Lo anunciaba el historiador J.N Harari en Homo Deus (2017). Habría que proteger a la humanidad y el planeta de los peligros inherentes a nuestro poder; es decir, de las ambiciones humanas para alcanzar la inmortalidad, la felicidad y la divinidad.
Nada nos satisface, queremos ser más jóvenes con cirugías, implantes y cuanta cosa disminuya arrugas, abdomen o papada; tener más poder, dinero, casas, carros, joyas, sin importar a quién se arrastra en el proceso o cómo se destruye la naturaleza, mares, fauna, flora, o la temperatura planetaria. Como diría Z. Bauman, el enunciado de hoy es comprar y luego existir:
Se nos ha adiestrado para esperar que los regalos comprados en una tienda compensen a las personas por todas las horas de trato directo y de compañía que deberíamos haberles ofrecido, pero que no les hemos dado. Cuánto más grandes sean los regalos, más grande será la compensación que quien los otorga espera ofrecer a quien los recibe (…) más fuerte su impacto aplacador y tranquilizador en la conciencia sosegada de quien los ofrece. Ir de compras se convierte en una suerte de acto moral (…) sustituyen la generosidad y el espíritu de sacrificio que requiere la responsabilidad moral hacia los otros. (2017, p.127)
Pero, afirma Bauman, el analgésico moral de los mercados de consumo no posibilita los vínculos humanos, los debilita y los desmorona. También lo ha expresado el filósofo coreano-alemán Byung-Chul Han (2022):
El mito de Prometeo puede reinterpretarse considerándolo una escena del aparato psíquico del sujeto de rendimiento contemporáneo, que se violenta a sí mismo, que está en guerra consigo mismo. En realidad, el sujeto de rendimiento, que se cree en libertad, se halla tan encadenado como Prometeo. El águila que devora su hígado en constante crecimiento es su álter ego, con el cual está en guerra. Así visto, la relación de Prometeo y el águila es una relación consigo mismo, una relación de auto explotación. El dolor del hígado, que en sí es indoloro, es el cansancio. De esta manera, Prometeo, como sujeto de auto explotación, se vuelve presa de un cansancio infinito. Es la figura originaria de la sociedad del cansancio. (Prólogo, p.11)
¿Es inevitable el fin de la humanidad o es posible la esperanza? Algunas reflexiones.
Edgar Morin (2022), una de las mentes más iluminadas de Europa, nos llama a que ‘aterricemos’; a civilizar la tierra, transformar la especie en humanidad, reformar el pensamiento y tomar conciencia de la comunidad del género humano, cuyo destino está en peligro. Para él es imperativo salvar al planeta de las amenazas del desarrollo económico, para lo cual habría que regular y controlar las TIC. En la carrera hacia el abismo, plantea tres caminos de esperanza: 1) apostar a lo improbable, como ha sucedido en grandes eventos salvadores de la historia; 2) posibilitar la creatividad del espíritu humano para reorganizar el planeta; y 3) imposibilidad de permanencia de sistemas que transformen la sociedad e individuos en máquinas.
Su propuesta trata de una política humanista con aspectos políticos, sociales, tecnológicos y científicos: energía, agua, ciudad, campo, economía, producción, solidaridad, educación, reforma del estado, civilización, tecnología, industria, civilización; áreas para nuevas políticas. Esto no es nuevo; su preocupación data de hace algunas décadas, insistiendo que el antagonismo que se reafirma y se expande, sin reacciones ni acciones para combatirlo, contribuye a agravar la crisis de lo político, la conciencia, el pensamiento y la civilización que, combinadas con otras, constituyen una enorme crisis planetaria que se agrava.
En ¿Hacia el abismo? (2010), Morin se pregunta si esta crisis conduciría al desastre o a la superación: ¿Vamos hacia una catástrofe que recordaría la que estuvo a punto de eliminar la vida a finales de la Era Primaria? ¿Se evitará el desastre o se volverá a empezar después del desastre?: “Cuando un sistema es incapaz de tratar sus problemas vitales, o bien se desintegra, o bien es capaz en su desintegración de metamorfosearse en un meta sistema más rico, capaz de resolver sus problemas”. (p.21)
Morin explica que, en el mundo humano, la retroalimentación positiva, al desintegrar antiguas estructuras esclerotizadas, puede provocar la aparición de fuerzas de transformación y de regeneración (…). La metamorfosis de la oruga en mariposa nos ofrece una metáfora interesante: cuando la oruga se envuelve en el capullo, comienza un proceso de autodestrucción de su organismo de oruga, (…) al mismo tiempo, el de la formación del organismo de mariposa, el cual es, a la vez, igual y distinto del de la oruga. Esto es la metamorfosis. La metamorfosis de la mariposa está pre organizada (…) en una sociedad-mundo es aleatoria, incierta, y depende de los peligros de un caos que, sin embargo, le resulta necesario (…) Así pues, es el mismo proceso el que trae consigo una amenaza y una promesa. Vamos hacia el abismo o hacia la metamorfosis, y tal vez a lo uno en lo otro. Se trata de un nuevo y formidable combate interno de la humanidad entre el homo sapiens y el homo demens, donde la racionalidad cerrada está al servicio de demens y el amor al servicio de sapiens (…) El porvenir siempre conllevará riesgo, azar e incertidumbre, pero también implicará la capacidad creadora, el desarrollo de la comprensión y de la bondad, y una nueva conciencia humana. (pp. 175-176)
Entrevistado por Bordera y Puig (2022), D. Meadows concluye que el crecimiento se va a detener, por una razón u otra. Coautor del reconocido informe Los límites del crecimiento. Informe al club de Roma en 1972, Meadows presidía entonces el equipo del M.I.T., que estudió los cinco factores básicos que determinan y limitan el crecimiento en la Tierra: población, producción agrícola, recursos naturales, producción industrial y contaminación y adelantó que este se detendría por fuerza cerca del 2020.
Aunque Meadows aclara hoy que no pretendía predecir algo, modeló 12 escenarios consistentes con reglas físicas y sociales; 12 futuros posibles y uno, el standard, mostraba que el crecimiento se detendría en 2020: “todas las variables (producción industrial, de alimentos, etc.) tocaban techo y en unos 15 años comenzaban a declinar inexorablemente”. Por tanto, muchas dificultades actuales son síntomas de niveles de consumo que han crecido más allá de los límites y aunque el cambio climático pudiera solucionarse, encontraríamos otros problemas al empecinarnos en seguir creciendo, ya se trate de escasez de agua, alimentos u otros recursos cruciales.
Sobre si el mito de que la tecnología vendrá al rescate o si se requiere un cambio cultural, moral y ético, Meadows responde que cuando escribió el informe era ingenuo al pensar que la ciencia era infalible y que producir datos incuestionables, bastaría para producir un cambio en la mirada y las acciones de las personas. Afirma que habría que pensar en la autopreservación, luchar contra la mirada cortoplacista, ampliar el horizonte temporal y espacial hacia las siguientes generaciones y calibrar los posibles costes y beneficios. Pero intuye que habrá que esperar al agravamiento de las crisis para reaccionar.
La desigualdad y falta de confianza crecen mundialmente, originan colapsos y dejan entrever que la élite está muy alejada de la realidad, acumulando poder. El modelo se refuerza como referente, sin desapego a lo material. Según el autor, los poderosos buscan más poder, pero el propio poder también sufre un colapso y todo empieza nuevamente. Y aunque cierta élite intenta reducir la desigualdad, no es la tendencia; es como estar en una caminadora que acelera nuestros pasos, pero no nos lleva a algún lado.
Meadows concluye que habrá más cambios en los próximos 20 años y que emergerán otros desastres por el cambio climático y el agotamiento de los combustibles fósiles, lo cual exigirá estados más descentralizados. Frente a la pregunta de si una coalición de élites dotadas podría cambiar el curso de los acontecimientos, opina que es un oxímoron; una paradoja o contradicción.
En Limits to growth: the 30 years up date Meadows y su equipo actualizaron el texto de 1972 (Mayor, 2015), indicando que el peligro aumentaba y había señales para confirmarlo: crecimiento del nivel del mar, glaciares reducidos, 45% de la población con ingresos de dos dólares diarios, 20% de ricos con el 85% del PIB global, 75% de la pesca océanos poco limitada para su conservación, degradación de la tierra para explotación agrícola, etc., concluyendo que:
1) Si las presentes tendencias de crecimiento en la población mundial, industrialización, contaminación, producción de alimentos y utilización de recursos naturales no se modifican, los límites del crecimiento del planeta se alcanzarían dentro de los próximos 100 años.
2) Es posible modificar estas tendencias de crecimiento y establecer condiciones de estabilidad ecológica y económica de tal modo que se prolongue de forma sostenible en el futuro. Podría diseñarse una situación de equilibrio global que permitiera la satisfacción de las necesidades materiales básicas de cada persona en la Tierra y todas tendrían igual oportunidad de desarrollar su potencial humano individual. (p. 1)
Por tanto, nos encontramos en un período de transición al equilibrio global donde la nueva economía deberá basarse en “reducir el gasto en armamento y en atender la producción de alimentos (…) la calidad de vida depende de la nutrición, el agua, la salud, las fuentes energéticas, el respeto al medio ambiente, la educación, el transporte y la paz”. (p.3)
El Informe sobre Desarrollo Humano 2021/2022 (ONU, 2022) hace eco de las preocupaciones señaladas. Si bien los diversos retos actuales no son nuevos, su interacción presenta un inédito complejo de incertidumbre. La pandemia (el desarrollo humano mundial retrocedió durante dos años, borrando logros de los cinco años precedentes), la guerra con Ucrania, el cambio climático y sus visibles consecuencias, alteran las vidas cotidianas y se constituyen en un complejo de incertidumbre, que se deriva de tres fuentes nuevas e interconectadas: “los sistemas planetarios desestabilizados del Antropoceno[1], la búsqueda de transformaciones sociales de gran envergadura para aliviar las presiones planetarias y la intensificación generalizada de la polarización”. (Introducción)
Se trata del peligroso cambio planetario del Antropoceno y su interacción con desigualdades humanas, sumado a esfuerzos por una transición de las sociedades industriales con bajas emisiones de carbono y la intensificación de la polarización política y social, dentro y entre países, facilitada por las nuevas tecnologías digitales. La paradoja entre progreso e inseguridad (6 de 7 personas se sienten inseguras) es el tema central del Informe, proponiendo que “las nuevas incertidumbres sean una oportunidad y no una amenaza, tenemos que impulsar el desarrollo humano a fin de aprovechar nuestras capacidades creativas y de cooperación” (Introducción).
Para ello, se debe:
Sobre el impacto que las incertidumbres multidimensionales, más la inseguridad económica y alimentaria, la discriminación y la violencia, causan en las personas (1 de cada 8 con trastornos mentales), la ONU enfatiza la necesidad del bienestar mental y la resiliencia psicológica. Estos factores pueden generar ciclos intergeneracionales de sufrimiento mental, violencia y dificultades económicas; pero hay personas e instituciones políticas que pueden prevenir el sufrimiento, mitigar las crisis y generar resiliencia psicológica y una estrategia clave es el acceso a la salud (10% de la población mundial lo tiene). Para lograrlo es indispensable actuar colectivamente y deliberar sobre los sistemas políticos, económicos, sociales y culturales:
al ampliar la perspectiva de cómo se toman las decisiones, se generan nuevas posibilidades para afrontar las incertidumbres con las que vivimos actualmente. El cambio de comportamiento y la reforma institucional y de políticas son mutuamente dependientes: las decisiones institucionales y su eficacia al determinar los mejores resultados están relacionadas con los comportamientos y “diversas circunstancias sociales, económicas, políticas y culturales”. (…) los debates públicos y los procedimientos de decisiones sociales influyen en la interacción entre los comportamientos y las instituciones. (Parte I, Cap. 3)
No obstante, afirma la ONU, estos procesos se ven presionados por una intensa polarización política, inestabilidad e inseguridad humana que lleva a desconfiar de los demás y adoptar posiciones políticas extremas; y por la rapidez con la que cambian nuestros ecosistemas informativos. Frente a los efectos negativos, se relieva el gran potencial que tenemos para:
1. Garantizar la prosperidad y el crecimiento, inclusive, dirigiendo la tecnología para lograr el desarrollo humano.
2. Llevar los acuerdos sociales a nivel de acuerdos de políticas e institucionales, así como el cambio de normas sociales, creencias y valores de las sociedades: la cultura.
Los principios de la propuesta implican: flexibilidad, creatividad, solidaridad e inclusión, lo que permitirá manejarse mejor ante la incertidumbre. La teoría de la complejidad nos enseña que manejar problemas sistémicos requieren un análisis holístico, experimentación constante e inclusión de múltiples perspectivas y disciplinas.
La gobernanza debe priorizar la inclusión para reducir desequilibrios, tejer redes con estructuras diversas y resilientes frente a lo disruptivo y alentar la legitimidad. El consenso más importante es la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948: derechos humanos universales, enfocados en la gente y sus libertades fundamentales. Su falta de reconocimiento perpetúa la discriminación, la restricción a la libre expresión; promueve el odio, la desinformación, la discriminación y el derecho a la privacidad.
¿Cómo acompañar los cambios culturales?
Referencias
Bauman, Z. (2017). Sobre la educación en un mundo líquido. Conversaciones con Ricardo Mazzeo. Editorial Planeta, Bogotá, 3ra. reimpresión.
Han, Byung-Chul (2022). La sociedad del cansancio. Barcelona, Herder Editorial, 3ra. edición.
Harari, J.N. (2017). Homo Deus. Barcelona, Penguin Random House.
Kiss, J. d. (26 de marzo de 2022). GRAND ENTRETIEN. Edgar Morin signe “Réveillons-nous !” : “J’aimerais bien vivre encore le temps de voir comment se dessine l’histoire humaine”. Recuperado de: https://www.francetvinfo.fr/culture/patrimoine/histoire/guerre-en-ukraine-campagne-presidentielle-crise-climatique-le-regard-d-edgar-morin-sur-l-etat-du-monde_5044906.html?fbclid=IwAR1Cmk2LR3WwS6TVo65vNFIxsPKvAakSDjjU4uIQ-FovUBHSKpD7ej-g8cY
Macías, Gilda (12 de noviembre de 2020). Porque nada me detuvo. El Universo, p.11.
Morin, E. (2010). ¿Hacia el abismo? Paidós, Madrid, Biblioteca Edgar Morin.
Morin, E. (2022). Réveillons-nous! Éditions Denoël, Paris.
Mayor Zaragoza, F. (julio de 2015). Los límites del crecimiento. Recuperado de: https://fundacionsistema.com › uploads › 2015/07
United Nations Development Program (2022). Human Development Report 2021/2022. Uncertain times, unsettled lives shaping our future in a transforming world. Recuperado de: https://www.undp.org/egypt/publications/human-development-report-2021-22-uncertain-times-unsettled-lives-shaping-our-future-transforming-world
[1] Término acuñado por P. Crutzen y E. Stoermer (2000) para denotar una época caracterizada por el impacto geológico de las especies humanas en el planeta Tierra.
[2] Las tres E en inglés: investment, insurance and innovation.
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