Sídney (Australia) (EFE).- Una avalancha de tierra que en la madrugada del viernes golpeó y sepultó una aldea remota del norte de Papúa Nueva Guinea enterró al menos a 300 personas, según indicaron este sábado medios locales del país.
Aunque todavía no hay fuentes oficiales de las autoridades debido a la dificultad de acceso al lugar y las precarias comunicaciones en el país, el periódico local Post Courier citó al parlamentario Aimos Aken, quien pidió ayuda al Gobierno en las labores de rescate porque el deslizamiento en la localidad de Kaokalam “enterró al menos a 300 personas”.
Según el parlamentario, el desastre natural ocurrido en la provincia de Enga, unos 600 kilómetros al noroeste de la capital, Port Moresby, sepultó al menos 1.182 casas.
A pesar del elevado número de víctimas, son pocos los cuerpos que se han conseguido rescatar, según la cadena estatal australiana ABC, debido a la falta de la maquinaria necesaria para mover las piedras y la tierra que sepultaron la aldea.
La ONG Care Australia, presente en Papúa Nueva Guinea, indicó el viernes en un comunicado remitido a EFE que la carretera de acceso a la aldea está bloqueada y “llevará un tiempo considerable despejarla”, lo que retrasará las labores de ayuda y la llegada de información sobre las víctimas.
A pesar de las dificultades, un equipo de rescate de las autoridades papús ha llegado al lugar para evaluar la situación y asistir a las víctimas, señaló la ONG.
Testigos declararon a la ABC el temor a nuevos desprendimientos de tierra en esta área montañosa y pidieron al Gobierno que envíe apoyos para garantizar la seguridad de los pueblos de la zona.
Según una vecina citada por la cadena australiana, la repentina avalancha desde una montaña cercana, sorprendió a los lugareños mientras dormían y sepultó centenares de casas.
“El pueblo entero ha desaparecido”, afirmó esta mujer.
Por su parte, el gobernador de Enga, Sandis Tsaka, indicó el viernes en un comunicado que equipos de rescate que incluyen a la Policía, el Ejército, ONG internacionales y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se han desplazado a la zona para asistir en un “desastre natural sin precedentes”.
El primer ministro papú, James Marape, indicó que divulgarán más información sobre la “escala del desastre y la pérdida de vidas” cuando los equipos desplazados evalúen la situación, según un comunicado divulgado por su portavoz.
Asimismo, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, transmitió hoy en la red social X sus condolencias y mostró la disposición de Australia a ayudar.
Imágenes desde el lugar de la catástrofe de la cadena estadounidense NBC muestran una vasta área de rocas y tierra arrancada de una colina, así como a vecinos recogiendo sus enseres y explorando la zona enterrada por el desprendimiento en busca de supervivientes.
El área afectada suele padecer de lluvias intensas e inundaciones, y los desprendimientos no son inusuales en el país, en el que, pese a la riqueza en recursos naturales, una gran parte de sus más de nueve millones de habitantes vive en extrema pobreza y se encuentra aislada por déficit de comunicaciones e infraestructura, especialmente en lugares remotos como el de la actual catástrofe. EFE
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