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Cascada La Plata: una joya natural en Imbabura conocida solo por 350 personas

sábado, febrero 1, 2025
Este bosque de 6 400 hectáreas en el Valle del Íntag, a cuatro horas de Cotacachi. Lleva su nombre por los tres millones de cedros que lo habitan, muchos superan los 500 años.
Tiempo de lectura: 3 minutos

 

El rugido de la cascada La Plata es un espectáculo reservado: apenas 350 personas en el mundo han tenido el privilegio de verla.

La descubrieron hace un año. Se forma con el agua del río del mismo nombre, que nace en la cordillera del Toisán, en la provincia de Imbabura.

Esta caída de 15 metros desemboca en una piscina natural, cristalina y fría, en el norte del bosque protector Los Cedros. Para llegar hay que recorrer ocho kilómetros por un sendero angosto, cubierto de hojarasca, un tanto sombrío porque los árboles frondosos filtran la luz del sol.

Este bosque de 6 400 hectáreas en el Valle del Íntag, a cuatro horas de Cotacachi. Lleva su nombre por los tres millones de cedros que lo habitan, muchos superan los 500 años.

A su lado conviven al menos 70 especies de árboles, como las palmeras gigantes, que al nacer son de color rosa y los copales de hasta un metro de diámetro y 40 de altura.

Este bosque de 6 400 hectáreas en el Valle del Íntag, a cuatro horas de Cotacachi. Lleva su nombre por los tres millones de cedros que lo habitan, muchos superan los 500 años.

A su lado conviven al menos 70 especies de árboles, como las palmeras gigantes, que al nacer son de color rosa y los copales de hasta un metro de diámetro y 40 de altura.

Una selva intacta de la que aún hay mucho por descubrir

El 95 % de esta selva intacta es primaria. Entre las verdes copas, se desplazan unas 12 colonias de monos araña y aulladores. Los grupos nunca se quedan en un solo lugar. Usan las ramas para esquivar a depredadores como el puma y el oso andino.

Entre los primates también están los monos capuchino cabeza blanca, una especie en peligro de extinción que rara vez se deja ver.

Aquí el clima es templado, de 18 grados en promedio.

Desde lo alto, las hojas de los guarumos destacan con tonos grises. Se les conoce como las canas del bosque.

La lluvia es casi diaria y con cada aguacero, las coloridas tangaras amarillas y los tucanes buscan refugio, mientras los trepatroncos, aves que suben y bajan de los árboles en cuestión de segundos, buscan insectos.

Los pájaros carpinteros también recorren los árboles, golpeando la corteza en busca de semillas.

Aquí conviven 360 tipos de aves. Por eso es considerado por la Fundación Internacional I-Bird, como uno de los ecosistemas más megadiversos del planeta.

“Es muy poco el turismo convencional, acá se realiza turismo de investigación. Hay aproximadamente 130 investigaciones realizadas (…) de insectos, de hongos, de murciélagos”, cuenta Danny Andrade, responsable de protección ambiental de Cotacachi.

Agua pura de los ríos Cedros y Manduriaco Chico

En la parte más alta del bosque, a 2 700 metros, nace el Río Verde y hacia el sur, fluyen los ríos Cedros y Manduriacu Chico, cuyas aguas cristalinas, según estudios del municipio de Cotacachi, alcanzan un 98% de pureza.

Hay 400 especies de orquídeas, de las cuales 50, como la drácula felix, fueron documentadas por primera vez aquí. Sus pétalos traslúcidos atraen a mariposas de cristal, aunque algunas quedan atrapadas en las redes de arañas de seda.

Hay un centenar de mariposas diurnas; cuando cae la noche, otra ola de mariposas aparece. Entre ellas, la geométrica y la utetheisa ornatrix. Se han identificado 960 especies, 320 fueron descritas por primera vez en este sitio.

Tres guías nativos se encargan de su conservación

Su conservación sigue dependiendo de la labor de tres guías nativos y dos voluntarios extranjeros, que trabajan para involucrar a más comuneros en su protección.

En el centro del bosque, en su zona más profunda, cámaras trampa han captado venados, armadillos, tapires, osos hormigueros y otras 54 especies de mamíferos; un testimonio de lo mucho que aún queda por descubrir.

Desde hace 36 años, la Estación Científica José Decoux se instaló en Los Cedros, convirtiéndose en un punto clave para la investigación y el monitoreo de esta reserva única.

Cada expedición es un viaje al corazón de un ecosistema de una diversidad inexplorada.

 

 

 

Texto original de Ecuavisa

https://www.ecuavisa.com/noticias/medio-ambiente/cascada-la-plata-joya-natural-imbabura-350-visitantes-XM8718202

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