LO MÁS LEÍDO 2022:¿Quién es responsable del calentamiento global?

martes, diciembre 27, 2022

A continuación, los análisis con mayor circulación durante el año. Entrevistas, podcast, videos y artículos de los académicos de las universidades más prestigiosas del país sobre economía, tecnología, ciencia, política, salud, ambiente, arte, deportes… con la idea de llevar la academia a la comunidad, desde una pluralidad de voces. Artículo publicado 19 de julio de 2022

Tiempo de lectura: 5 minutos

 

Solemos aceptar como algo natural que las personas habitamos la tierra. ¿Cómo podría ser de otro modo?, ¿qué sentido tendría el universo si no hubiera permitido nuestra existencia? La tierra, como la conocemos, desde hace millones de años, regala a la humanidad las condiciones necesarias y favorables para el desarrollo de la vida que incluye a los seres vivos, la evolución de las células y microorganismos. Además de los procesos bioquímicos en los mares y continentes que han originado el aparecimiento de las más variadas especies.

La verdad es que la biodiversidad de la Tierra es única. La vida, en todas sus formas y tamaños concebibles, permea nuestro planeta. Y también lo sostiene. Por ello, hoy analizamos la relación de las personas con el clima, la pregunta es ¿Cuál es el rol del clima sobre la vida humana? y ¿por qué nos tiene que importar muchísimo el cambio climático?

El clima como lo conocemos define las condiciones meteorológicas medias que caracterizan a un lugar determinado y hoy en día, con los cambios meteorológicos, de temperatura y humedad, es difícil negar que sentimos y sufrimos el cambio climático en nuestra vida diaria en mayor o menor medida. Olas de frío y calor, tormentas extremas, sequías, inundaciones, incendios, plagas, desertificación, pérdida de bosques, etc.

De acuerdo al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) el estado actual del clima está presentando cambios de temperatura y sus patrones, es así que, entendiendo que el cambio climático es la variación global del clima en la tierra, un calentamiento de 1,5 °C (2,7 °F) es lo que ocasiona el calentamiento del planeta de manera continua, sin cesar año tras año provocando un acelerado aumento del nivel del mar.

Pero, ¿Cómo la humanidad lo entiende?

El cambio climático se refiere a los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos. Estos cambios pueden ser naturales, por ejemplo, a través de las variaciones del ciclo solar. Pero desde el siglo XIX, las actividades humanas se suman a una larga lista que convierten a la ciudadanía en el principal motor del cambio climático debido, principalmente, a la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas.

Las causas fundamentales del calentamiento global son muchas. Las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) como el dióxido de carbono y el metano, provocados por la combustión derivada de las actividades humanas o antropogénicas, que se traduce en quema de combustibles fósiles (carbón, el petróleo y el gas), ocasionan la pérdida de bosques. Aunado a ello, también tenemos las actividades producidas en el ámbito industrial y agrícola que por el alto uso de agroquímicos, el transporte y el mal manejo de basura… afectan al planeta.

La emisión de gases de efecto invernadero actúa como una manta que envuelve a la Tierra, atrayendo el calor del sol y elevando las temperaturas. En el 2019, la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional de Estados Unidos (NOAA), evidenció la media de temperatura más alta, desde que se tienen registros a nivel mundial y el más cálido de la historia de Europa, considerándose como el segundo año más caliente en 140 años. También un estudio internacional publicado en ‘Scientific Reports‘ y liderado por el profesor Jofre Carnicer (UB/CREAF) revela “un cambio histórico sin precedentes” en el régimen de incendios del continente europeo que se propagan en el Mediterráneo y que dejan al menos 237 muertos y más de 3.000 personas evacuadas por incendios forestales.

En este sentido, sus efectos son incontables y ponen en riesgo la vida. El planeta está en cuenta regresiva y si no se toman las medidas correctivas, la producción de alimentos básicos podría estar en peligro. También las altas temperaturas y la subida del nivel del mar provocará la presencia de catástrofes y fenómenos meteorológicos extremos como: huracanes, tifones, sequías y lluvias frecuentes, que afectan a la fauna y flora, además de aumentar la presencia e incidencia de enfermedades. Para Fernández, A. (2017). Consecuencias del calentamiento global.  todas estas consecuencias obligan actualmente a miles de personas a emigrar de sus países, además de causar inestabilidad económica y conflictos bélicos.

La evidencia científica demuestra que el cambio climático es una realidad y una amenaza cada vez más grave para el bienestar y la salud del planeta. Por tal razón, la comunidad científica destaca la urgencia de una transformación socioeconómica fundamental en sectores claves como: la tierra y la energía; y, usarlas correctamente, evitará el aumento peligroso de la temperatura global con impactos potencialmente irreversibles. También examinan medidas urgentes que determinan cómo las personas se adaptarán y cómo la naturaleza responderá a los crecientes riesgos climáticos.

Por ejemplo, el Acuerdo de París contempla tres pilares para luchar contra el cambio climático, además de prepararse y protegerse de sus consecuencias. Estas son: la mitigación, la adaptación y la resiliencia.

Basado en este análisis, nos preguntamos ¿Qué debe hacer la humanidad para contrarrestar el cambio climático?

Evidentemente, las acciones que realicemos hoy repercutirán en el futuro no muy lejano del mañana, para evitar una catástrofe global. Organismos de protección del ambiente sugieren “cambios rápidos, de gran alcance y sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad”. Para ello, son imprescindibles nuevas políticas de los países industrializados.

No obstante, será la unión de medidas políticas con las acciones individuales las que conseguirán este objetivo y es a lo que está llamada la humanidad. Es nuestra la responsabilidad de actuar con acciones simples, que pueden marcar la diferencia hasta lograr cambios más complejos.

Cuidar el planeta en el que vivimos es una responsabilidad de todos. Seguramente poner en marcha actividades que reduzcan las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de una manera muy sencilla, casi sin darnos cuenta, será una contribución pequeña, pero importante.

A continuación algunas alternativas:

1. Cambiar hábitos y costumbres para actuar con una nueva conciencia ambiental.
2. Reducir, reparar, recuperar, reutilizar y reciclar a fin de reducir el impacto ambiental.
3. Consumir alimentos de temporada y de origen local de manera consciente, evitando el desperdicio.
4. Incluir en la dieta diaria más verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas.
5. Consumir menos carne y productos lácteos contribuye a reducir el impacto medioambiental.
6. Reducir la cantidad de uso del agua y reutilizar en lo posible la misma.
7. Implementar huertos familiares, escolares, urbanos, que contribuyan a la seguridad alimentaria y permitan aprovechar ciertos residuos como abono y compost.
8. Ahorrar energía, utilizar bombillas (LED) y otras fuentes de energía, como la solar, eólica, etc. Emplear artefactos y electrodomésticos con etiqueta de eficiencia energética.
9. Usar el transporte público o buscar alternativas de movilidad sostenible (patinetas, bicicletas, o marcha a pie, como medios más baratos y saludables).
10. Evitar usar plásticos y material desechable, se sugiere reciclar e intentar minimizar nuestro impacto generando menos basura. Es decir, comprar menos.
11. Plantar árboles, o contribuir al cuidado de los mismos, con ello evitamos la erosión, obtenemos aire puro y conservamos las fuentes de agua.
12. Fomentar el empleo de documentos digitales, para disminuir el consumo de papel y de tinta.
13. Crear conciencia ambiental, aprovechar las redes sociales para concienciar a la gente con hábitos saludables y amigables con el medioambiente; incluso promover el seguimiento de defensores del planeta y sus buenas prácticas.
14. Promover responsabilidad social, en la niñez, la juventud y la población en general, sobre los efectos negativos del cambio climático y la necesidad de contribuir a mitigar de alguna manera el daño al planeta.

La humanidad es artífice del cambio y solo a través de grandes y pequeñas acciones se podrá mitigar el calentamiento global.

El planeta nos necesita hoy más que nunca.