Cali (Colombia) (EFE).- El mundo debe duplicar las áreas terrestres y marinas protegidas para alcanzar la meta del 30 % preservado al 2030, según concluye el informe Planeta Protegido 2024, presentado este lunes en la COP16 de Biodiversidad que se celebra en Cali.
Este informe, el primero oficial del progreso mundial en la Meta 3 del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, revela que el 17,6 % de la tierra y las aguas continentales y el 8,4 % de las zonas oceánicas y costeras del mundo se encuentran dentro de áreas protegidas y conservadas documentadas.
Estas cifras suponen un aumento de la cobertura protegida equivalente a más del doble del tamaño de Colombia, algo “digno de celebrar”, pero el Centro Mundial de Monitoreo de la Conservación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA-WCMC) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), autores de este documento, alertan que solo supone “un aumento de menos de 0,5 %”.
En este contexto, en los próximos seis años será necesario ampliar la protección mundial en un 12,4 % en tierra y un 21,6 % más en el océano.
El informe también documenta que los mayores avances desde 2020 se han producido en el océano, pero la mayor parte ha sido en aguas nacionales, mientras que en las internacionales la cobertura sigue siendo muy baja y representa menos del 11 % de la superficie total de áreas marinas y costeras protegidas, a pesar de que la alta mar abarca el 61 % de los océanos.
A esto se suma que las áreas protegidas y conservadas no siempre se establecen en los lugares que más lo necesitan y solo una quinta parte de las áreas identificadas como las más importantes para la biodiversidad están totalmente protegidas.
Y aunque el informe reseña la importancia de que aumenten en número las áreas protegidas y conservadas, también subraya la necesidad de que estas estén bien manejadas y sean efectivas.
La investigación concluye que “hay pocas pruebas de que las áreas protegidas y conservadas estén gobernadas de manera equitativa”.
“Es igualmente importante que estas áreas sean efectivas y que no afecten negativamente a las personas que viven en ellas y sus alrededores, quienes a menudo son sus custodios más valiosos”, afirmó la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.
De hecho, menos del 4 % de la cobertura de áreas protegidas y conservadas está gobernada por pueblos indígenas y comunidades locales, mientras que estos cubren al menos un 13,6 % adicional de las áreas terrestres mundiales.
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