Javier Valdez Cárdenas, corresponsal de La Jornada en Sinaloa, fue asesinado en Culiacán. Fue interceptado por un sujeto armado que lo despojó de su camioneta y le disparó en repetidas ocasiones, al mediodía en la calle Rivapalacio, entre Ramón F. Iturbe y Epitacio Osuna, de la Colonia Jorge Almada.
Valdez acababa de salir de la redacción de Riodoce, en la calle Francisco Villa, un semanario con un abundante trabajo sobre narcotráfico y violencia. Valdez había presentado a finales del año pasado su libro Narcoperiodismo, la prensa en medio del crimen y la denuncia.
“No hablamos solo de narcotráfico, una de nuestras acechanzas más feroces. Hablamos también de cómo nos acecha el Gobierno. De cómo vivimos en una redacción infiltrada por el narco, al lado de algún compañero en quien no puedes confiar porque quizá sea el que pasa informes al Gobierno o los delincuentes“, dijo en una entrevista sobre su libro.
“Ser periodista es como formar parte de una lista negra. Ellos van a decidir, aunque tú tengas blindaje y escoltas, el día en que te van a matar”. Valdez se ganó el reconocimiento como maestro de periodistas. “Está cabrón y cada vez se pone peor, pero alguien tiene que hacer la chamba (el trabajo)”.
En octubre de 2011, el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) le otorgó el Premio Internacional de la Libertad de Prensa “por su valiente cobertura del narco y ponerle nombre y rostro a las víctimas”.
Ese mismo año también recibió junto a sus compañeros de Ríodoce el María Moors Cabot, que concede la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia (EEUU).
“Mientras mejor haces periodismo y más te apasionas, te quedas más solo. Algún contacto tuyo, alguien que veía con simpatía tu trabajo, luego se verá perjudicado por un texto y se retira”, aseguró Valdez en una entrevista con el diario La Jornada, medio para el cual también trabajaba, cuando presentó su último libro.
“Como todos los caminos conducen a la mafia, ya no se puede escribir sobre negocios de venta de cervezas, sobre migración, finca raíz, venta de vehículos. Es más peligroso para los periodistas hoy en México cubrir los nexos del narco con políticos y Ejército que hablar de los propios narcos. Ellos hoy en día hacen a los políticos. Lo que resta es no quedarnos callados a pesar de tanta desolación y, por supuesto, votar por nuevas fuerzas en 2018”.
En su funeral, Jorge Guillermo Cano, responsable de la revista Vértice, dijo: “Esta es una profesión que debería ser digna y respetada, pero no lo es por los que gobiernan”.
Javier Valdez era una institución en México, según La Jornada. Autor de varios libros de crónica sobre el narcotráfico en Sinaloa. En el epílogo habló de la guerra en el Estado tras la primera ruptura del cartel de Sinaloa, en 2008. En los años siguientes, la violencia alcanzó niveles desconocidos por la batalla entre las facciones que buscaban el liderazgo. En 2010 se registraron 2.250 asesinatos, a razón de casi 200 al mes.
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