En Ecuador, un país conocido por su rica biodiversidad, un equipo de investigadores de la Universidad San Francisco de Quito realizó un descubrimiento significativo: dos nuevas especies de tarántulas en las laderas de los Andes, más específicamente en árboles que se ubican en la parte occidental del país. Estos arácnidos pertenecen a la familia de los Psalmopoeus Pocock.
Este hallazgo, realizado a finales de febrero de 2023 y publicado en la prestigiosa revista especializada ZooKeys en los últimos días del pasado año, subraya no sólo la vasta diversidad biológica de la región, sino también las amenazas que estas especies enfrentan ante las actividades antropogénicas, como la minería y la agricultura, que degradan y fragmentan su hábitat natural.
Según detallaron los expertos, la primera especie, bautizada como Psalmopoeus cronoarachne, se ubicó en un bosque al pie de las estribaciones de la Cordillera Occidental de los Andes, a 1,5 m (aproximadamente 5 pies) sobre el suelo. Este nombre científico es una composición de términos griegos que significan “tiempo” y “araña”, con lo cual los expertos buscaron dejar en evidencia la vulnerabilidad y el riesgo crítico de extinción que enfrenta ante el avance de actividades humanas en su entorno.
La palabra compuesta (NdeR: cronoarachne) se refiere al dicho de que a estas arañas se les podría contar su tiempo o reducirlo debido a actividades humanas, advirtieron los expertos de la Universidad en el documento científico. Al tiempo que señalaron que esta denominación, además, advierte sobre el peligro de supervivencia y prevalencia de las especies de arañas ante la deforestación y la expansión agrícola y minera en su hábitat, entre otros aspectos.
En tanto, la segunda especie descubierta fue bautizada bajo el nombre de Psalmopoeus satanas. Las razones de este curioso mote radican en su comportamiento defensivo inicial al ser detectada por primera vez, seguido de una rápida fuga con movimientos rápidos y esporádicos, casi demasiado veloces para ser percibidos.
Identificado en el norte de la Cordillera Occidental de los Andes, este arácnido fue hallado a unos 900 m (aproximadamente 2953 pies) sobre el nivel del mar, en una región que, al igual que el hábitat de la Psalmopoeus cronoarachne, se ve amenazada por la actividad humana que contribuye a la degradación del entorno natural. En palabras de los expertos, esta zona padece los efectos relacionados con la degradación y la constante disminución y fragmentación provocada por las tierras de cultivo, las producciones mineras, y la expansión urbana, entre otros factores.
Según señalaron los científicos del Grupo de Investigación de Migalomorfos del Laboratorio de Zoología Terrestre, de la Universidad San Francisco, de Quito, los investigadores quedaron fascinados por el comportamiento de esta especie durante su estudio. Es que fueron su mal carácter y de sus ataques esporádicos los que inspiraron su denominación.
“Sin embargo, aunque la región es relativamente única desde el punto de vista ecológico, debido a que Pangua no está dentro de los límites de ninguna reserva ecológica gubernamental, está altamente amenazada”, advirtieron los expertos en el documento. Al tiempo que señalaron que es esencial considerar que esta especie, la Psalmopoeus cronoarachne, “cumple con las categorías de conservación”, por lo cual “debe clasificarse como en Peligro Crítico” de extinción.
En tanto, al referirse a la otra especie, los expertos resaltaron que Psalmopoeus satanas, aunque “parece ser endémica del bosque de las estribaciones occidentales” y la región “es irregular, compleja y propensa a un alto endemismo”, tampoco está protegida por reservas ecológicas gubernamentales, “enfrenta pérdida de hábitat”, por lo cual es “una amenaza latente” y consideraron que “también podría clasificarse como en Peligro Crítico”.
“Estas especies son los únicos clados arbóreos de arañas terafósidas en la región y, por lo tanto, pueden desempeñar funciones esenciales en los microecosistemas estratificados de sus respectivas áreas”, afirmaron los expertos. “Para evitar esta pérdida de biodiversidad ecuatoriana, es esencial que estas especies sean consideradas legales y que se implementen regulaciones y sanciones más estrictas”, aseguraron los científicos, al tiempo que pidieron “involucrar y educar a las comunidades locales sobre la importancia de la conservación de la biodiversidad” y pidieron “fomentar la investigación sobre las especies de tarántulas aún no descritas o desconocidas en el área”.
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