Los apagones y la falta de acceso a energía constante han obligado a muchas familias y negocios a recurrir a estas herramientas, que aunque útiles, también generan emisiones contaminantes y riesgos si no se usan adecuadamente. Para profundizar en este tema, conversamos con la Mgtr. Mercedes Villa Achupallas, directora de Ingeniería Ambiental de la UTPL. Abordamos los principales contaminantes que liberan los generadores eléctricos, sus efectos a corto y largo plazo en la salud, las precauciones necesarias para su uso seguro, y las alternativas sostenibles que podrían mitigar su impacto. Además, discutimos cómo desde el hogar podemos contribuir a reducir el consumo eléctrico y adoptar hábitos más responsables en el marco de esta crisis energética.
Los generadores eléctricos funcionan utilizando combustibles como el diésel o la gasolina, los cuales contienen carbono como uno de sus principales componentes. Durante la combustión, un proceso químico en el que el combustible reacciona con el oxígeno del aire para producir energía, se generan diferentes contaminantes. Entre ellos, el dióxido de carbono (CO₂) es el más abundante. Este gas de efecto invernadero es inevitable siempre que se quemen combustibles fósiles y es uno de los principales responsables del calentamiento global.
Además del CO₂, se generan otros contaminantes que dependen de las condiciones de operación y mantenimiento del generador, y de la calidad del combustible. El monóxido de carbono (CO) se genera en ambientes cerrados o sin oxígeno. Este gas es altamente tóxico. Los óxidos de nitrógeno (NOₓ) se producen a altas temperaturas durante la combustión y contribuyen a la formación de smog y lluvia ácida, afectando tanto el medio ambiente como la salud respiratoria. El material particulado (PM), los óxidos de azufre (SOₓ), y los hidrocarburos no quemados (HC) son restos de combustible que no llegan a quemarse completamente.
La exposición directa al CO podría causar dolores de cabeza, mareos, confusión, náuseas e incluso pérdida del conocimiento o muerte en exposiciones muy altas, por lo que es recomendable colocarlos en espacios abiertos. Los NOₓ pueden irritar las vías respiratorias, provocando tos, dificultad para respirar y agravamiento de enfermedades respiratorias como el asma. Mientras que el PM puede causar irritación en los ojos, garganta y pulmones, desencadenando problemas respiratorios agudos.
A largo plazo, la exposición a estos contaminantes puede llegar a afectar la visión, deteriorar la función pulmonar e incrementar problemas respiratorios crónicos. En el caso del CO₂, aunque no es tóxico en concentraciones normales, contribuye al cambio climático, lo que puede afectar indirectamente la salud humana a través de fenómenos como olas de calor más intensas, disminución de la calidad del aire, aumento del smog y alteración del clima.
En primer lugar, es necesario colocar los generadores en espacios abiertos, lejos de puertas, ventanas y sistemas de ventilación para evitar el ingreso de gases al interior de la vivienda.
Almacenar el combustible de manera segura en recipientes resistentes, alejados de fuentes de calor, con cierre hermético, apagar el generador y dejarlo enfriar antes de reabastecer.
Es importante no sobrecargar el generador conectando más equipos de los que puede manejar, y utilizar cables de extensión adecuados y en buen estado para evitar riesgos eléctricos o incendios.
La principal recomendación es utilizar el generador solo cuando sea estrictamente necesario. Es importante que quienes usan generadores solo para iluminación y decoración reconsideren su uso, por ejemplo, en lugar de usar generadores, se podrían considerar opciones más sostenibles, como luces LED solares o luces de bajo consumo que no requieren un generador a combustión y pueden ser cargadas mediante energía solar.
Es fundamental repensar el abastecimiento eléctrico de manera más sostenible, buscar alternativas alimentadas por fuentes renovables como la solar y la eólica. Si bien los generadores nos han proporcionado una solución rápida, su impacto ambiental y la dependencia de combustibles fósiles son preocupaciones a largo plazo.
Adoptar buenas prácticas en el hogar, como aprovechar la luz natural durante el día abriendo cortinas o persianas y, de ser necesario, reorganizando el mobiliario para aprovechar mejor la luz exterior. Desenchufar los aparatos electrónicos cuando no se están utilizando es crucial para evitar un consumo innecesario. Utilizar regletas con interruptores de encendido y apagado para desconectar varios dispositivos a la vez también es una forma de reducir el gasto energético. Eliminar correos electrónicos innecesarios también es una forma de reducir el consumo energético, ya que cada mensaje enviado y almacenado requiere energía en los servidores que los almacenan.
Otro aspecto importante es el uso eficiente de electrodomésticos, como evitar que el sol directo incida sobre la refrigeradora, ya que el calor externo la obliga a trabajar más para mantener la temperatura interna e incrementa su consumo energético. Cambiar a electrodomésticos de bajo consumo energético reduce significativamente el uso de electricidad. Si se dispone, es necesario optimizar el uso de la calefacción y el aire acondicionado, ajustando la temperatura sólo cuando sea necesario y utilizando ventiladores o alternativas más económicas y sostenibles.
Ahora que se acerca Navidad, la iluminación y la decoración pueden generar un consumo significativo de electricidad, es importante tomar medidas para minimizar el impacto energético. Durante el día, muchas tiendas y negocios mantienen las luces navideñas encendidas a pesar de que la luz natural es más que suficiente. Tomar conciencia es necesario para encenderlas y apagarlas a una hora razonable. no es necesario que la decoración navideña esté encendida todo el tiempo, evitemos el derroche.
La refrigeradora es uno de los electrodomésticos que más energía consume en el hogar, ya que se mantiene encendida para mantener los alimentos. Para optimizar su uso, es importante asegurarse de que la puerta esté bien cerrada, evitar abrir la puerta innecesariamente, que esté ubicada en un lugar fresco y sombreado, revisar y descongelar la refrigeradora regularmente, ya que el hielo acumulado la hace trabajar más para mantener la temperatura interna.
Las lavadoras y secadoras consumen mucha electricidad, especialmente cuando se usan con frecuencia es recomendable lavar con cargas completas, y secar la ropa al aire en lugar de usar la secadora. El aire acondicionado también consumo mucha energía, especialmente durante los meses calurosos, es recomendable cerrar las puertas y ventanas cuando el aire acondicionado está encendido, para evitar que el calor exterior entre al espacio, lo que haría que el sistema consuma más energía, así como, usarlos cuando sea necesario y limpiar los filtros para garantizar que el aire fluya correctamente, mejorando su eficiencia.
Somos los usuarios del sistema y en esta situación de crisis necesitamos adoptar hábitos sostenibles, por ejemplo, usar menos el aire acondicionado o calefacción, aprovechar la luz natural durante el día y desenchufar los dispositivos cuando no se usen.
Estamos en un tiempo de austeridad y debemos evitar el derroche de recursos. Estamos cerca de navidad y los hogares, almacenes, parques y ciudades se llenan de luces, encenderlas solo en momentos necesarios representaría un gran apoyo para hacer un uso más racional de la energía.
La sequía ya está afectando la capacidad de las hidroeléctricas que dependen del flujo de agua en los ríos. Pero, puede llegar a afectar la disponibilidad de agua para abastecimiento, lo que nos recuerda la importancia de ser precavidos y responsables con el uso del agua y evitar su desperdicio. Algunas acciones sencillas pero efectivas incluyen tomar duchas cortas, ya que esto reduce considerablemente el consumo de agua, reduce el caudal del agua con el que sueles lavar tus utensilios, cierra bien las llaves de agua y no dejes grifos goteando. En cuanto al riego de las plantas, lo mejor es regarlas por la noche, ya que de esta forma el agua se evapora menos y las plantas absorben mejor el líquido.
Lo mejor es empezar por algo sencillo pero poderoso: apagar las luces. Un pequeño cambio que tiene un gran impacto, tanto en tu casa, como en la oficina o en cualquier lugar de trabajo. En un momento en el que enfrentamos una crisis energética, necesitamos más conciencia y menos decoración innecesaria. Apagar las luces cuando no las necesitamos es un gesto que todos podemos hacer, sin costo alguno y con grandes beneficios.
La información está disponible por todos lados, las redes sociales nos bombardean con noticias, consejos y tips sobre cómo mejorar el consumo de energía, pero si solo nos quedamos con la información sin llevarla a la acción, el problema solo continuará creciendo. El mejor ejemplo es el propio ejemplo. Si queremos que el cambio sea real, debemos empezar nosotros mismos. Este desafío es de todos: ¿quién será el primero en apagar las luces hoy? Al hacerlo, no solo estamos contribuyendo al ahorro de energía, sino también motivando a quienes nos rodean a hacer lo mismo. Con pequeños gestos, podemos generar un gran impacto.
La contaminación atmosférica por uso masivo de generadores y el riesgo de pérdida de la cadena de frío de alimentos requieren atención para evitar efectos adversos en la salud de la población. Disponer de datos relativos al monitoreo y calidad del aire es fundamental para la toma de decisiones informadas, en este sentido, la academia juega un papel importante, desde UTPL por ejemplo se cuenta con el observatorio de clima el cual provee de informes sobre la calidad del aire en Loja. Además, desde la carrera de Ingeniería Ambiental se está llevando a cabo un proyecto de investigación para evaluar los niveles de contaminación acústica por el uso de generadores en la ciudad.
En cuanto al riesgo de pérdida de la cadena de frío de alimentos, las autoridades deben garantizar que los sistemas de refrigeración y transporte de alimentos sean adecuados y estén regulados para evitar la proliferación de bacterias y patógenos. Es vital que se implementen inspecciones más rigurosas en la industria alimentaria y que los distribuidores y comercios cuenten con equipos de refrigeración eficientes y adecuados. Además, se deben promover campañas de sensibilización sobre la correcta conservación de los alimentos, tanto en el hogar como en el comercio.
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