En varias de estas metrópolis, disfrutar de una comida en un restaurante se ha convertido en una experiencia exclusiva, reservada para aquellos dispuestos a pagar precios considerablemente altos
Hay quienes han optado por mantener los precios, es decir, cubrir el aumento del impuesto, por al menos dos meses ante el ingreso a clases y el Día de la Madre.