Las evaluaciones iniciales indicaban que era imposible hacer reflotar a unos 90 cetáceos que seguían vivos, debido a la inaccesibilidad del lugar, según los responsables de Tasmania
Por primera vez, científicos han detectado pequeñas partículas de polímeros en el aire exhalado por ejemplares salvajes, lo que ha generado la preocupación de ambientalistas por el impacto en la fauna de los mares