Los hábitos de consumo en jóvenes
Para proteger su salud mental, a través del JOMO algunos jóvenes han decidido poner distancia con la tecnología, especialmente de las redes sociales y han pasado a priorizar el autocuidado y los momentos de calma que aportan felicidad, sin sentirse mal por perderse actividades o eventos a los que acudirían por presión social.
Es imposible cuantificar la cantidad de contenido que se puede consumir en un día: miles de vídeos, planes, actividades, etc. Los jóvenes viven bombardeados de tal cantidad de información que a veces les es imposible desconectar.
Según el informe ‘Nacer en la era digital: La generación de la IA’ de Qustodio, los menores pasan una media de cuatro horas al día frente a las pantallas consumiendo todo tipo de contenido.
Qustodio, la aplicación multiplataforma especializada en seguridad y bienestar para familias, pretende con este estudio revelar los intereses y hábitos de los niños y niñas cuando navegan, además de lograr una relación más equilibrada con la tecnología.
“A según qué edades los jóvenes pueden estar sometidos a una presión social que les obliga a hacer cosas que igual no les apetecen. Tienen que aprender a disfrutar de lo que les gusta y evitar sentir esas obligaciones que, a la larga, pueden tener efectos negativos sobre ellos. Prácticas como el JOMO pueden ser muy efectivas si sienten ese tipo de dependencia tecnológica”, explica Emily Lawrenson, gerente de comunicaciones de Qustodio.
Redes sociales más utilizadas
TikTok es la red social más utilizada a nivel mundial, con un 44 % de los menores utilizándola.
En España, este porcentaje es aún mayor, alcanzando un 61 % de los jóvenes, quienes pasan una media de 112 minutos diarios en la aplicación.
Instagram es también muy popular, especialmente en España, donde los jóvenes pasan una media de 71 minutos diarios en la plataforma, aunque esta es una de las redes donde más se está popularizando el concepto de JOMO.
Desde la introducción de los “reels” en 2020, el tiempo en Instagram se ha incrementado un 40 % en el último año.
Riesgos de las redes
Salud mental: Esta red social ha sido criticada por sus efectos negativos en la salud mental debido a la seguridad y los desafíos peligrosos que se viralizan en la plataforma. La constante exposición a estos contenidos puede tener un impacto duradero en la salud mental de los jóvenes.
Acoso: El informe también destaca el problema del ciberacoso, que no solo ocurre en redes sociales sino también en aplicaciones de mensajería como Snapchat. El ciberacoso está asociado con cambios negativos en el comportamiento, como alteraciones en el sueño y el estado de ánimo
¿Cómo afrontan los jóvenes la presión social de las redes?
Si cada vez que suena una notificación sienten la necesidad de dejar lo que están haciendo para mirar el móvil o son incapaces de decir que no a un plan, aunque no les apetezca, probablemente estén sometidos a una dependencia tecnológica que puede impedirles disfrutar de hacer lo que ellos realmente quieren.
Los expertos de Qustodio dan algunos consejos para poder llevar a cabo el JOMO y disminuir la ansiedad que provoca en jóvenes el uso de redes sociales:
Desactivar las notificaciones
Las notificaciones conducen a una dependencia que hace que no se pueda dejar de prestar atención a los dispositivos tecnológicos. Tenerlas desactivadas les ayudan a estar más relajados, menos estresados y ser más productivos, además de no estar mirando constantemente la pantalla del móvil.
Utilizar filtros de contenido
Muchas veces, la ansiedad de estar informados las veinticuatro horas del día viene derivada de recibir mucha información. Ante esa necesidad de estar siempre pendiente de todo lo que ocurre, es importante priorizar solo aquello que de verdad interese.
Limitar el tiempo en las aplicaciones
Las redes sociales pueden enganchar a los menores durante horas, llegando a ser una adicción peligrosa para ellos. Por eso, es recomendable limitar el tiempo que se pasa frente a las pantallas.
¿Un momento de cambio?
Según la reflexión final del informe anual de Qustodio 2023, a raíz de que los jóvenes estén al borde del punto de quiebre, los adultos han empezado a comprender mejor el estrés que supone estar constantemente conectados y a saber cómo es crecer en un patio de recreo digital.
De hecho, parecen estar surgiendo movimientos sociales en Barcelona por parte de padres que piden que se limite el uso de teléfonos móviles hasta la edad de 16 años.
Los gobiernos ya han empezado a actuar a través de medidas como el control parental obligatorio en las tarjetas SIM o la exigencia de responsabilidades a las empresas de redes sociales por el efecto que sus aplicaciones tienen en adolescentes y preadolescentes de todo el mundo.
La plataforma de seguridad y bienestar digital para familias asegura que lo que antes parecía un “padres contra hijos” está evolucionando poco a poco para convertirse en un esfuerzo conjunto. EFE
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