A pesar del llamado recurrente que hacen los médicos, el cáncer sigue avanzando en el mundo, sin perdonar edad, sexo, ni condición social. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer es la principal causa de muerte en el mundo: en 2020 se atribuyeron a esta enfermedad casi 10 millones de defunciones, es decir, casi una de cada seis de las que se registran.
La OMS destaca también que alrededor de un tercio de las muertes por cáncer se deben al consumo de tabaco, a un elevado índice de masa corporal, al consumo de alcohol, a una baja ingesta de frutas y verduras y a la falta de actividad física.
Pero hay un punto clave que destaca la organización, “muchos casos se pueden curar si se detectan a tiempo y se tratan eficazmente”.
La acelerada carrera por lograr mecanismos para la detección temprana de cáncer tiene desde hace varias décadas a los médicos e investigadores desarrollando todo tipo de estudios a nivel mundial. En 2017, la propia OMS resaltó la necesidad de que la ciencia avanzara hacia la detección temprana de esta enfermedad.
Así, por ejemplo, se ha llegado a encontrar avances científicos tan fascinantes como relevantes: como pruebas de sangre capaces de detectar hasta 8 tipos de cáncer en etapas tempranas; o una app para detectar cánceres hematológicos; e inclusive un test que detecta con gran antelación el riesgo de cáncer cervical.
Pero ahora los expertos han ido aún más allá. Un estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences encontró que es posible que hormigas puedan detectar células cancerígenas.
La investigación utilizó hormigas de la especie Formica fusca para detectar si había anomalías en la orina de ratones, unos con cáncer y otros sin cáncer. Eso, porque según los investigadores, los insectos como las hormigas tienen un sentido del olfato refinado y pueden entrenarse fácil y rápidamente con acondicionamiento olfativo.
“Usando la orina de ratones con xenoinjertos derivados de pacientes como estímulo, demostramos que las hormigas individuales pueden aprender a discriminar el olor de los ratones sanos del de los ratones con tumores y hacerlo después de solo tres ensayos de acondicionamiento”, señalaron los investigadores.
Entre los resultados claves que encontraron está que las hormigas pueden diferenciar los ratones con tumores de los sanos después de una fase de aprendizaje rápido.
Tras encontrar ese resultado, ahora el reto, según señalan los investigadores, es lograr que las hormigas puedan hacer lo mismo en el caso de los humanos. “En este estudio, demostramos que las hormigas pueden detectar el cáncer en un organismo completo. ¿Cómo se podría implementar este protocolo en una situación de detección de la vida real?”, se cuestionan los investigadores en el artículo científico.
De acuerdo con el estudio, este es un importante primer paso, pero ahora habrá que investigar más poder aprovechar dicho descubrimiento.
“Aunque prometedor, este estudio es una prueba de concepto. Nuestro método necesita más validaciones utilizando diferentes tipos de tumores/cáncer y, lo que es más importante, muestras de origen humano directo, antes de que se considere adecuado como prueba de rutina para la detección del cáncer. Considerando todo esto, las hormigas muestran el potencial para convertirse en una herramienta rápida, eficiente, económica y no invasiva para la detección de tumores humanos”, puntualiza finalmente la investigación.
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