Siempre lo fue, pero las autoridades ecuatorianas no han querido reconocerlo. Assange es el hombre que siempre va a anteponer su portal de filtraciones a cualquier apoyo, así parezca incondicional como el que le ha brindado el gobierno ecuatoriano durante cuatro años. Pero creer que bloquear el acceso al Internet hará que WikiLeaks baje la campaña contra la candidata demócrata Hillary Clinton es un poco iluso.
La noticia ha corrido como pólvora desde el fin de semana y el gobierno ecuatoriano ha tardado en reaccionar, lo ha hecho con dos escuetos comunicados: en el primero ratificaba que mantenía el asilo a Assange y en el segundo ya ha reconocido que ha debido bloquearle temporalmente el acceso a la Internet.
El comunicado de la Cancillería es algo ambiguo, porque primero reconoce que “durante las últimas semanas, WikiLeaks ha publicado una gran cantidad de documentos que tienen un impacto sobre la campaña electoral en Estados Unidos”. Y ha enfatizado que la decisión de hacer pública dicha información es de exclusiva responsabilidad de la organización Wikileaks.
A renglón seguido ha asegurado que el Gobierno del Ecuador respeta el principio de no intervención en los asuntos de otros países, ni se inmiscuye en procesos electorales en curso ni apoya a un candidato en especial para justificar que, en ejercicio de su derecho soberano, ha restringido temporalmente el acceso a parte de su sistema de comunicaciones en su Embajada en Londres, donde está Assange.
La Cancillería ha argumentado que la restricción temporal no impide a la organización WikiLeaks llevar a cabo sus actividades periodísticas. ¿Es actividad periodística lo que hace Assange? Y si lo es, ¿porque restringir a su fundador el acceso a una herramienta tan indispensable para desarrollar su trabajo?
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!
Aumento del salario: Cara o cruz
Con el décimo y otros bonos decembrinos, primero pague las deudas
Debates
Chancay: ventajas y desafíos
Oratorio de Noël, la obra coral se presenta en la Universidad Andina Simón Bolívar