Santiago Cueva salvó cientos de vidas al chocar intencionalmente su vehículo con el camión que se dirigía a exceso de velocidad por la céntrica calle peatonal de Estocolmo y que ocasionó al menos cuatro muertes y conmoción mundial.
Cueva, un hombre de 27 años que conducía una furgoneta de seguridad, fue uno de los ciudadanos que ayudó a evacuar la zona tras el atentado de Estocolmo y ayudó a los heridos que allí se encontraban tras el paso del camión.
Él estaba sentado en su vehículo fuera del Centro Comercial Åhléns de Estocolmo, cuando vio al camión secuestrado arrollando todo lo que se interponía por su paso, según ha informado Daily Mail. Su acción provocó que el camión se chocara contra una tienda y evitó que afecte a más personas.
Cueva dijo recordar con más claridad el ruido. Hubo un fuerte ruido procedente del camión, el sonido de golpes secos al chocar contra las personas, y que siguió creciendo y creciendo.
“Primero vi que el camión pasó sobre bancos y macetas. Vi a gente en el aire. Tenía la certeza de que el camión iba a continuar por (la calle) Drottninggatan directamente hacia el Parlamento. No tenía miedo. En realidad fue una sensación extraña. El camión venía hacia mí y todo mi enfoque estaba en ayudar a proteger a la gente de alguna manera. Así que conduje mi vehículo delante del camión para impedir que siguiera adelante”, dijo.
Tras detener al camión, el joven ecuatoriano se bajó de su vehículo para intentar ayudar a las personas heridas.
“Yo y un par de guardias de seguridad teníamos que sacar a la gente de allí. No sabíamos cómo, porque la situación era incierta. Todos sentimos que estábamos tratando de hacer un esfuerzo para salvar a las personas en caso de que hubiera una bomba en el camión. Todo sucedió tan rápido. No creo que la gente sabía lo que había sucedido. Había cuerpos tendidos en el suelo y la gente gritando, pero muchas personas se quedaron allí tratando de tomar fotografías y videos con sus teléfonos móviles mientras estábamos tratando de sacar a la gente de ahí”, recordó.
Cuenca aseguró que un montón de pensamientos que pasan por su mente, detalles que necesitan ser procesados. “Es una sensación horrible ver a tanta gente inocente entre los heridos y muertos”. Él mismo se salvó porque se quedó diez minutos más tras su hora de almuerzo. “Si no nos hubiéramos quedado un poco más, hubiéramos estado caminando en medio de la calle cuando llegó el camión”.
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