El expresidente estadounidense Joe Biden ha sido diagnosticado con un cáncer de próstata agresivo que ha metastatizado en los huesos, según confirmó su oficina el 18 de mayo de 2025. El diagnóstico se produjo tras una serie de exámenes médicos motivados por síntomas urinarios persistentes.
Los especialistas indicaron que el cáncer presenta una puntuación de Gleason de 9, correspondiente al Grupo 5, lo que lo clasifica como altamente agresivo. A pesar de la gravedad, se ha señalado que el cáncer es sensible a hormonas, lo que abre posibilidades de tratamiento mediante terapias hormonales, radioterapia o cirugía.
Biden, quien dejó la presidencia en enero de 2025, ha mantenido un perfil bajo desde su retiro, residiendo en Wilmington, Delaware. Su diagnóstico ha generado una ola de apoyo tanto de figuras políticas como del público en general. El expresidente Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris expresaron sus deseos de pronta recuperación.
Durante su mandato, Biden enfrentó preocupaciones sobre su salud física y mental, especialmente tras un debate en 2024 que llevó a su retiro de la carrera presidencial. Sin embargo, siempre defendió su capacidad para liderar y destacó su compromiso con la investigación médica, influenciado por la pérdida de su hijo Beau a causa del cáncer.
En una reciente aparición pública junto a su esposa, Jill Biden, el expresidente agradeció las muestras de apoyo y enfatizó que “el cáncer nos afecta a todos”, reiterando su compromiso con la lucha contra esta enfermedad.
El equipo médico de Biden continúa evaluando las mejores opciones de tratamiento, mientras el país sigue de cerca la evolución de su salud.
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