No debe sorprendernos que, como sociedad, estemos hundidos en el fondo, con pocas probabilidades de salir con vida.
En el mundo entero se repudia el magnicidio ocurrido el pasado 9 de agosto en Quito, Ecuador. Pero contrariamente, como ecuatorianos actuamos tan impávidos que parecería que el asesinato no nos duele, como comunidad. O estamos acostumbrados, o somos quemeimportistas y egoístas. No nos damos cuenta, asesinaron a vista y paciencia de todos los presentes, a un candidato a la presidencia de la República, nada más ni nada menos. Deberíamos estar en las calles levantando a grito pelado nuestra voz de protesta. Pero no, tenemos miedo, mucho miedo. Preferimos no actuar.
El miedo puede estar fundamentado en el temor a las represalias de los vándalos y de los corruptos, autores intelectuales, que utilizan a simples asesinos, asesinos a sueldo, sicarios, políticos asesinos, políticos corruptos, bandas asociadas a los políticos y demás. Sin embargo, un pueblo que vive con miedo es un pueblo que puede perderlo todo. No le queda nada por pelar, lo perdió todo. Simplemente no es vivir. Como sociedad hemos tocado fondo, sin posibilidades de salir a flote pronto. ¿Será esta la razón por la cual estamos así, apendejados?
Me duele mucho analizar las posibles respuestas, pero sin duda alguna, las mafias nacionales, internacionales, criollas, mamas luchas y demás, se han tomado el país porque les dejamos hacerlo. El pueblo tiene miedo de oponerse, el pueblo está en indefensión.
Facundo Cabral muy sabiamente decía: “Nos envejecemos más por la cobardía que, por el tiempo, los años solo arrugan la piel, pero el miedo arruga el alma”. Así estamos arrugados el alma, sin protestar. Nos hemos dejado avasallar sin reaccionar. La sociedad necesita sacudirse, reaccionar, recuperar su país.
Nunca es tarde, siempre se puede empezar de nuevo. Necesitas convencerte a ti mismo. Para empezar, puedes decir, basta a esos hábitos destructivos (pasividad, egoísmo), basta a las cosas que te encadenan (el miedo a actuar), basta a los que quieren dirigir tu vida (políticos corruptos) y te llevan por el camino equivocado. ¡¡BASTA YA!! Dilo, grítalo desde el fondo del estómago y que se infle el pecho con los pulmones a reventar, BAAASSTAAAA. Yo comando mi vida, mi visión, mi camino. Yo decido, recuperarme, recuperar mi país.
Todos podemos, si nos proponemos romper la red de corrupción de la sociedad, aportando con nuestra forma honesta y transparente de acción, para ganar espacio en cada escenario en el que nos desenvolvemos. Si podemos. Así, vamos contagiando a quienes vacilan y les atraemos hacia la nueva sociedad. A los que piensan y actúan de forma igualmente honesta les proporcionamos el espacio que buscan para actuar. Así creamos conciencia de sociedad y convivimos todos, descartamos a los corruptos y oportunistas. Recuperamos el país.
Salgamos a la calle a protestar, el proceso electoral es la oportunidad para levantar la voz de protesta. Tenemos opciones: una, votamos nulo todo, porque no podemos dejar pasar el magnicidio. Si el voto nulo gana, todos los políticos se van a la casa y se deben programar nuevas elecciones presidenciales y demás. Otra, votamos por el Movimiento Construye de Fernando Villavicencio, para que su valentía no haya sido en vano. Él se inmoló por el Ecuador, seamos conscientes, es hora de tomar el timón de nuestras vidas y gritar que estamos en contra de los corruptos asesinos y deshonestos. Ganamos la presidencia y asamblea.
Recuerden, el circo está montado, no se dejen engañar, el circo está montado por el CNE, me explico.
Primer acto: el proceso electoral está en marcha, el fraude también. El conteo electrónico es la clave, pero nadie más tiene acceso y lo revisa, para evitar el fraude contra la voluntad del pueblo. Contra tu voluntad expresada en las urnas, tu voto no vale para ellos.
Segundo acto: el debate de los candidatos a presidente montado de forma increíble, con preguntas fuera del contexto actual y de la realidad del país, olvidándose que en un año y medio ningún mago o alquimista podrá concretar una parte de lo que proponen, peor los candidatos. Es decir, circo y más circo.
Tercer acto: el espacio vacío de Fernando Villavicencio. ¿Por qué no estuvo la candidata a vicepresidente o al candidato a presidente cuya solicitud de inscripción ya se había enviado? ¿Cuál era el apuro? Había que evitar que el pueblo vea otra cosa que no sea la demagogia de la robolución ciudadana y sus secuaces (3 o 4 candidatos).
Cuarto acto: la presentación de los candidatos. Destacaron Daniel y Otto por sus intervenciones y la calidad de su pensamiento, por su preparación previa, aunque se equivocaron de discurso pues el esquema estaba montado por el CNE y los dos seudo moderadores no podían moderar nada. El resto realmente da mucha vergüenza, se llevan la medalla a la incoherencia y a la falta de convicción personal. Carlos se salva, interesante su presencia y lenguaje corporal. Luisa y Bolívar se llevan el premio mayor al borreguismo sin neuronas, repetición del discurso tan trillado de los sectaristas de la robolución ciudadana.
Quito acto: El espacio vacío de Fernando Villavicencio. Cristian Zurita no tuvo la oportunidad de expresar y compartir con el pueblo ecuatoriano las propuestas definidas por el Movimiento Construye. ¿Es esto democracia? ¿Así entiende la democracia el CNE? ¿Así implementa las órdenes el CNE? No puede ser, BASTA YA. De esta manera antidemocrática e inconstitucional evitaron que el pueblo conozca bien las propuestas y que su voto emocional tome el escenario electoral. Todo planificado.
Conclusión: Todo estaba orquestado, para darle circo al pueblo para que se olvide pronto de Fernando Villavicencio, su legado, su denuncia, su valentía. El CNE podía haber aplazado el famoso debate hasta calificar a Zurita, pero no, la orden del que sabemos debió haber sido, ni locos no podemos arriesgar a que alce el sentimiento nacional y que perdamos espacio electoral. No debe participar pues no está inscrito todavía. O tal vez, quizás, quien sabe no la aprueben de forma definitiva. Ya faltan solo 4 días. Alguna triquiñuela aparecerá y no lo calificarán.
A pesar de todo este circo montado para tapar el magnicidio, seguimos impávidos, no puede ser. Protestemos, alcemos nuestra voz a gritos, en las calles. Mercedes Sosa dijo: “Es un enorme error pensar que el gran cambio tiene que venir desde los partidos políticos. No, tiene que venir desde cada uno. Los seres humanos tenemos que aprender a respetarnos a nosotros mismos y después a respetar a los demás”.
Protestemos pacíficamente para recuperar nuestro país.
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