a los bancos privados… Al final, los analistas externos al gobierno tendrán la razón: la deuda del gobierno es al menos $10.000 millones superior a lo que se decía.
¿Ya es tiempo de conocer el plan económico del gobierno y de dónde saldrán los recursos para la ejecución del Plan Toda Una Vida?
Por supuesto que es tiempo, pero sobre todo el plan económico debe ser muy claro, concreto y completo en enfrentar los graves problemas anunciados. Claro, de ahí deben salir recursos para cualquier cosa adicional que se quiera hacer, como el Plan Toda una Vida, que si es bien enfocado con calidad hacia la gente más pobre, está muy bien.
Entre los factores que abonaron la crisis está el descomunal gasto público, así como la falta de acumulación de ahorros líquidos y la eliminación de los fondos de ahorros. ¿Para pagar la deuda pública, atacar el déficit, etc. son necesarias medidas de shock?
Es una de las discusiones al interior del gobierno: ¿shocks o gradualismo? El primero corrige más rápido los desajustes pero no es fácil de implementar cuando el problema no solo es el fiscal, sino el bajo crecimiento económico y el hecho de que el país se ha vuelto caro; el segundo tiene un mejor alcance político y en comunicación, pero se corre el riesgo que la gente lo tome como un “ganar tiempo para no hacer nada”. En cualquier caso, el plan debe ser completo y creíble, y debe ser anunciado cuanto antes con medidas concretas.
¿Qué decisiones causarían el menor impacto posible, sobre todo, en las clases menos favorecidas?
Hay que bajar el gasto de inversión y el gasto corriente en las actividades (muchas) que no aportan ninguna productividad. Hay que estar conscientes que al gastar en algo inútil o al preservar un empleo estatal improductivo, lo que se hace es quitar empleos más productivos a otros ciudadanos. Al pretender defender “lo social” se afecta a lo social y a lo económico.
¿La reducción del IVA, la eliminación de las salvaguardias y el Acuerdo con la Unión Europea impactarán de manera importante en el ejercicio fiscal de este año?
De hecho son menores ingresos para el fisco en el segundo semestre en relación al primero. Ahí hay alrededor de $750 millones semestrales en juego. Pero tiene el lado positivo que permite un mejor entorno externo para los exportadores, y eso es sano porque un objetivo de la economía debe ser: exportar más para importar más. Por eso lo que necesitamos es más comercio exterior, y no más barreras al comercio.
Para adoptar medidas se requiere tener un gran respaldo político y liderazgo, ¿tal vez el presidente ha demorado los anuncios en materia económica hasta tener acuerdos mínimos con las organizaciones sociales y las otras agrupaciones políticas?
Es posible, y por eso hay los diversos consejos que discutirán varios temas. Sin embargo esos consejos, para ser útiles y no ser simplemente un mecanismo para dilatar las decisiones, deben tener tres características: no tener exceso de gente, no tener plazos demasiados largos y centrarse en tres o cuatro temas fundamentales. Por ejemplo, el Consejo Tributario debería discutir muy concretamente: anticipo del Impuesto a la Renta, Ley de Plusvalía, Impuesto a la Salida de Divisas y dinero electrónico. Y el Consejo Fiscal, si es que hay: cómo bajar el déficit fiscal y tener un mejor perfil de deuda.
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