La escasez de semiconductores empezó en 2020, tras el cierre de varias fábricas y problemas logísticos a causa de la pandemia de Covid-19.
Luego recibió un impulso a finales de ese año con el auge de la demanda de equipos electrónicos y de vehículos.
Y según la consultora IDC, esta escasez continuará hasta al menos 2023, pero ahora las limitaciones son otras: falta de suministros, de mano de obra y crisis geopolítica.
En medio de este panorama, Ecuador se apunta en la carrera del diseño de semiconductores. Un grupo de cinco estudiantes y cinco investigadores de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) diseñó el primer chip moderno del país. Lo llamaron Landon-018, en honor al dragón mitológico de 100 cabezas de la mitología griega.
Tras seis meses de trabajo, crearon este semiconductor de 180 nanómetros con la tecnología CMOS. El costo del prototipo fue de USD 20.000, solventado con fondos de Electron Device Society.
Tras seis meses de trabajo, crearon este semiconductor de 180 nanómetros con la tecnología CMOS. El costo del prototipo fue de USD 20.000, solventado con fondos de Electron Device Society.
El CMOS es un elemento semiconductor empleado en muchos computadores modernos y otros dispositivos electrónicos. “Sabemos que la Escuela Politécnica Nacional hizo un amplificador operacional en los 90, pero con tecnología antigua”, dice Procel.
Para diseñar el chip, la USFQ accedió a un software específico que se logró conseguir tras varios años de negociaciones. También hizo un convenio con el fabricante de la tecnología de 180 nanómetros, la empresa taiwanesa TSMC.
¿Qué puede hacer el chip?
El profesor y director del Instituto de Micro y Nanoelectrónica de la USFQ, Ramiro Taco, fue el jefe del proyecto.
Taco explica que el semiconductor creado en Quito utiliza una tecnología ampliamente usada en los equipos electrónicos. “No todos los dispositivos necesitan semiconductores de cinco nanómetros o de 16”.
Estos chips más pequeños se encuentran en móviles, computadoras personales y otros ‘gadgets’ del mundo digital. Pero, en el caso de circuitos integrados para sensores y otras aplicaciones del Internet de las Cosas (IoT), los chips de 180 nanómetros son los más requeridos.
“Las aplicaciones de IoT necesitan portabilidad y bajo consumo de energía”, añade Taco. El primer ‘chip ecuatoriano’ puede por ejemplo conectarse a una celda solar, o habilitar sensores para medir la temperatura de agua en la industria agrícola o acuícola.
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