Parques, coches e incluso restaurantes, comienzan a incorporar áreas para que las mascotas se sientan más cómodas en un ambiente de humanos. Según el último censo del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC), en el país se estima que hay 7,6 millones de perros y gatos. La tendencia predomina en las grandes ciudades.
En Quito, por ejemplo hay 1 082 641 perros y gatos, frente a 700 591 niños y adolescentes. Es decir, hay más mascotas que niños en la capital.
Según expertos, la preferencia por los perros y gatos se incrementó luego de la pandemia al crearse la necesidad de encontrar una compañía incondicional.
Las generaciones que buscan esa fuente de apoyo emocional en las mascotas, son los milennial que comprende una población entres 26 y 40 años. La generación Z que es desde los ocho a 25 años.
Al ser notable lo importantes que se han convertido para los quiteños, sus espacios ahora son prioritarios. Se les permite el ingreso a centros comerciales, los edificios o casas tienen juegos y baños exclusivos.
Son tan importantes que incluso la Corte Constitucional (CC) reconoció a los animales como sujetos de derecho.
Pero, al tratar de adaptar una naturaleza muy contraria a la de ellos, ¿podría generar repercusión en su salud o personalidad? Mañana en nuestra segunda entrega les contaremos sobre las afectaciones de la humanización en los perros.
Texto original de Ecuavisa
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