En Venezuela, desde hace años, ocurren desapariciones forzadas, cuando los cuerpos del Estado, como la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) o el Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), han detenido a civiles o militares, los incomunican, les niegan a los familiares que los tienen tras las rejas, a muchos los torturan físicamente, les amenazan a sus niños o padres, y cuando finalmente los presentan los obligan a que sea con un defensor público, que como funcionario al fin, solo cumple órdenes de un superior. Acaba de suceder con la presidente de la ONG Control Ciudadano, Rocío del Carmen San Miguel Sosa, quien estuvo más de 100 horas en manos de los funcionarios de la DGCIM antes de ser presentada ante un Tribunal de Terrorismo. Y también está ocurriendo con el ingeniero Carlos Salazar Lárez, quien desapareció luego de hacer viral un video del comerciante colombiano Alex Naín Saab Morán en la isla de Margarita.
Aunque el caso de San Miguel Sosa acapara la corriente de opinión política y de la sociedad civil, no es menos cierto que lo sucedido con Salazar Lárez toma carácter más grave aún, porque desapareció el 5 de febrero, cuando un grupo de hombres se lo llevó, después de criticar la presencia de Saab Morán, a quien se le ve en un local comercial con dos jóvenes.
Alex Saab fue dejado en libertad por Estados Unidos, recibido en el Palacio de Miraflores por Nicolás Maduro Moros, quien posteriormente lo nombró presidente del Centro Internacional de Inversiones Productivas (CIIP). En el video, publicado por Salazar, se ve a Saab en la isla de Margarita, lugar que ha sido, desde hace unos años, el centro de la vida activa de grupos árabes, rusos e iraníes.
El Ministerio Público ni siquiera ha mencionado el caso del ingeniero Salazar, quien fue empleado de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa). El fiscal Saab Halabi tuvo tiempo, incluso en el pronunciamiento que hizo ayer miércoles, para hablar de los muertos de Gaza transmitiendo un video, cuidándose de no mencionar las muertes ocurridas en Israel, con el mismo relativismo que asume la desaparición forzada.
Familia del ingeniero abrió una cuenta en la red Instagram, @salazarlarez9191, donde han estado solicitando información sobre Carlos Salazar. “Por favor, necesitamos que se haga eco de esta causa injusta, esta angustia como familiares que estamos viviendo, por derecho necesitamos saber de su paradero de su integridad física. Tío no estás solo, estamos dando lucha para saber de ti, no estás solo”, dicen los mensajes de una sobrina.
Ellos dijeron que el 5 de febrero de 2024, a Salazar lo capturan en Punta de Piedras, municipio Tubores, estado Nueva Esparta. “Se lo llevó un grupo vestido de negro con su carro Mazda 6 color gris plata. No sabemos de su paradero, desde ese día, no lo han formalizado ni ha tenido su proceso como el debido derecho, para saber por qué se le imputa”.
Agregaron que ese lunes, entre 4 y 5 de la tarde (16-17 horas), en la calle El Módulo vía Las Mercedes, en punta de Piedras, un grupo de hombres vestidos de negro, se lo llevó. Desde entonces, han acudido a instancias legales, tales como la Policía estadal y nacional, comandos militares, Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), Comando Nacional Antisecuestro y Extorsión (Conas), así como a la Fiscalía 12 del Ministerio Público, “y no logramos dar con su paradero. Como familia queremos respuesta de su integridad física”.
Alegan que la causa de su desaparición fue el video que grabó en un centro comercial de la Isla de Margarita, cuando Alex Saab se encontraba en ese lugar. El ingeniero expresó su descontento contra el Gobierno venezolano a la vez que criticaba al colombiano devenido en diplomático por el régimen venezolano, a quien Estados Unidos liberó y entregó a Venezuela, en el marco de un supuesto canje de presos políticos y varios estadounidenses; dos de esos liberados fueron un mes después condenados por un tribunal del fronterizo estado Apure.
En el video, que sería la causa, de la desaparición de Salazar, se oye la voz de un hombre calificando a Saab de malandro: “Ta ahí con el carajito, hablando por teléfono. Qué arr…!”, dice a la vez que menciona que estaba preso en EEUU y criticando “mira cómo anda paseando ahora en Margarita”.
La familia asegura que al ingeniero Salazar lo venían siguiendo “hasta que dieron con su paradero y se lo llevaron arbitrariamente. El Ing. Carlos Salazar aún no aparece, no damos con su paradero, no nos informan ni dan derecho a llamada para saber de su estado; es una injusticia. Si está siendo procesado, por el motivo que sea, que se le impute. Queremos saber dónde está Carlos Salazar Lárez”.
El portal EsPaja, en conversación con Andrea Castellanos Salazar, sobrina de Carlos Salazar, revela que según un testigo que acompañaba al ingeniero, quienes se lo llevaron dijeron que el motivo era la publicación del video de Alex Saab en el centro comercial de Margarita.
Cuando Salazar fue a realizar compras y cambiar un dinero en Punta de Piedra, “fue interceptado por un cuerpo de hombres vestidos de negro, de acuerdo con el testigo, a quien por cierto también le quitaron el celular, pero no lo detuvieron”.
Según el portal de noticias Tal Cual, el coordinador del Foro Penal del estado Nueva Esparta, Pedro Arévalo Semprun, informó que hasta este 13 de febrero no han tenido noticias del paradero de Carlos Salazar. “Indicó que en compañía de un hermano de Salazar asistieron a la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y a otros sitios de detención de la entidad y les negaron que estuviese allí”.
Mujeres también
El Fiscal General de Venezuela, Tarek William Saab Halabi, asume la desaparición forzada con relativismo, como lo evidencia en cuanto al caso de la presidente de la ONG Control Ciudadano, Abog. Rocío del Carmen San Miguel Sosa, quien es llevada ante un tribunal cuando pasaron más de 100 horas de haber sido detenida y aun así el titular del Ministerio Público asevera que “fue presentada en los lapsos legales correspondientes”.
La situación de la desaparición forzada en Venezuela ya ha tenido mujeres en el escenario, tal como ocurrió con el caso de las hermanas Alemán Castellano, Andreína José y Yolimar, detenidas para presionar al teniente Richard Rafael a que se entregara y aun así, después de haberlo detenido, dejaron a las dos mujeres, al esposo de una de ellas y a otro oficial, en los sótanos de la DGCIM.
Las hermanas Alemán fueron detenidas el 21 de abril 2020, cuando se las llevaron de la casa de sus padres en Puerto Cabello, estado Carabobo. Casi un mes después de estar encerradas en los sótanos de la DGCIM, sin visita, sin presentarlas ante los tribunales y sin recibir asistencia legal, unos custodios le dijeron a Yolimar y a Andreina que recogieran sus cosas de la celda porque las iban a liberar.
Las dos mujeres estaban felices e incluso entre sus miedos hacían planes para abrazar a sus padres, a los hijos de Yolimar y regresar a sus trabajos y estudios. Los funcionarios de la Dgcim las trasladaron hasta el centro comercial San Diego de Puerto Cabello.
Las damas bajaron torpemente, casi sin poder caminar de la emoción. “Apenas respiraban el olor de la libertad, tratando de adaptarse a la luz y organizarse para llegar a su casa. De repente una comisión de la Dgcim, oculta en el lugar, se les lanzó encima, las tiraron contra el suelo, las esposaron, mientras ellas gritaban, pedían auxilio y se las volvieron a llevar para la sede de la Dgcim en Caracas”.
Esa fue la manera en que la DGCIM justificó la detención y encubrió que las hermanas Alemán Castellano tenían un mes en desaparición forzada. Hasta ese día su detención no estaba registrada en ningún organismo, no las habían presentado ante el Tribunal, siempre estuvieron secuestradas, mientras su hermano Richard Alemán fue sometido a brutales torturas.
Texto original de Infobae
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