No es difícil deducir por qué el líder político Nelson Rolihlahla Mandela se convirtió en un icono tan importante en lo que respecta a la lucha por los derechos humanos, especialmente para la población negra. Llamado cariñosamente “Madiba” por los sudafricanos, en referencia a su origen, es homenajeado cada 18 de julio por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuando se conmemora el Día Internacional de Nelson Mandela, una fecha que reconoce su labor como activista por la paz y la libertad.
Abogado, activista por los derechos de la población negra, preso político, símbolo de la lucha por la paz y el fin de la segregación racial en Sudáfrica: Madiba parece haber vivido decenas de vidas en una.
Con la vista puesta en esta trayectoria, National Geographic detalla cinco hechos sorprendentes sobre la singular vida de uno de los mayores líderes mundiales de la historia.
Nelson Rolihlahla Mandela nació en 1918 en la pequeña ciudad de Mvezo, al este de Sudáfrica. Procedía de una familia real del pueblo tembu, de lengua xhosa, uno de los grupos étnicos más numerosos del país, informa la Enciclopedia Britannica.
La plataforma detalla que era hijo del jefe del clan Madiba, Henry Mandela, y, por tanto, su sucesor. Sin embargo, tras la muerte de su padre, el joven Nelson “renunció a su pretensión de liderazgo” para estudiar en Johannesburgo y convertirse en abogado.
En Johannesburgo estudió Derecho y, en 1944, entró en política. A partir de 1948 vivió bajo el régimen de segregación racial llamado apartheid, implantado por el gobierno de la época, que se basaba en separar a blancos y negros en diferentes formas de convivencia.
“El apartheid determinaba, en función de la raza, dónde podían vivir y trabajar los sudafricanos, el tipo de educación que podían recibir e incluso si podían o no votar”, explica Britannica. “La población negra, la gran mayoría en Sudáfrica, estaba privada de derechos”, explica la fuente, y vivía bajo una violenta opresión.
Mandela fue detenido en junio de 1964 acusado de intentar derrocar al gobierno de minoría blanca que regía Sudáfrica en aquel momento. Acusado de traición y sabotaje, fue condenado a cadena perpetua, rememora Britannica.
El activista y político pasó la mayor parte de su condena en Robben Island, una cárcel cercana a Ciudad del Cabo, realizando trabajos forzados que incluían romper rocas. “Durante la década de 1980, rechazó muchas ofertas de liberación anticipada por parte del gobierno”, explica un artículo sobre la vida del sudafricano publicado por National Geographic US.
No fue hasta el 2 de febrero de 1990 cuando el entonces presidente sudafricano, F.W. de Klerk, revocó la condena de Mandela y otras organizaciones antiapartheid, y posteriormente anunció que Madiba sería liberado, afirma la fuente.
Cuando salió a la calle en Ciudad del Cabo, más de 50 000 personas esperaban escuchar el primer discurso público del líder político tras más de 20 años de prisión: “Nuestra lucha ha llegado a un momento decisivo. Nuestra marcha hacia la libertad es irreversible”, dijo Mandela en aquel momento y sus palabras se retransmitieron por todo el mundo.
En 1994, fue elegido presidente de Sudáfrica con más del 60 % de los votos, poniendo fin a un ciclo de tres siglos de dominación europea (con los colonizadores-invasores portugueses, holandeses y, finalmente, británicos) sobre los pueblos nativos africanos de la región, explica el artículo de NatGeo.
La victoria de Madiba fue inesperada, ya que había un clima de tensión y violencia presidiendo las elecciones. “Mandela hizo una campaña incansable, pidiendo a la gente que arrojara sus armas al mar”, subraya NatGeo US.
Su victoria fue un hito no solo para Sudáfrica, sino para el mundo, ya que 20 años antes de su ascenso a la presidencia, las personas negras del país no podían votar ni utilizar los mismos autobuses y trenes que los blancos. La vida en el país de la segregación racial incluía ir a lugares (desde playas a mercados y restaurantes) designados sólo para personas negras, y vivir en barrios considerados guetos, explica Britannica.
Mandela murió el 5 de diciembre de 2013 en Johannesburgo, cuando ya vivía recluido. Estuvo casado prácticamente toda su vida con Winnie Mandela, también activista por los derechos. Desde que entró en prisión, mantuvo la costumbre de hacerse la cama cada mañana, incluso cuando fue presidente, detalla el artículo de NatGeo.
En 1993 recibió uno de los mayores honores de su carrera: el Premio Nobel de la Paz, que compartió con F.W. de Klerk, ambos por su labor en la lucha contra el apartheid.
Su vida fue narrada en su autobiografía Long Walk to Freedom (Un largo camino hacia la libertad), que se convirtió en un bestseller internacional. Las memorias empezaron a ser escritas “en secreto” por él cuando aún estaba en prisión: “La biografía fue sacada de la cárcel clandestinamente por presos que habían sido liberados”.
Cada año se celebra el legado de Mandela y la fecha que se le dedica llama a la reflexión en un mundo que sigue viviendo constantes conflictos étnicos y raciales.
Texto National Geographic
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