Faltan menos de tres semanas para que el Metro de Quito empiece su operación comercial, tras más de 10 años del inicio de las obras, en marzo de 2013.
El 1 de diciembre de 2023, los 18 trenes que integran este sistema de transporte empezarán a brindar el servicio a lo largo de sus 22,6 kilómetros, que unen al norte con el sur de Quito.
Ese es el ofrecimiento del alcalde Pabel Muñoz y ha sido ratificado por el operador, el consorcio formado por las empresas Metro Medellín y Transdev.
Luego de seis meses de silencio por los incidentes que provocaron la suspensión del servicio en mayo de 2023, la presidenta del consorcio, Verónica Sevilla, asegura a PRIMICIAS que los problemas de inicios de 2023 fueron resueltos y el Metro está listo para operar al 100% de su capacidad.
Además, dice, hay un plan de contingencia para evitar desmanes en las estaciones con mayor afluencia de personas.
¿Qué garantiza que esta vez el Metro funcione sin problemas?
Es importante que las personas creen su cuenta en la página web del Metro de Quito para que puedan utilizar los diferentes métodos de pago y que al acceso sea fluido.
No hay que olvidar que el sistema del Metro está diseñado para que el 50% de los pagos sean digitales y el 50%, en taquilla. Los planes de contingencia están totalmente preparados para que el flujo de gente pueda ser cómodo.
A los ciudadanos les decimos que si tenemos que esperar cinco o 10 minutos no pasa nada porque hay trenes pasando cada cinco minutos en hora pico y cada ocho minutos en hora valle.
Desde el 1 de diciembre vamos a tener todas las taquillas abiertas en las estaciones.
No creo que será necesario cerrarlas si hay más afluencia porque el Metro se diseñó para una demanda de 400.000 personas.
¿Qué razones motivaron a acceder a una renegociación del contrato, tomando en cuenta que dejarán de recibir USD 9,8 millones?
Nuestros accionistas, Metro Medellín y Transdev, han estado poniendo el capital de trabajo de estos últimos 11 meses para sacar adelante el proyecto.
Para llegar a esta mediación, fueron cinco meses de conversaciones y más de 90 reuniones en las que siempre hubo diálogo, a veces más fluido y otras veces menos. Pero al final, es un aporte que hacemos a la ciudad y para iniciar las operaciones en diciembre.
Con esta reducción en el valor del contrato, ¿cómo queda establecida la deuda del Municipio, que superó los USD 15 millones?
Lo que se determinó fue la revalorización de la fase de preoperación, que se extiende desde noviembre de 2022 a noviembre de 2023. El ahorro de los USD 9,8 millones se aplica a esta etapa.
Desde diciembre de 2023, nuevamente el Municipio deberá pagar los USD 2,5 millones mensuales que establecía el contrato original. Lo que hicimos fue un descuento del 32% del monto que estaba estipulado en los 12 primeros meses.
El valor de esta fase era de alrededor de USD 31 millones y ahora queda en algo más de USD 21 millones.
Lo que hay que decir es que el Municipio ya nos pagó lo que corresponde a la fase de preoperación.
¿Por qué decidieron suspender las operaciones en mayo de 2022, en medio de la etapa de pruebas con pasajeros?
Nosotros estábamos en la etapa de inducción con cobro. Quiero aclarar que esas pruebas no fueron catalogadas como operación comercial. Es de dominio público que el sistema de cobro no funcionó y hubo problemas de seguridad. También se registraron agresiones a nuestro personal.
En ese momento operamos con cuatro trenes y no satisfacíamos la necesidad de la demanda y se ponía todo en riesgo.
Como operador, uno de los principales factores que debemos atender es la seguridad de los usuarios. Ante eso, decidimos parar la inducción con cobro para hacer lo que estamos haciendo ahora: las pruebas a la terminación y la marcha blanca.
Para empezar una operación comercial en cualquier parte del mundo se necesitan entre uno y dos años de pruebas. En Quito estamos haciendo un año.
¿Tuvieron presiones políticas para empezar las pruebas con cobro?
Nosotros estábamos siguiendo un cronograma. Pero se empezaban a ver restricciones, que las dimos a conocer a las autoridades de entonces.
En ese momento había un interés para ponerlo a funcionar, pero al no haber las garantías técnicas debimos tomar esa decisión unilateralmente al no recibir una respuesta positiva.
Ahora tenemos un cronograma de acuerdo a la realidad de un proyecto de esta envergadura. Además, las 550 personas que trabajan con nosotros han cumplido 100.000 horas de capacitación.
También estamos probando el sistema de recaudo, que es fundamental de cara al inicio de operaciones.
Y nos encontramos en la fase de marcha blanca, en la que estamos estresando al sistema a su máxima capacidad para solventar cualquier novedad que se pueda presentar. Estas pruebas se hacen de 05:30 a 23:00 de lunes a viernes. De 07:00 a 23:00, los sábados; y de 07:00 a 22:00, los domingos.
¿Qué falta para que el sistema esté al 100%?
No es que falte algo. Todo está listo, pero estamos poniendo en práctica toda la teoría.
Esto incluye los más de 500 protocolos que tenemos y otros sistemas, como el recaudo. Este servicio está en manos de un tercer proveedor (Revenga), que fue contratado por la Empresa Metro de Quito.
Las pruebas que hemos hecho auguran un buen inicio y la ciudadanía debe entender que son la parte más importante de nuestro servicio.
Hay que aclarar que ya no vamos a hacer pruebas con pasajeros. Entramos a la etapa de servicio completo.
¿Cuál será la demanda que tendrá el Metro?
Los estudios de demanda dicen que vamos a tener gran afluencia en los primeros días, por Fiestas de Quito y Navidad. Después, bajará un poco y luego se estabilizará. La demanda debe ir creciendo hasta tener 400.000 pasajeros diarios cada día. Eso es lo ideal.
Durante los primeros meses, se calcula que habrá entre 90.000 y 100.000 usuarios diarios.
De todas formas hay que ver cómo la Cultura Metro se impregna en la ciudadanía y cómo se desarrollan otros procesos, como la reorganización de las rutas y frecuencias del transporte público y las interconexiones con el transporte municipal.
Creemos que las bondades que brinda el Metro hará que la demanda crezca porque hay un importante ahorro de tiempo para los usuarios.
¿Quién realizará el mantenimiento de los trenes?
Estará a cargo del fabricante de los trenes, la empresa española CAF. Entiendo que este contrato se ha extendido por más tiempo. El Municipio también está haciendo un proceso de contratación de los mantenimientos de los túneles y otros sistemas para que todo esté listo hasta diciembre.
Otro tema que aún estaba pendiente son los seguros. ¿Está asegurado todo el sistema?
Los seguros están contratados. La Empresa Metro de Quito es la responsable de contratar los seguros. Y esta fue una condición para mover los trenes. Todo esto está listo.
Los trenes cuentan con seguros hasta 2028, cuando se acaba el contrato entre la Empresa Metro de Quito y el consorcio operador.
¿Los trenes funcionarán de forma automática desde el inicio de las operaciones?
Tenemos previsto que el sistema automático (ATO) empiece a funcionar a mediados de 2024. Mientras tanto, el Metro operará con el sistema ATP, que no es otra cosa que un sistema en el que los maquinistas aún deben hacer procesos manuales.
Con este sistema hemos trabajado ocho meses y nuestros maquinistas lo conocen muy bien.
Con información de Primicias
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