Empezaré puntualizando que, no todos pueden servir a la ciudad, por diversas razones. Esto conlleva una especie de criterios o requisitos a cumplir para calificar como un servidor de la ciudad. Entre estos, el primero será la honestidad y el segundo, la vocación de servicio a los demás. Si están de acuerdo empezamos bien, con claridad para comprender lo que la ciudad necesita y no lo que los políticos necesitan mientras “sirven a la ciudad”.
Quito, lo conozco desde hace casi 60 años, pero llevo en mi sangre las historias, leyendas, y fábulas de mis abuelos, de mis antepasados. La responsabilidad, y suerte al mismo tiempo, de conocer a mi linda ciudad es compartida.
Di mi primer grito, no el de independencia, ese fue más tarde, en plena Mama Cuchara, en la Clínica Pasteur, barrio La Loma Grande. Crecí en el tradicional barrio de El Tejar. Si, de los curas mercedarios, con convento, iglesia, catacumbas, cementerio, mausoleos, criptas, lavanderías públicas, quebradas y hasta una revisión de Tránsito. Hasta mis veinte años el barrio del centro colonial de Quito fue mi refugio. Allí viví todas las experiencias contables y también las no contables. Me encanta llevar a mis amigos y familiares a pasear en Quito, pues conozco los vericuetos, las huecas, lo tradicional y lo nuevo, los íconos de la ciudad.
Una de las mejores experiencias fue escalar a Cruz Loma pasando por la Chorrera. Que vista tan espectacular es la que ofrece el cerro. Digo una experiencia aleccionadora porque haciendo reminiscencia, ascendí por el teleférico recientemente, y pude apreciar la magnitud de Quito y sin aeropuerto internacional. Diversidad de lugares, entornos, costumbres, personas, barrios, comunidades, realidades y alternativas de solución a los problemas que son casi iguales en todos los rincones de la ciudad.
¿Qué necesita la ciudad? Un solo alcalde creo que ya no es suficiente, debemos ser innovadores para encontrar un modelo de gestión público más eficiente. Pero por ahora, asumamos que si llega un alcalde, hombre o mujer será alcalde, deberá comprender los problemas y presentar alternativas de solución.
La ciudad necesita seguridad, la famosa paz franciscana. Ahora es completamente inseguro transitar la ciudad. La delincuencia, los atracos, el microtráfico, las pandillas y las vendettas son pan de todos los días. Más aún cuando las pandillas están siendo expulsadas de Guayaquil y Cuenca. Quito es un objetivo, cuidado bajamos la guardia. Si no hay seguridad no hay negocios que prosperen. El turismo se verá muy afectado.
Control, Quito necesita control para evitar los abusos de poder, de los que tiene el poder y de los que quieren arrebatárselos. De los comerciantes informales, de los ladrones, de los abusadores, de los que no aceptan las normas legales y piensan que es su territorio y de nadie más, y que las autoridades no pueden con ellos. Control y sanción haría la diferencia, la ciudad podría vivir mejor. Es preciso que los personeros de la ciudad sepan donde y cuanto comercio informal resiste la ciudad. Esta actividad ha crecido desaforadamente, sin control, por diversas razones: políticas – corrupción, sociales – pobreza, económicas – desempleo, salud – pandemia, sin oportunidades – no acceso, migración – desorden. La Administración municipal no ha resuelto, no tiene intenciones de hacerlo (se aprecia por la falta de planes, programas, políticas). El comercio informal es un problema tan grave que se ha convertido en una plaga, “situación en la que un ser vivo resulta perjudicial para otro ser vivo”. En economía se llama externalidad, cuando se produce una afectación sin la compensación correspondiente que la corrija.
Un tercer problema es la movilidad. Un verdadero desastre, parece una torre de babel, donde no nos entendemos los unos con los autos y los otros con los unos. La infraestructura física de calles, veredas, pasos deprimidos, elevados o carriles especiales, no espaciales, son la pista de carreras desordenada de: troles, articulados, buses enormes, busetas y busetas escolares, camiones, volquetas, contenedores, camionetas de carga y de paseo, taxis de todos los colores, amarillo, rojo, verde, negro y hasta los invisibles (Cabify, Uber y otras,) SUVs, autos en toda su diversidad, triciclos motorizados, motos, escúteres, bicicletas, patinetas y los pobres transeúntes. El problema es de infraestructura física pero mayoritariamente de la inteligencia en la gestión para utilizar tecnología moderna que facilite la administración de conflictos y sus soluciones. Con un asentamiento longitudinal de casi 80 kms en línea recta (entre Alóag y Guayllabamba), cuando antes era solo de 35 kms (entre Turubamba y Cotocollao), las dificultades son mayores y más complejas. No hay una solución sino más bien varias, que operen simultáneamente. Se complica todavía más si adicionamos los valles y los ciudadanos que se movilizan desde ellos a Quito. Por tanto, las soluciones tecnológicas simultáneas son una necesidad y se debe abordarlas de manera integral.
Los desastres naturales no pueden quedar fuera del análisis. Por estar asentados en las faldas del Pichincha y en las zonas de afectación del Reventador, del Cotopaxi y del mismo Pichincha la planificación prospectiva es indispensable y prioritaria, pero se lavan las manos cada vez que vivimos esa experiencia traumática. Los ciudadanos somos testigos mudos de esos desastres.
El Desarrollismo Inmobiliario, sin consideraciones urbanísticas, es el problema final. En unos pocos años estaremos viendo urbanizaciones y equipamiento urbano en Cruz Loma (exagero), Ilaló (no exagero), Puengasí (tampoco exagero) y las llanuras aún no ocupadas de los valles de Sangolquí, Uyumbicho, LLoa, Tumbaco, Puembo, Checa, Píntag, San Antonio. No se puede seguir aprobando soluciones de vivienda de cualquier estilo, en cualquier lugar, sin el equipamiento, infraestructura, sistema de evacuaciones, ni vías de movilidad seguras que mejoren el estilo de vida de los ciudadanos y sus familias.
Nos quedamos con estos cinco problemitas. ¿Cuál es la característica existente que no ha dejado resolver los problemas? La corrupción, la deshonestidad, el servilismo, el aprovechamiento personal o el obstruccionismo político
Ahora sí, hablemos de los candidatos. Faltan 11 meses y ya está el circo de los pre candidatos. No queremos más comparsas, queremos soluciones, queremos vivir bien y con seguridad. Es un salto cuántico el que necesitamos, un cambio drástico respecto de lo que teníamos antes. Deshonestidad, ahora necesitamos honestidad; servicio personal, ahora necesitamos servicio a la ciudad; individualismo, ahora necesitamos trabajo en equipo; gasto corriente, ahora necesitamos ahorro e inversión; un distrito, ahora necesitamos varias comunidades o zonas distritales con autonomía propia.
Los precandidatos, candidatos y servidores deben ser honestos, con experiencia en la gestión pública, con liderazgo y habilidad de trabajo en equipo, con deseos profundos de servir a la ciudad, ciudadanos que amen a Quito. Gestionar la ciudad por su diversidad, no es gestionar una empresa o una fundación. No, es mucho más complejo. Si la persona no tiene vocación de servicio a los demás, no de servirse de los demás, no daremos el salto cuántico. Daremos probablemente un paso atrás.
La ciudad está devastada, en lo moral, lo físico, en infraestructura, en equipamiento, en lo intelectual, en lo cultural. Solo basta caminar por la ciudad y se nos arruga el alma. Cambien por unos momentos su espacio del diario vivir, movilícese con las seguridades del caso a otro barrio y constatará el estado deplorable de la ciudad. Antes teníamos calles, hoy tenemos caminos vecinales, antes era una ciudad, ahora es un pueblito grande, antes había cultura, hoy hay libre albedrío. No se respeta la norma, como no hay control ni sanción, hacemos lo que nos da la regalada gana con la ciudad. En menos de lo que canta un gallo veremos casas expandidas sin autorización, negocios en lugares no seguros, centros de tolerancia clandestinos (hotelitos y motelitos). Esto es lo que hemos logrado por votar por políticos deshonestos, sin experiencia, sin el convencimiento de servir a la ciudad y sus ciudadanos. Se han aprovechado de los quiteños.
Por favor no caigamos con inexpertos otra vez, con precandidatos que se desgarran las vestiduras para hacernos creer que ya no son de alianza país, que son otro movimiento o partido, y que tienen el honor de trabajar por la ciudad. Basura, eso es basura. Por favor no caigamos en la trampa nuevamente. Ofrecerán el oro y el moro en su puerta, que ahora sí vamos a cambiar. No los crean, ya lo vivimos. Revisen la historia de los precandidatos y no se dejen embaucar.
Quito necesita gente de bien, honesta, trabajadora, sin intereses políticos no personales, gente con compromiso para no dar paso a la corrupción y dar el salto cuántico requerido. No podemos seguir viviendo de engaños, de mentiras, de cuentos, o que ya bien el kuko.
Despierta Quiteño, la ciudad te necesita, no dejes que decidan por ti. Antes ya lo hicieron y tuvimos un desastre de alcalde, con solo el 21% de los votos. ¡¡No otra vez!!
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