Jerusalén (EFE).- El jefe del Shin Bet -la agencia de seguridad interna de Israel-, Ronen Bar, viajó anoche a El Cairo para participar en las negociaciones por un alto el fuego que permita llevar a cabo un intercambio de rehenes israelíes a cambio de presos palestinos, según informó a última hora del domingo el medio local Walla.
Según Walla, Bar acude a Egipto para formar parte de conversaciones como las que conciernen a los nombres de los prisioneros palestinos que serían liberados de darse el acuerdo, así como sobre el control en un futuro del paso de Rafah, en el extremo meridional de la Franja y fronterizo con el vecino sur de Israel.
Este cruce constituía el principal acceso de ayuda humanitaria a una Gaza devastada, en la que ya han muerto más de 38.100 palestinos, hasta que fue cerrado poco después de que Israel lanzara su ofensiva sobre la ciudad de Rafah, que se extiende más de dos meses.
El domingo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, publicó una lista de sus líneas rojas de cara a las negociaciones, entre ellas evitar el contrabando de armas desde Egipto a Gaza a través de este paso fronterizo.
Con el viaje de Bar a El Cairo, la inteligencia interna israelí se une a las conversaciones de las que ya empezó a formar parte el pasado viernes el servicio de inteligencia externa, el Mosad.
El jefe del Mosad, David Barnea, hizo un viaje relámpago a Doha (Catar) para reunirse con el primer ministro y jefe de la diplomacia catarí, Mohamed bin Abdulrahman al Thani, para discutir la propuesta planteada por Hamás el miércoles, que incluiría la liberación de los 116 rehenes que quedan dentro de la Franja.
Barnea, que viajó solo sin la delegación negociadora al completo, regresará a Catar esta semana con todo el equipo, que incluye a Ronen Bar o al mayor general Nitzan Alon, quien supervisa las conversaciones en nombre del Ejército.
Asimismo, Egipto acogerá en los próximos días delegaciones de Estados Unidos e Israel para abordar los “puntos pendientes” sobre un posible alto el fuego en la Franja de Gaza.
“Estamos más cerca que nunca”, llegó a decir el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, sobre el posible acuerdo con Hamás.
Si bien ambas partes ven de forma positiva la última ronda de negociaciones, insisten en las que vienen siendo sus líneas rojas desde hace meses: para Hamás, alcanzar el fin definitivo de la guerra en Gaza y, para Israel, lograr sus objetivos de guerra (acabar con las capacidades militares y de gobierno de los islamistas, rescatar a todos los rehenes y garantizar el retorno seguro de los evacuados en el norte y sur del país a sus casas).
“Cualquier acuerdo permitirá a Israel retomar los combates hasta que todos los objetivos de la guerra sean alcanzados”, incidió ayer Netanyahu en un comunicado publicado por su oficina.
Imagen facilitada de soldados israelíes durante una operación en Gaza. EFE/ Ejército de Israel
Mientras tanto, la guerra continúa. Al menos 40 personas murieron y otras 75 resultaron heridas en los ataques israelíes de las últimas 24 horas en la Franja de Gaza, según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás.
Desde que comenzó la guerra, hace nueve meses, 38.193 personas han perdido la vida y otras 87.903 han sido heridas en el devastado enclave palestino, sometido a constantes bombardeos por parte del Ejército israelí.
Además, las autoridades locales estiman que 10.000 cadáveres se encuentran enterrados bajo los escombros, sin que los equipos de rescate puedan acceder a ellos.
Cientos de familias evacuaron en la madrugada de este lunes los barrios de Tuffah, Daraj y Ciudad Vieja de ciudad de Gaza (norte) hacia el oeste, como ordenó ayer el Ejército, que esta noche lanzó una serie de bombardeos contra distintas zonas de la capital gazatí, según medios palestinos.
Por otro lado, fuentes palestinas señalaron que se produjo un gran desplazamiento de personas desde las zonas aledañas a la sede de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) en la ciudad, donde los militares lanzaron anoche una operación.
Las fuerzas enfatizaron que antes de la operación avisaron a los civiles de que tendría lugar el ataque, y aseguraron que abrirán una “ruta definida” para facilitar la evacuación de personas.
En el sur, las fuerzas armadas israelíes mantienen después de más de dos meses su ofensiva contra la meridional Rafah, donde al menos una mujer murió y tres de sus hijos resultaron heridos en un bombardeo contra una vivienda en la zona de Musabah, en el norte de la ciudad.
La entrada de las fuerzas israelíes en la ciudad, donde se refugiaban más de un millón de palestinos desplazados, ha complicado aún más la distribución de ayuda humanitaria en el devastado enclave tras el cierre del paso fronterizo hacia Egipto, que permanece clausurado desde principios de mayo. EFE
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