Así es como Mahdy Krira, un artista palestino en Gaza, describe su impulso por desarrollar su arte en medio de un incesante bombardeo y llevarlo a su pueblo agobiado por la guerra, para animarlo, entretenerlo y educarlo.
Su arte actual son los títeres que, así como esos “fragmentos sueltos” que lo inspiran, los construye de los escombrosde la guerra: latas, pedazos de madera destrozada, retazos de tela y basura.
Krira dio sus primeros pasos artísticos dentro de la dramaturgia y el teatro, pero hace 18 años decidió dedicarse a los títeres, un arte que no existía en Gaza, a pesar de estar presente en muchos países vecinos, le contó a BBC News Mundo a través de un intérprete.
No tuvo quien lo entrenara, pero gracias a un talentoso amigo, mucha práctica autodidacta y ensayos que fluctuaron entre el fracaso y el éxito, fue adquiriendo experiencia.
“Lo que realmente te enseña son la acumulación de experiencias y reveses. Y la persistencia es la clave de la excelencia”, asegura.
“Un arte maravilloso”
Después de varios años, fundó una compañía de títeres llamada Khayyout, que significa Hilos, la primera en la Franja de Gaza.
“Los niños de mi nación necesitaban urgentemente este arte increíble y maravilloso”, expresa. “Cuando el títere aparece, empiezan los murmullos y las risas. Un niño o una niña se acerca a saludar a uno de los personajes… y todos abrazamos el cielo con alegría”.
Pero ha sido una práctica artística incompleta, señala. El histórico sitio de Gaza y la serie de conflictos armados en el territorio palestino no le han permitido una mayor exploración de las diferentes técnicas de los teatros y artistas de alrededor del mundo.
“Ciertamente hay una gran brecha entre lo que hago y lo que debería estar haciendo, o por lo menos estar al tanto de los desarrollos e innovación”.
La situación es ahora mucho más difícil, después del ataque de Hamás en territorio israelí el 7 de octubre de 2023, cuando mataron a más de 1.200 personas y secuestraron a 250, y la apabullante ofensiva militar de Israel que todavía continúa y se ha cobrado más de 42.000 vidas palestinas.
Una nueva misión
A sus 43 años, Mahdy Krira está casado y tiene seis hijos. Según cuenta a BBC News Mundo, antes de que su casa fuera bombardeada y destruida, al igual que su taller, ya había sido forzosamente desplazado nueve veces. Huyó con su familia al sur de Gaza, pero las Fuerzas de Defensa de Israel no les permitieron llevar nada consigo y lo perdieron todo.
“Fue el inicio de una fase de agotamiento, destierro y desesperación”, explica. “El bombardeo es constante, donde quiera que vayas, con aviones volando por encima y literalmente dentro de tu mente”.
No obstante, de lo más profundo surgió una renovada pasión y decisión. “Amo el teatro y los títeres, y echaba de menos a (la compañía) los Hilos y la determinación de continuar trabajando se apoderó de todos mis sentidos”.
Aunque ya no tenía acceso a las materias primas para construir sus marionetas, ni a herramientas, ni pinturas y no había electricidad, usó lo que tenía en su entorno.
“Me di cuenta de que tenía que construir por lo menos un títere para ayudar a mis hijos y a mí a escapar el estrés de la guerra y robarle unos momentos al miedo”, manifiesta.
Latas vacías y los remanentes de la guerra como únicos materiales disponibles, sumados a una “determinación y ambición” fueron la base para crear nuevos títeres e historias que le ayudaran a registrar la experiencia de una guerra que él tilda de “genocida”.
“Un teatro móvil por el mundo”
A pesar de todas las dificultades, surgió la idea de producir estos espectáculos para más niños, construyendo escenografías y llevándolas en un teatro móvil a los campamentos de refugiados para entretener a las familias y sus hijos.
“Montamos el teatro, los títeres salen y las sonrisas aparecen”, dice, señalando que la moral se eleva y la audiencia pide más.
“Es realmente extraordinario. Imagínate crear vida entre la muerte desperdigada”, apunta.
Pero sus espectáculos cumplen más funciones que ser una mera diversión. Como el sistema educativo ha quedado completamente destruido por el conflicto, Krira también participa activamente en estrategias de aprendizaje y desarrollo educacional.
“La responsabilidad se ha vuelto mayor ahora”, relata. “Incluye entretenimiento, educación, apoyo psicológico y primeros auxilios de salud mental”.
Su teatro de títeres atrae a mujeres, ancianos, padres, hijos y proveedores de servicios, asegura Mehdy Krira.
Aspira a llevar su teatro móvil, tal vez en un camión reciclado, no sólo por toda Gaza sino el mundo. “Presentándonos en España, Egipto, Jordania, Londres, Berlín, Canadá y Brasil y decirle al mundo ‘Aquí estamos, nos bombardearon con todo, pero estamos creando alegría y buscando la vida entre los escombros”.
“La esperanza es propagar la alegría y el optimismo, que es lo primero que se ha logrado”, afirma.
“Sembramos sonrisas, sanamos nuestras almas y luego construiremos esta nación. Construiremos la humanidad sin sumisión y sin extremismo”.
Texto original de BBC Mundo
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