En América y sobre todo en Estados Unidos, donde los miembros de la “Generación Z”, nacidos a fines de la década de 1990, evitan la televisión tradicional (incluida la televisión por cable), las redes sociales como Instagram y TikTok son las principales fuentes de noticias para ellos. Si a esto sumamos que la principal característica de TikTok es la espontaneidad y el descaro de sus usuarios, mayormente entre 17 y 24 años; es posible inclinar el debate de la guerra a una postura en particular presentando mensajes constantes que venden una misma idea.
Este no es el primer conflicto bélico a gran escala donde las redes sociales juegan un papel significativo, pero sí que es la primera guerra donde las dos partes tienen una presencia en internet tan fuerte que podríamos considerar equiparables. Anteriormente, las redes sociales en su mayoría tenían como país de origen a Estados Unidos mientras que el nuevo gran jugador TikTok es de origen chino. Esto ha supuesto que, ahora las fuerzas de los mensajes sean casi equivalentes y se reflejaron en el hecho de que mucho antes de que las primeras tropas rusas cruzaran la frontera, se desarrolló una sucia batalla informativa para disputar, a nivel nacional e internacional, el relato de qué está pasando en Ucrania, con la visión de oriente contrapuesta con la de occidente. Según El País en Internet circulan los videos de tropas rusas en movimiento, tomados por espectadores casuales. Hay aviones, camiones, orugas y cohetes. Tenemos videos de un conductor adelantando una fila larguísima de blindados que avanzan rodando, señal de que están cerca de su destino. En otro video, un hombre que pasea al perro se cruza, según The Washington Post, con lo que sería un lanzacohetes de misiles balísticos.
Como hechos claros sobre la manipulación de la opinión pública tenemos por ejemplo que el 6 de marzo, la subsidiaria de Byte Dance, es decir TikTok, con sede en China, suspendió la carga de videos en Rusia en reacción a una nueva ley que tipifica como delito “desacreditar” al ejército ruso. El flujo de mensajes prorrusos ha disminuido notablemente en TikTok, donde la cuenta rusa más popular es la de agencia de noticias respaldada por el estado RIA Novosti, conocida por afirmaciones falsas o desacreditadas.
En sintonía con el espíritu de mantener informada a la población con los datos que los gobiernos consideren adecuados, la Unión Europa ha bloqueado en múltiples niveles y plataformas los medios de comunicación propiedad del gobierno ruso Sputnik y Russia Today. Según The Conversation una multitud de estudios demuestran que estos dos canales llevan años siendo una herramienta de desinformación a discreción del Kremlin. Pero al ser una censura tan parcial y específica, es evidente que no es una medida recapacitada, controlada y ordenada con un plan general de lucha contra la desinformación. A su vez, Putin ha bloqueado la prensa extranjera y nacional además de Twitter y Facebook mediante una legislación que puede llegar a castigar con largas penas de cárcel lo que el gobierno etiquete como desinformación. Todo esto mientras TikTok informó a la AFP que ha aumentado los recursos para detectar y contrarrestar las “amenazas emergentes” y la “desinformación dañina” en la plataforma.
Cualquier acto bélico requiere de medidas drásticas, pero es importante resaltar el peligro que la censura supone para la libertad de expresión y advertir de la facilidad con la que el término “desinformación” se puede usar para legitimar la eliminación de disidencia. La desinformación masiva en sus diversas manifestaciones, como medio publicitario, como herramienta política y ahora también como arma de guerra y propaganda, hace peligrar libertades fundamentales de las que no podemos prescindir.
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