La ganadería tradicional se refiere a sistemas de cría de animales que siguen prácticas y métodos históricos en la producción de carne, leche y otros productos animales. Por lo general, implica pastoreo extensivo y enfoques menos intensivos en comparación con la ganadería industrial moderna. Sin embargo, a pesar de sus valiosas características culturales y sociales, la ganadería tradicional puede tener efectos significativos en el cambio climático a través de emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), gases que contribuyen al calentamiento global y al cambio climático.
Las características fisiológicas del ganado bovino, al ser un rumiante, permiten que se produzca gases como parte de su proceso de digestión al descomponer los alimentos fibrosos en el rumen, una de las cuatro cavidades de su sistema digestivo. En el rumen, los microorganismos fermentan la celulosa y otros componentes vegetales, liberando ácidos grasos volátiles y gases, incluido el metano.
La cantidad de gas metano que emite una vaca puede variar según diversos factores, como su dieta, el tipo de manejo y las condiciones ambientales. En términos generales, se estima que una vaca puede emitir alrededor de 70 a 120 kilogramos de metano al año.
Además, para proveer pastos y tierras de cultivo para el ganado, a menudo se lleva a cabo la deforestación, especialmente en regiones tropicales. La eliminación de árboles reduce la capacidad del ecosistema para absorber el dióxido de carbono de la atmósfera, lo que contribuye al aumento de los niveles de CO2.
A pesar de sus efectos negativos, la producción ganadera y sus subproductos son esenciales para la seguridad alimentaria y la nutrición global, además de proporcionar otros bienes y servicios como cuero, estiércol y tracción animal (FAO, 2018).
Si bien es cierto, y de acuerdo al panorama expuesto, la ganadería amenaza a los recursos naturales ya sea por sobreexplotación, deforestación, degradación del suelo, pérdida de biodiversidad y demás males o aspectos negativos con los que se la relaciona, pero ¿qué pasa con las grandes ventajas que representa la misma ganadería al ser bien manejada?, ¿qué falta, qué se debe hacer?, ¿se debe dar por terminada la ganadería?, ¿hasta cuándo continuar con los sistemas de manejo tradicionales?, ¿cómo abordar los impactos negativos en el cambio climático?, ¿acaso la solución es el confinamiento?, ¿Se pueden implementar prácticas sostenibles? ¿Cuáles son estas prácticas que fomentan una ganadería más compatible con la protección del clima y el medio ambiente? Como vemos, existen estas y un sinnúmero de interrogantes que debemos analizar de manera minuciosa y la respuesta en realidad no es tan fácil.
Desde una visión ambiental, la adopción de prácticas sostenibles, como la gestión adecuada de los desechos animales y la implementación de sistemas de pastoreo regenerativo, pueden reducir el impacto de la ganadería en el cambio climático, actualmente la ganadería regenerativa se ha convertido en una solución prometedora para abordar los desafíos ambientales y socioeconómicos asociados con la producción de carne y leche en todo el mundo.
En Ecuador, donde la ganadería desempeña un papel importante en la economía y la cultura, la transición hacia buenas prácticas puede ser una estrategia efectiva para garantizar la sostenibilidad a largo plazo. La aplicación de un manejo ganadero sostenible propone un enfoque alternativo que busca mejorar la salud del suelo, aumentar la biodiversidad y reducir la huella ambiental de la producción ganadera, este tipo de ganadería se basa en una serie de principios fundamentales que buscan mimetizar los patrones naturales de los ecosistemas y aprovechar los servicios ambientales que estos brindan. Algunos de los principios clave incluyen:
Manejo holístico: este enfoque considera el ecosistema en su conjunto, reconociendo la interconexión entre el suelo, las plantas, los animales y el agua. Los pastizales son manejados de manera planificada y rotativa, permitiendo períodos de descanso para la recuperación de la vegetación y la mejora de la estructura del suelo.
Intensificación adaptativa: busca maximizar la producción por unidad de área sin comprometer la salud del suelo o la biodiversidad, es decir, optimizando los sistemas de pastoreo y la selección de razas de ganado adecuadas para el entorno local.
Ciclo de nutrientes cerrado: promueve el reciclaje de nutrientes en el sistema, minimizando la necesidad de insumos externos y reduciendo la contaminación del agua y el suelo. Los animales son manejados de manera que sus excrementos se distribuyen de forma equilibrada en los pastizales, enriqueciendo la fertilidad del suelo y por ende repercutiendo en la producción de alimento para el ganado.
Aumento de la biodiversidad: la implementación de sistemas regenerativos fomenta la recuperación de la vegetación nativa y la conservación de hábitats para especies animales y vegetales.
Resiliencia ante el cambio climático: los sistemas sostenibles pueden ayudar a los productores a adaptarse a las condiciones climáticas cambiantes, al mejorar la capacidad de los suelos para retener agua y reducir el impacto de eventos extremos.
Cabe recalcar que la rotación de pastizales y el manejo adecuado del ganado ayudan a incrementar la materia orgánica en el suelo, mejorando su estructura y capacidad de retención de agua; además, la reducción al mínimo del uso de insumos externos como alimentos concentrados, medicamentos y fertilizantes químicos.
Es evidente que la aplicación de prácticas sostenibles puede contribuir a la conservación de los recursos naturales, mejorar la productividad y la rentabilidad de los ganaderos, y promover la resiliencia frente al cambio climático. Sin embargo, es necesario fomentar la investigación científica y brindar apoyo técnico y financiero para promover una transición exitosa hacia la ganadería sostenible en todo el país, esto solo se puede lograr con el compromiso de los productores, las instituciones gubernamentales, la academia y la sociedad en general.
Conscientes de la necesidad de promover ganadería sostenible, la Universidad Técnica Particular de Loja, a través de la carrera de Ingeniería Agropecuaria, lleva a cabo la Escuela de Ganadería Sostenible, en la provincia de Zamora Chinchipe, con el propósito de potenciar las capacidades productivas de diferentes actores agropecuarios, mediante el desarrollo de un modelo productivo sostenible y aplicación de buenas prácticas de ganadería.
Referencia:
FAO. 2018. Optimization of feed use efficiency in ruminant production systems – Proceedings of the FAO Animal Production and Health Proceedings, No. 16. Rome, FAO and Asian-Australasian Association of Animal Production Societies.
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