“¡Hijos de su pinche madre, no saben con quién se meten! ¡Pártanle su madre”, gritó Emir Garduño, más conocido como Lord Rolls Royce, a sus hombres. En un vídeo que se extendió como la pólvora por las redes sociales, a principios de mayo de este año, se observaba cómo sus sicarios golpeaban al agente Jorge Vera (fuera de servicio en ese momento) ante el llanto desconsolado de su hija.
Su único pecado fue haber adelantado al Rolls Royce del temido Lord. Garduño representaba como pocos la combinación de uno de los males endémicos de México: el despotismo de los más poderosos y la impunidad de la que gozan, apuntaba diario El País en su momento.
El video, vuelto viral en redes sociales, ayudó a presionar a que la justicia mexicana finalmente no solo actuara sino que metiera preso a un hombre que paseaba su impunidad y su despotismo en un Rolls Royce por las calles de México, a cuentas de que era hermano de una autoridad.
El jueves de la semana pasada, gracias a las redes sociales ahora Ecuador ha sido testigo de un caso de despotismo y abuso de poder. Una ahora exjueza detenida porque se había negado a pagar una cuenta en un restaurante de Urdesa, en Guayaquil, no solo insultó sino que que agredió a los uniformados que cumplían su deber amenazándoles con la muerte. Una muerte que les llegaría en treinta minutos solo si podía hacer una llamada.
“¿Quieres probar mi poder, quieres morirte imbécil?, porque yo soy jueza… Eso me consiguió mi esposo, el mafioso más mafioso. Si quieres morir hago una llamada y te mueres en 30 minutos“, repite la jueza Lorena Collantes en un video vuelto viral en redes sociales.
Y en lugar de que el video sirviera a las autoridades para llevar a los tribunales a una exjueza por flagrantes amenazas de muerte a policías que cumplían su deber, lo que se hace desde el Ministerio del Interior es anunciar una investigación interna para determinar quién filtró los videos de los gritos destemplados de Collantes. Es como si las autoridades estuvieran dando la razón a una exjueza pasada de tragos de todo el poder de que goza en este país.
Algo, al parecer, se está pudriendo en la sociedad.
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