En este tiempo de filtros y cirugías estéticas, una nueva palabra empieza a sonar con fuerza, ‘mirodexia’, un término que fue acuñado por primera vez en un artículo del diario británico The Telegraph, publicado en 2016, el cual hace referencia a la falta de aceptación de la edad y a una especie de obsesión por querer verse jóvenes. Actualmente por las redes sociales se ha ido exacerbando este fenómeno.
En ese artículo la periodista inglesa Shane Watson creó el vocablo Mirodexia usando mid, abreviatura de la palabra inglesa ‘middle’ (mitad) y el sufijo de origen griego ‘orexia’ que proviene de desear, tener o apetito, por ello se lo encuentra en términos como ‘anorexia’ y ‘vigorexia’.
Watson eligió ‘middle’ porque muchas personas que tienen miedo al envejecimiento suelen estar en la mitad de la vida, es decir entre los 40 y de 50 años en adelante. “Les resulta difícil aceptar el paso del tiempo, y adoptan patrones juveniles en su forma de vestir y en el comportamiento. Este miedo a envejecer las lleva a tratar de aparentar tener mucha menos edad de la que realmente tienen, lo que hace que inclusive se vean ridículos”.
Este trastorno de conducta de personalidad, se presenta en la zona frontal del cerebro y tiene que ver con la madurez emocional de la persona. Es una dificultad de aceptación de los cambios sobre todo aquellos que son cíclicos en su cuerpo y se obsesiona con verse o parecer más joven, a través de operaciones de rejuvenecimiento u otros procedimientos estéticos.
Un problema que no solo lo padece esa persona, sino que afecta su relación de pareja y la de quienes se encuentran a su alrededor.
Porque incluso busca a personas jóvenes, que muchas veces no tienen la misma actitud, ni los mismos intereses originando problemas socio familiares con su pareja e hijos sobre todo con los niños o adolescentes jóvenes.
Surge un miedo a crecer y a aceptar los roles que le corresponden a su edad, a su desarrollo personal y las relaciones en la sociedad.
Pero ¿cómo diferenciar un comportamiento sano, de uno obsesivo? Los límites se los pone cada persona y otros son impuestos por el medio social. No es una simple moda, la mirodexia va mucho más allá. La visita recurrente a los cirujanos plásticos y no conformarse con eso, es una muestra clara de obsesión. Esto ocurre porque su autoestima está baja, sienten que no funcionan como quisieran y no se aceptan a sí mismos como personas.
No solo llaman la atención de los adolescentes, sino de las personas adultas por cómo visten y su aspecto físico. Muchas registran pérdida de peso de forma exagerada porque no están de acuerdo cómo se ven; muchas suelen tener relaciones sentimentales con personas más jóvenes o incluso adolescentes. Sin embargo; ese comportamiento está relacionado directamente con su auto aceptación y su autoestima física.
El impacto de las redes en la mirodexia es fuerte, porque ven modelos a las que buscan imitar, están pendientes de los likes a sus publicaciones personales y si la gente no reacciona, les afecta en gran medida.
La midorexia puede estar relacionada con el llamado síndrome de Peter Pan, el cual consiste en negarse a aceptar la edad. Quienes lo padecen son personas arraigadas a su infancia con miedo a crecer, afectando así su desarrollo personal y sus relaciones.
También es responsabilidad de los médicos especializados en cirugías plásticas, en advertir a los pacientes que acuden con frecuencia para estos procesos quirúrgicos, qué es un problema de distorsión y obsesión, y derivarlo al psicólogo(a) y a un médico especialista para tratar la mirodexia.
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