Varias son las problemáticas ambientales que hay en el mundo como la sobrepoblación, el cambio climático, la deforestación, la pérdida de la biodiversidad, entre otros. Sin embargo, según el enfoque local del Observatorio de Conflictos Socioambientales (OBSA), las problemáticas con mayor impacto son el aumento de las contradicciones entre asuntos ambientales y el desarrollo económico, además del consumo desmedido basado en la extracción de recursos naturales. A ello se suma la falta de conciencia ambiental.
No cabe duda que los comportamientos humanos han provocado que se destruya diariamente el hábitat de especies, generando así un efecto interconectado en todo aquello que tiene relación con el ambiente, conformado por sistemas interdependientes y que, por lo tanto, afectan a todos. En el Ecuador, la explotación de recursos naturales tiene un impacto ambiental negativo en zonas de megabiodiversidad, con tendencia a una alta conflictividad, provocada entre otros temas por la desinformación.
Los problemas ambientales que enfrentan las grandes ciudades del país como por ejemplo Quito y Guayaquil, podrían ser la falta de abastecimiento de agua, contaminación por transporte debido al aumento del parque automotor, grandes cantidades de desechos sólidos y manejo inapropiado de los mismos, el ruido y los incendios forestales. Asimismo, la migración interna, la misma que implica el aumento desmedido de la población, por ende, mayor uso de recursos y mayor contaminación. Siendo éstos algunos problemas que de igual forma se manifiestan en las demás ciudades del país.
Enfrentar esta problemática no es fácil, pero tampoco imposible, con una mejor educación tendremos una sociedad más responsable y orientada a la sostenibilidad. Para lograrlo, se debería iniciar con procesos de búsqueda de soluciones inclusivas (participación multiactor: técnicos, población afectada, Estado, GADs, empresas, academia, ONG’s, entre otros), esto permitiría tener una visión desde cada sector. Se deberían incorporar nuevas alternativas de manejo de problemas ambientales, así como la prevención de conflictos socioambientales, aplicando el principio de precaución a través de políticas públicas extractivas, ambientales, entre otras, señalando la hoja de ruta en beneficio de toda la población.
Ante ello, los principales compromisos que deberían asumir los líderes mundiales son respetar y fomentar procesos ciudadanos, mejorar los niveles de comunicación e información, respetar los acuerdos internacionales referentes a la conservación ambiental, transparentar la información sobre los procesos de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) de los proyectos extractivos, inclusión y participación ciudadana en la toma de decisiones.
Hábitat III representa una nueva oportunidad para consolidar la agenda de desarrollo sostenible que debe implementarse en las urbes del planeta. Se requiere plantear nuevas metas e indicadores que aseguren el compromiso de las ciudades a nivel global con nuevos modelos de desarrollo y gestión. En el constitucionalismo ecuatoriano, el desarrollo sostenible de una ciudad, exige amplios mecanismos democráticos que hagan realidad la función social y ambiental de la propiedad y de la ciudad en aras de los derechos humanos. Es momento de promover el derecho a la ciudad desde el Ecuador.
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