Inició formalmente la producción en el Tiputini, un campo que pertenece al bloque 43 y que es parte del proyecto ITT (Ishpingo-Tiputini-Tambococha), que está a cargo de la empresa estatal Petroamazonas. Esto es algo que se venía esperando dado el fracaso que tuvo el gobierno en buscar que el petróleo se quede bajo tierra con la Iniciativa Yasuní – ITT. En este caso, Tiputini, es la primera parte de la exploración y el próximo año se espera iniciar las labores en los siguientes campos.
Es importante esta producción adicional de petróleo de 20.000 barriles por día, cuando se esperaban inicialmente 3.000; dada la necesidad que tiene el gobierno de buscar más liquidez. En este caso este tipo de crudo que se va a extraer, dicho por las mismas autoridades, es un crudo pesado -que es la característica del crudo que tiene Ecuador- y va a tener un castigo importante de entre USD 10 y USD 12 por barril, el precio internacional del barril de crudo ha fluctuado en los últimos días entre USD 44 y USD 45, que al restarle el castigo al crudo ecuatoriano, lo que recibe el país se ubica entre los USD 32 y USD 34, una cifra por debajo de las expectativas que tenía el gobierno en el Presupuesto General del Estado de USD 35.
Esta nueva incorporación de barriles va a generar un aumento de ingresos por la venta de petróleo, porque está introduciendo más cantidad al mercado pero, dada la volatilidad y el bajo precio que se está registrado no va a ser suficiente para que llegue una liquidez importante al país.
La esperanza de este proyecto está en el largo plazo, esperando que exista una recuperación del precio del petróleo. El Banco Mundial y otras agencias internacionales han indicado que habría una recuperación para el siguiente año y se cree que será de entre USD 60 y USD 70 el barril. Si a eso le colocamos el castigo, el Estado tendría unos ingresos con un precio mucho más alto por el crudo ecuatoriano. Esto es una apuesta a largo plazo porque en las circunstancias actuales, con la caída de los precios podría ser marginal la contribución que podrían hacer estos 20.000 barriles de petróleo.
En cuanto a las reservas, se destaca que son más de 1.600 millones de barriles en esa zona, pero nuevamente seguimos generando expectativas de liquidez en más recursos atados a la venta de un producto primario que ha demostrado, a lo largo de la historia del país, que debido a su volatilidad, es un producto en el que no se puede confiar. Tuvimos una riqueza petrolera muy importante entre el 2008 y el 2013; un crudo que estaba por encima de los USD 100, las proyecciones futuras demuestran que el crudo se va a estabilizar entre los USD 60 y USD 70, las reservas encontradas y probadas en el país señalan que tendríamos crudo hasta el año 2040 o 2050, pero seguimos atados a la exportación de un bien primario y la volatilidad muestra lo frágil que es la economía ecuatoriana al depender de un producto de esta características.
Cabe señalar que Tiputini es un hito en el sentido de exploración y explotación hidrocarburífera porque la zona es muy sensible y esa es una de las características principales que el gobierno utilizó como plataforma para buscar que el petróleo se quede bajo tierra. La situación no se dio, no se generó la suficiente confianza por parte de los potenciales interesados en mantener el crudo bajo tierra, dada la importante biodiversidad de la zona. Entonces, todo esfuerzo que acompañe la exploración y explotación de petróleo, que vaya de la mano para el cuidado de la naturaleza va a ser importante. En ese sentido, decir que no va a haber impacto no es cierto, lo habrá, lo que hay que buscar, a través de las nuevas tecnologías que están implementando, es que este impacto sea el mínimo posible.
La idea es tratar de concentrar todos los esfuerzos en exploración y explotación en una área reducida a través del uso de las nuevas plataformas, por ejemplo se ha explicado que se pueden hacer 20 exploraciones al mismo tiempo y de esta forma no tener que estar regando equipos por todo el bloque. Eso va a ayudar a que se concentre la actividad en puntos mucho más delimitados en extensión geográfica y que a su vez contribuirá a que no haya un abuso desmedido en la tala de árboles debido a la creación de instalaciones de otros puntos del mismo bloque. En ese sentido es un hito. Hay que reconocerle el esfuerzo al gobierno.
Los grupos que se oponen lo hacen por cuidar la naturaleza, no quisiera pensar que sea por temas políticos, aunque de fondo pueda ser esa una causa, pero ellos tratan de privilegiar la preservación del medio ambiente. En este sentido, ojalá sea eso lo que impulse este tipo de reclamos en relación a la explotación petrolera en este sector. La zona es muy importante y el impacto que pueda tener va a ser muy fuerte en el caso de que haya algún tipo de descuido al momento de la exploración y la explotación. En ese sentido es mejor ser propositivos al pensar que hay una preocupación en el impacto al medio ambiente que se pueda generar.
En relación a las comunidades es necesario que exista un mayor beneficio a quienes están cercanos a los sectores de explotación. Tradicionalmente no han sido vinculados desde la toma de decisiones; por ello es importante que se considere la opinión de las comunidades que están cercanas a la zona. Ellos van a ser no solo beneficiarios del recurso que se explota sino perjudicados por una mala exploración como sucedió décadas atrás; precisamente eso llevó a que el Estado ecuatoriano tenga que afrontar y seguir juicios a empresas extranjeras. Es decir, esto es algo que hay que tener mucho tino en la forma del manejo.
Sin embargo, hay que destacar la existencia de políticas de responsabilidad social en los últimos años por parte de las empresas que han explotado el petróleo en el momento de vincular a las comunidades cercanas para que reciban beneficios productivos, beneficios económicos y sociales.
En este sentido, se debería impulsar no solo a la inserción laboral en temas de proveer servicios a los miembros de las comunidades cercanas, sino también que se los vincule -como hacen algunas empresas petroleras- a actividades microproductivas para que cuando ya se deje de explotar ese bloque –debido a que todo bloque tiene una etapa de vida útil y se convierte en un campo maduro- la población esté preparada para una etapa de post explotación. Así, al no quedar vinculados a los procesos productivos propios de la explotación puedan generar microemprendimientos que les ayude a la subsistencia posterior. Hay que sentar bases para el largo plazo, no solamente brindarles un beneficio mientras dure la explotación sino garantizar una mejor calidad de vida en el largo plazo.
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