La palabra psicópata se ha vulgarizado, como tantos términos ligados a la salud, y en general se la utiliza de manera incorrecta, arrojando un diagnóstico y etiquetando a una persona aunque solo presente algunos rasgos propios de ese cuadro psicopatológico. En definitiva, no es lo mismo ser que parecer. Aun así, es importante saber con quién estamos, siempre. No con la idea de juzgar, sino de conocer y conocernos. No hace falta ser profesional de la salud mental y andar diagnosticando, pero sí es importante registrar a tiempo las características de las personas que son significativas en nuestra vida, o que puedan serlo, y evitar, por sobre todas las cosas, ser víctima de maltratos.
En psicoanálisis se habla de tres grandes estructuras de personalidad, neurosis (algo así como la normalidad) psicosis (las llamadas locuras) y perversión (donde comúnmente se ubican las personalidades psicopáticas). Difícilmente un perverso entre a un consultorio, no hacen terapia porque no tienen nada que cambiar, no sienten angustia ni culpa ni arrepentimiento. Todo lo pueden, no muestran debilidad. Y si llegan a la consulta psicológica es para conseguir un certificado de buena conducta, para intentar evitar alguna sanción judicial, o para psicopatear al profesional por algún motivo que solo ellos conocen.
Sociópata y psicópata
Numerosos expertos señalan que la diferencia única entre ambas terminologías es únicamente de origen: mientras que el psicópata ya nacería con este rasgo, el sociópata adquiriría sus rasgos en el desarrollo y con la acumulación de experiencias.
Se basan ambos tipos en el desprecio por las normas y los derechos ajenos. Engañan, hieren y manipulan para lograr todo aquello que se proponen, sin ser necesariamente violentos.
Otros expertos indican que no solo se separan en el origen del trastorno, sino que existen otro tipo de rasgos que marcarían la diferencia:
La sociopatía tiene una base de impulsividad. Sin embargo, el psicópata siempre planificaría cada acto y pocas veces improvisará.
El psicópata carece de empatía desde su nacimiento; tiene la imposibilidad de acceder al dolor o la felicidad ajena. Por otro lado, el sociópata sí puede ser empático, aunque reduzca esta habilidad para muy pocas personas de su entorno.
El psicópata busca integrarse y camuflarse socialmente. No quiere llamar la atención. Sin embargo, las conductas sociópatas llaman mucho la atención y son personan que resultan extrañas a ojos de los demás.
¿Cuáles son los rasgos de una persona psicópata?
La televisión y el cine nos han mostrado la cara más sangrienta de una patología mental que es menos frecuente de lo que se podría pensar. ‘Dexter’, ‘Hannibal‘ o ‘True Detective‘ son series que nos han enseñado cómo se comportan los psicópatas, algo que también hemos podido ver en películas, como la última de Lars von Trier, ‘La casa de Jack’. Sin embargo, la ficción puede confundirnos, mostrando un perfil que no siempre es fiel a la realidad.
La psicopatía transciende a la realidad y nos marca un perfil muy característico en todo aquel que padece esta enfermedad:
1. Egocentrismo
El psicópata tiene la incapacidad de ver desde el punto de vista de la otra persona. Esto lleva también al narcisismo y a sentir que realmente son superiores al resto.
2. Ausencia de empatía
La empatía es la capacidad de percibir lo que el otro siente, desde los aspectos positivos, como la alegría, hasta los negativos, como la tristeza. Al no existir empatía, no habría compasión y los sentimientos de los demás pasarían por alto. Sin embargo, un aspecto menos popular de la empatía, la capacidad de ser capaz de entender lo que el otro piensa, sí está activa en la psicopatía. Es decir, no generan empatía emocional pero sí cognitiva.
3. Necesidad de satisfacción personal
Una anomalía cerebral estudiada por la Universidad de Vanderbilt sugiere que tienen dañado el sistema de recompensa. La consecuencia es que el psicópata dé una excesiva importancia a lo que él quiere, sin importar lo que los demás necesiten, sientan o pienses, lo cual conlleva comportamientos peligrosos.
4. Encanto superficial
Los psicópatas muestran ante los demás una apariencia abierta y segura. No parecen contar con el miedo o la timidez y utilizan estas habilidades de forma premeditada para lograr adaptarse y alcanzar sus fines.
5. Necesidad de control
Tienen una tendencia obsesiva a querer dominar cada persona y cada situación. Esto hace que ejerzan la manipulación, el abuso y la mentira sobre los demás.
La ficción nos ha llevado a pensar en la psicopatía como un rasgo que empuja a matar. Sin embargo, sus características no definirían la necesidad de asesinar ni de cometer realmente actos delictivos. Sí que cuentan con una falta de empatía y una frialdad que les define y les convierte en personas dañinas para los demás.
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