Fue la gran victoria de Bachar al Asad, gracias a su alianza con Rusia. Fue la derrota del Alepo rebelde. Fue la evacuación de 50 mil civiles, como si de una operación de la Segunda Guerra Mundial se tratara. “Lo ocurrido hoy es historia, y la situación cambiará en todo el mundo: habrá un antes y un después de Alepo”, dijo Al Asad en un video difundido por la agencia oficial de noticias de Siria. De los cincuenta mil, apenas un millar de civiles alcanzaron a salir por la parte oriental de la ciudad bajo la supervisión del Comité Internacional de la Cruz Roja para dirigirse hacia zonas controladas por la oposición.
Los primeros civiles comenzaron a reunirse en las calles del barrio casi destruido en su totalidad en el este de la ciudad a primeras horas del jueves. Mujeres, niños y hombres que desde hace mucho tiempo esperan poder dejar la zona de combate sufrieron por las bajas temperaturas, que sobrepasaban escasamente los cero grados Centígrados.
La nueva tregua pactada de madrugada entre el Ejército del régimen y las milicias rebeldes ha permitido poner en marcha el acuerdo que habían suscrito el martes Rusia y Turquía.El texto tenía poco más de cuatro párrafos firmados por un representante de Moscú, del Gobierno y de las milicias opositoras. Pero el acuerdo fracasó, entre otros motivos por el surgimiento de nuevos combates en la mañana del miércoles.
La situación humanitaria en el este de Alepo, sin embargo, era crítica: decenas de miles de personas seguían viviendo allí, muchos de ellos en edificios destruidos por los bombardeos aéreos, la artillería y los combates. Así que finalmente el jueves cerca de una veintena de autobuses y una decena de ambulancias salieron en el arranque de la operación de evacuación.
Una imagen mostraba a una mujer junto a sus maletas hechas, sentada sobre los escombros y llorando. Otros quemaban sus posesiones. Los combatientes destruían sus vehículos, quemaban sus cuarteles generales o hacían volar por los aires sus almacenes de armas, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
La gente asegura que debido al asedio que duró meses apenas quedaba ya agua potable ni tampoco alimentos. La asistencia médica también colapsó. El director regional del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Robert Mardini, citó en Twitter a una colega que está en la zona, señalando: “Nunca había visto este nivel de sufrimiento humano”.
Los 20 autobuses verdes hicieron varios trayectos de un lugar a otro llevando a personas, pero no todas podrán salir inmediatamente. Muchas quedaron atrás entre los escombros. Los activistas describieron la despedida de sus familias como desgarradora. “La gente deseaba mucho salir de la ciudad y acudir a un lugar seguro con sus familias. Pero por otro lado, están abandonando su tierra, su patria. Para nosotros es un día muy triste”.
Cuando todos los civiles y combatientes hayan salido del este de Aleppo, quedará solo un barrio fantasma. Antes de irse, algunos escribieron mensajes en los muros. “Nuestras viviendas destruidas son testigo de la perseverancia contra sus crímenes”. Otro de los mensajes: “Un día volveremos”.
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!
Con el décimo y otros bonos decembrinos, primero pague las deudas
Chancay: ventajas y desafíos
275 incendios dañaron el ecosistema de Loja, en 2024
Oratorio de Noël, la obra coral se presenta en la Universidad Andina Simón Bolívar
Agua que no has de beber: déjala correr