Un estudio liderado por investigadores de la Universidad Johns Hopkins (EE. UU.) reveló que la exposición prolongada a altos niveles de contaminación atmosférica podría estar relacionada con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como el párkinson y ciertos tipos de demencia.
La investigación, publicada en una revista especializada, analizó a miles de personas en entornos urbanos expuestos a polución durante largos periodos. Los resultados sugieren que las partículas contaminantes finas, al ingresar al organismo por vía respiratoria, pueden llegar al cerebro y afectar funciones neuronales, favoreciendo procesos inflamatorios asociados a la degeneración cerebral.
Aunque los científicos aclaran que se trata de una correlación y no de una relación causal comprobada, subrayan la importancia de profundizar en estudios que examinen cómo la calidad del aire incide en la salud neurológica.
La polución ya es reconocida como factor de riesgo para enfermedades respiratorias y cardiovasculares, pero este hallazgo amplía el debate hacia su impacto en el sistema nervioso central, con implicaciones directas en políticas de salud pública y en la urgencia de reducir emisiones contaminantes.
Relevancia para Ecuador
En un país con altos índices de contaminación en zonas urbanas como Quito o Guayaquil, este estudio pone sobre la mesa la necesidad de políticas más estrictas en control ambiental y de campañas preventivas para proteger la salud de la población.
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