El presidente electo de Francia, Emmanuel Macron, se dirigió en un primer discurso a sus compatriotas para garantizarles que trabajará por la “unidad de la nación” y que defenderá “a Francia y a Europa”.
Macron, según las estimaciones batió a su rival, Marine Le Pen, por 30 puntos. Macron obtuvo un buen resultado, marcado sin embargo por una abstención muy elevada (en torno al 25%) a la que se sumó un alto porcentaje de votos blancos y nulos, estimado en un 8%.
Una victoria frente a Marine Le Pen más amplia de lo que se esperaba, con el 64% de los votos según datos del ministerio del Interior, convierte a Macron, de 39 años, en el jefe del Estado francés más joven desde la Revolución de 1789 y en el ariete de un cambio generacional y político sin precedentes.
El nuevo presidente se encontró en una situación paradójica: ganó con mucha ventaja y a la vez sufrió un castigo electoral. Un tercio de los franceses le negaron el apoyo, y otros muchos le votaron solo para evitar que la ultraderecha, representada por Marine Le Pen, se alojara en el palacio del Elíseo.
Según Le Pen, ya no existe en Francia la clásica división entre derecha e izquierda y tampoco existen ya los viejos partidos. “Ahora estamos los patriotas de un lado y los mundialistas del otro”, proclamó, ante una audiencia desanimada.
En el discurso aseguró que la base de su mandato será la regeneración de la vida pública, al tiempo que prometió que trabajará para restablecer los vínculos entre Europa y los ciudadanos.
“Defenderé Francia, sus intereses vitales y su imagen. Asumo el compromiso delante de vosotros. Defenderé Europa. Está en juego nuestra civilización, nuestra manera de ser libres” dijo.
El presidente electo garantizó también que Francia estará “en el primer rango de la lucha contra el terrorismo”, tanto en su propio terreno como a nivel internacional, “todo el tiempo que dure ese combate”.
Macron, exministro de Economía del todavía mandatario socialista François Hollande, apuntó que una nueva página de la larga historia del país se abre este domingo tras la segunda ronda de las presidenciales, y quiso que sea la de la esperanza y la confianza.
“Pelearé con todas mis fuerzas contra la división que nos debilita y abate. Queramos a Francia, a partir de esta noche y durante los próximos cinco años. La serviré en vuestro nombre, con humildad y entrega”, señaló.Macron, quien saludó a su contrincante, y dijo estar dispuesto a escuchar “las divisiones que han conducido a algunos a votos extremistas”.
“Construiremos un futuro mejor”, añadió en esa breve declaración televisada, en la que subrayó que será “digno” de la confianza acordada y señaló estar dispuesto a “unir a todos” para superar “los desafíos”.
Le Pen asumió de inmediato la derrota y, pese a quedar por debajo de sus expectativas, se mostró optimista. Tras felicitar telefónicamente a Macron, anunció a sus fieles la inmediata creación de una nueva fuerza política sin el lastre histórico del Frente Nacional, fundado por su padre como partido racista y xenófobo. Se felicitó por el “esfuerzo valiente y fundacional” que había supuesto la recién concluida campaña y se presentó como jefa de la oposición. “Quienes han recomendado el voto a Macron están deslegitimados para oponerse a él”, dijo.
Según Le Pen, ya no existe en Francia la clásica división entre derecha e izquierda y tampoco existen ya los viejos partidos. “Ahora estamos los patriotas de un lado y los mundialistas del otro”, proclamó, ante una audiencia desanimada.
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