El surgimiento de actividades comerciales espontáneas en Quito ha aumentado en los últimos meses debido a la falta de fuentes de trabajo formales. Del lado oficial están las cifras del gobierno, según la última Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), Ecuador pasó del 39,3% al 43% en cuanto su tasa de empleo en el sector informal. Otro indicador -sin estadísticas- es recorrer la ciudad y ver que cada vez hay más gente en los semáforos, gente que vende naranjas, aguas, lugares de comida en la calle. También hay una gran cantidad de camiones de venta de comida, los famosos ‘food trucks’.
Esto quiere decir que ante la falta de oportunidades adecuadas de trabajo, la gente ve la necesidad de desarrollar actividades productivas, que en muchos casos se convierten en la repetición de emprendimientos que alguna persona ya lo hizo.
Es positivo que surjan emprendedores, el problema es que estos emprendimientos son por necesidad más que por oportunidad y cuando se habla de emprendiendo por necesidad es porque la persona está en una situación de desempleo y necesita desarrollar una actividad productiva. También hay gente que tiene un empleo, ahorra y decide desarrollar un negocio; sin embargo, el problema es que -en ambos casos- lo hacen sin información previa. Copian la idea de alguien al que le va bien y no mejoran en nada la propuesta, no incorporan elementos de creatividad e información, que es lo fundamental en este tipo de trabajos.
Por ejemplo, los ‘food trucks’ se estacionan en las calles y todos son parecidos. Ahí vale resaltar que en el sector de La Floresta, en el centro norte de Quito, un emprendedor de ‘food trucks’ se ubicó en un terreno junto a otros cuatro camiones; se diferenció al ubicar en un mismo sitio más carros de comida. Además tienen una decoración especial es un lugar cómodo, atractivo e informal. Esto se convierte en un elemento creativo e incorpora una idea diferente y hace que en el mercado tenga mayor aceptación.
Pero son casos específicos, lamentablemente la mayoría de gente copia los emprendimientos sin mejora y se genera una competencia de precios que hace que el negocio no prospere y quiebra el emprendedor original y los demás. El problema del emprendimento por necesidad es que la esperanza de vida del negocio es más corta, está condenado a desaparecer de manera prematura. Además es un tema que se debió prever.
Se debería optar por realizar emprendimientos por oportunidad. Es decir, cuando se desarrolla una actividad productiva sobre la base de información que le garantice una mayor esperanza de vida al emprendimiento. Cuando hay crisis, mucha gente se pregunta ¿qué hacer? Ahí juega un rol importante la ayuda estatal, pues así como el gobierno creó el Seguro de Desempleo para tratar de “proteger al trabajador”, de manera paralela se debió generar una propuesta de política pública para los emprendimientos, que esté acompañada de un programa,que cuente con el respectivo financiamiento para que en estas épocas haya alguna organización -ya sea del gobierno central o de los gobiernos locales- que direccione este tema. La idea es lograr un asesoramiento sobre los emprendimientos que van emergiendo, que haya una guía para mejorar las propuestas y desarrollar otro tipo de actividades.
Las Universidades podemos ayudar, muy pocas tenemos proyectos para orientar a los proveedores y a las pequeñas y medianas industria (pymes). Por ejemplo, la Universidad Andina Simón Andina (UASB) tiene un portal web: El observatorio de la Pyme, que cuenta con una serie de información que se ha generado durante seis años. Allí hay datos estadísticos, hay un repositorio histórico de las conferencias, mesas de análisis y foros realizados. Incluso tiene una sección de ideas para emprendedores donde se encuentran sugerencias de cómo crear un emprendimiento. Al final las ideas no nacen solas y se requiere ayuda. Eso se enmarca en leer casos similares escuchar ideas, atender lo que dice un experto en el tema. El objetivo es que el nuevo emprendedor tenga insumos para que vayan surgiendo nuevas ideas.
Desde el lado del consumidor se ve un beneficio por mayor oferta de productos y mejores precios; sin embargo es importante que tenga precauciones. Aquí juega un rol importante la autoridad de control -y no para retirarles de circulación sino para pedirles que cumplan con los requisitos o reubicarlos en algún espacio de la ciudad- y hay que tener mucho cuidado con la manipulación de alimentos. Se debe exigir que cumplan con ciertos requisitos sanitarios porque se puede generar un problema de salud pública y puede resultar más costoso la recuperación que la prevención.
El consumidor también busca facilidad de servicios. Además debe tener en cuenta que cuando realiza este tipo de compras no obtiene facturas, necesarias desde el punto de vista tributario para la declaración de gastos personales.
Finalmente hay que reiterar que estos emprendimientos surgen por necesidad. Las autoridades deben preocuparse por realizar algún tipo de capacitación para despertar la creatividad y pensar en cosas diferentes. Una variable en el emprendimiento es la diferenciación y eso es cómo logro que mi producto tenga algo que lo distinga de los demás. Por ejemplo -aunque no es nuevo- en el tema de los helados un emprendedor presentó sabores de chocho, aguacate, cerveza, colada morada, etc.; ese tipo de cosas es lo que hay que hacer. Se debe despertar la creatividad de las personas para que no caigan en ese virus de copiar al vecino sin mejorar. Entonces, cuando son afectados con ese virus la esperanza de vida del emprendimiento tiende a ser menor.
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