Por Carlos A. Moreno |
Río de Janeiro (EFE).- La Alianza contra el Hambre y la Pobreza, una iniciativa del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que se lanzará el próximo lunes en la cumbre del G20, nace con compromisos concretos de 39 países y 30 organizaciones internacionales para beneficiar a unos 500 millones de personas.
La lista de 39 países incluye tanto a patrocinadores como beneficiarios de las ayudas, que son naciones en desarrollo de África, América y Asia que inscribieron en la Alianza una cartera con 40 proyectos contra el hambre, algunos de los cuales son nuevos y otros existentes.
Las autoridades brasileñas, que ofrecieron detalles de los proyectos este viernes, no aportaron cifras del monto financiero de las ayudas comprometidas en la Alianza.
No obstante, aseguraron que estos compromisos, formalizados antes incluso de su lanzamiento, muestran que la Alianza contra el Hambre y la Pobreza no es una simple declaración de intenciones ni un nuevo organismo de ayuda internacional con funciones limitadas.
“Estos esfuerzos constituyen el mayor intento colectivo jamás realizado para cambiar el rumbo y poner fin de una vez por todas al hambre y a la pobreza mediante políticas y programas a gran escala basados en proyectos exitosos ya probados”, afirmó el ministro brasileño de Desarrollo Social y Combate al Hambre, Wellington Dias.
La Alianza, que prevé el cumplimiento de metas hasta 2030 en todos los proyectos, se ampliará en la medida de que nuevos países se adhieran a ella, incluyendo 20 que están en lista de espera para ser admitidos, y de que otras organizaciones internacionales comprometan recursos.
“Acabar con el hambre y la pobreza extrema no es tan difícil ni prohibitivamente caro. Ahora tenemos la experiencia, el mundo sabe lo que funciona”, dijo Dias.
La Alianza consiguió compromisos para poner en marcha o reforzar programas de subsidios en al menos trece países de tres continentes, entre ellos Chile, Ecuador y Perú.
Estos programas tendrán apoyo financiero del Banco Mundial y de países como Portugal y Reino Unido y beneficiarán a por lo menos 500 millones de pobres en todo el mundo.
En cuanto a los programas de alimentación escolar, la iniciativa reunió compromisos para beneficiar a unos 150 millones de niños en diez países, incluyendo Brasil, Honduras y Paraguay.
Los programas de alimentación escolar contarán con el respaldo financiero de Finlandia, Francia, Alemania y Noruega, así como de organizaciones filantrópicas privadas como Fundación Rockefeller y Fundación del Fondo de Inversión para la Infancia (CIFF).
La Alianza también tiene en su cartera inicial compromisos para apoyar programas de salud y nutrición para madres y niños que pueden beneficiar a 200 millones de personas en ocho países, entre los cuales Brasil y Paraguay.
Igualmente, cuenta con compromisos para impulsar programas de inclusión socioeconómica, mediante ayudas a unas 100 millones de mujeres emprendedoras en Brasil, República Dominicana, además de otros cuatro países africanos y asiáticos.
También reunió compromisos de organizaciones como FAO, FIDA, PMA y la Unión Europea (UE) y de países como España, Francia, Alemania y Noruega para financiar proyectos de apoyo a pequeños agricultores en Brasil, República Dominicana y Angola, y en proyectos de acceso al agua en Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Senegal. EFE
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