Naciones Unidas se convirtió el lunes 23 de septiembre de 2024, en un amplificador de las voces que las mujeres afganas no pueden usar en su país debido a las restricciones que sufren. En un evento paralelo de la Asamblea General en donde la actriz estadounidense Meryl Streep lamentó que en el país asiático hasta una ardilla goce de más derechos que una mujer.
El pasado agosto, Afganistán aprobó una ley para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio que obliga al uso del velo para cubrir el rostro y cuerpo de las mujeres, para evitar “causar tentación” y condenó el sonido en público de la voz femenina, incluyendo cantar, recitar, o hablar frente a micrófonos, como una falta contra la modestia, implementando la interpretación más rigurosa de la ley islámica.
“La nueva ley promulgada el mes pasado formaliza la eliminación sistemática de las mujeres y las niñas de la vida pública. Las mujeres y las niñas afganas están confinadas en gran medida en sus hogares, sin libertad de movimiento y casi sin acceso a la educación o al trabajo. Incluso se les prohíbe cantar o alzar la voz en público”, anotó el secretario general, António Guterres.
El acto fue organizado por Irlanda, Catar, Suiza, Indonesia y el Foro de Mujeres de Afganistán.
Streep tomó la palabra en un evento titulado ‘La inclusión de las mujeres en el futuro de Afganistán’, donde aseguró que en Kabul tiene más libertades una gata, una ardilla a un pájaro que una mujer, ya que estos animales pueden tomar el sol en la calle, corretear por un parque o cantar, ejemplos de las cosas que una mujer no puede hacer en Afganistán.
No obstante, la protagonista de ‘Mamma Mia!’ anotó en su discurso que la realidad de Afganistán no siempre fue en su historia tan restrictiva para las mujeres: “En 1971 me gradué en la universidad aquí en Nueva York, y ese año, las mujeres en Suiza obtuvieron el derecho al voto. Las mujeres en Afganistán, por supuesto, habían disfrutado de ese derecho durante medio siglo”.
No en el nombre de la religión
Por su parte, la ministra de exteriores de Indonesia, Retno Marsudi, se describió como: “Una mujer, una madre, una abuela y una musulmana” y señaló que eso no le impide tener acceso a todos los derechos, incluido el de hablar en el edificio de Naciones Unidas.
“Cuando estoy aquí, puedo expresar lo que pienso. Puedo expresar mis aspiraciones. Las mujeres afganas deberían disfrutar del mismo derecho, pero la situación es completamente diferente. Ahora se enfrentan a un retroceso en el progreso en materia de educación, empleo y libertad social“, aseguró Marsudi.
La canciller anotó además que al menos 1,4 millones de niñas fueron vetadas en la educación secundaria en 2024. Esta preocupante situación exige nuestra máxima atención, según la Unesco.
El foro de Mujeres de Afganistán presentó hoy el documental ‘The Sharp Edge of Peace’ sobre cuatro lideresas afganas que tomaron el micrófono para contar la preocupante situación de su país.
Habiba Sarabi, exministra de Asuntos de la Mujer de Afganistán; Fawziya Koofi, exvicepresidenta del Parlamento de Afganistán y Asila Wardak, exdirectora General de Derechos Humanos y Asuntos Internacionales de la Mujer del ministerio de Asuntos Exteriores afgano.
Wardak explicó que sus “hermanas” afganas fueron borradas de la sociedad y recalcó que “el futuro de Afganistán no puede construirse sobre la base de la exclusión de la mitad de la población”.
“Las mujeres deben ser parte de la solución, no un elemento secundario”, argumentó. EFE
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