La impresión 3D está cambiando radicalmente a la medicina en el siglo XXI. Y si bien en sus primeros años de desarrollo se utilizaba esta tecnología para la fabricación de prótesis, en la actualidad ya existen proyectos de bioimpresión enfocados en la fabricación de piezas vitales como el corazón, los riñones e incluso terminaciones nerviosas.
Para el médico internista ecuatoriano Daniel Jaramillo,la impresión 3D resulta de especial interés en casos de alto riesgo. Él explica que estos procedimientos en un quirófano pueden tardar más de 10 horas, tiempo en el cual el paciente pasa sedado y cuyo organismo lucha intensamente para sobrevivir al proceso invasivo. Explica que con réplicas idénticas de los órganos (que en la actualidad sobrepasan el 90% de exactitud gracias a las impresoras modernas), el tiempo de cirugía se reduce a la mitad, mientras que el médico quintuplica las horas de estudio del órgano a tratar. Esto implica más eficiencia en las operaciones.
La impresión en 3D con fines médicos no está tan lejos para los ecuatorianos. La semana pasada, la empresa Ecuabot Factory hizo la primera entrega de su primeras prótesis 3D para una niña menor de 5 años y un adulto sobre los 30. Según explican Geovanni Padilla y Livington Freire, quienes iniciaron este proyecto en Guayaquil, la impresión 3D permite reducir los costos de las prótesis en más de un 99%. Además, gracias a sus bajos precios, gente de toda edad puede acceder a ellas y actualizarlas de acuerdo con sus necesidades. En cuanto a la durabilidad, esta se extiende entre uno a más de cinco años, dependiendo del uso que se dé. El tiempo de entrega es otra ventaja, ya que en aproximadamente una semana se puede entregar el dispositivo. Asimismo, se puede personalizar el artefacto, con lo que un niño podría tener una prótesis que tenga una mano y con tan solo mover unas piezas, transformarla en una pinza robot.
Para el médico Fernando Espinoza, las prótesis impresas en 3D son un paso importante en los tratamientos con pacientes que han perdido sus extremidades. Comenta que muchas veces los padres de los más pequeños no invierten en prótesis debido a que estas no duran más de un par de años a causa del crecimiento corporal de sus niños. Si las que se hacen en 3D son más baratas, entonces sus hijos lograrán acceder a estos tratamientos a una edad temprana.
(Tomado de El Comercio)
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