La Organización de las Naciones Unidas (ONU) presentó en 2019, un informe de biodiversidad donde advertía que un millón de especies en el mundo estaría en peligro de extinción por los efectos de la contaminación, destrucción de hábitats y sobreexplotación del medio natural, es más se evidenciaba que el uso de plaguicidas y fertilizantes para la agricultura impacta en el desarrollo de la vegetación animal y vegetal de diferentes ecosistemas.
En el caso de Ecuador, pese a estar considerado como uno de los países más megadiversos del planeta, con un registro de más de 600 especies de anfibios, 500 de reptiles y más de 1600 aves, también cuenta con problemas de pérdida de biodiversidad, debido a lo cual, el Foro Mundial para la Naturaleza en Ecuador (WWF por sus siglas en inglés) determinó que los ecosistemas de agua dulce han sido identificados como los de mayor amenaza.
Según un estudio desarrollado en 2011 por la UTPL, la Universidad de Ikiam, el Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio) y el Ministerio del Ambiente, determinó que, en el país de 635 especies de anfibios registradas, el 57% está en alguna categoría de amenaza de extinción, de estas el 13% en peligro crítico, 23% en peligro y el 21% vulnerable. Las estadísticas motivan a los investigadores a investigar y proponer soluciones a esta situación.
En la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) un grupo de investigadores decidió estudiar el “Potencial de las Ranas Marsupiales como Bioindicadores de Eutrofización en Ecosistemas Andinos”, entendiendo a eutrofización como un aumento en la concentración de nutrientes como nitratos y fosfatos, en ambientes acuáticos, lo que genera características negativas en este sistema natural.
Mónica Guerra Alomoto, directora del proyecto y docente de la Escuela Politécnica Nacional señala que los resultados pretenden generar una base científica para el desarrollo de estrategias de monitoreo comunitario y de manejo sostenible de los paisajes agrícolas en la zona de estudio, que en este caso fue la parroquia San Lucas, del cantón Saraguro, en la provincia de Loja.
A continuación, te detallamos cinco puntos para entender la importancia de los anfibios en este proyecto:
Características biológicas: los anfibios, en este caso las ranas marsupiales Gastrotheca pseustes, cuentan con una piel impermeable, capaz de detectar variaciones en el ambiente, lo que los convierte en excelentes bioindicadores de contaminación.
Sus hábitats se han visto amenazados por el desarrollo de la agricultura y ganadería, que impactan de forma directa en la supervivencia de los anfibios, ya que con la contaminación de los recursos hídricos por el uso de fertilizantes, se incrementa el nivel de nitratos y fosfatos en el agua, lo que afecta el desarrollo de los anfibios.
Variación de ambientes: Carlos Íñiguez Armijos, docente de la Facultad Ciencias Exactas y Naturales, explica que en la investigación se recolectaron muestras de agua y ranas marsupiales de 3 hábitats de la parroquia San Lucas: bosque, pastizal y cultivo, para determinar las concentraciones de nitratos y fosfatos presentes en los cuerpos hídricos de cada uno de ellos.
Con estas muestras se evaluó la toxicidad de nitratos y fosfatos en base a las concentraciones que se encontró en el campo en estudio.
Estudio en laboratorio: los investigadores de la UTPL tomaron como muestra algunas ranas marsupiales hembras, luego de ser fertilizadas con los huevos en su bolsa, para mantenerlas en un laboratorio hasta que depositen los renacuajos en el agua. Aquí un datalogger (registrador de datos) mostró a cada hora los datos referentes a temperatura dentro del laboratorio y humedad ambiental.
Una vez realizado este proceso, analizaron la diferencia de crecimiento, tamaño y peso corporal de los renacuajos que crecen en los distintos hábitats y cuál de ellas presenta una mayor concentración de eutrofización, donde hay una sobrealimentación de plantas y otros organismos que consumen cantidades muy grandes de oxígeno, lo que incide directamente en su crecimiento.
Resistencia de las ranas marsupiales: el estudio demostró que el anfibio en análisis aparentemente es resistente a altas concentraciones de nitratos y fosfatos en el agua, aunque no se consideró afectaciones morfológicas o fisiológicas internas. Además, que poseen gran capacidad de adaptación.
Socialización con la comunidad: este proyecto trascendió un estudio de laboratorio y generó interacción con la comunidad, ya que los investigadores socializaron con la población de la parroquia San Lucas, en el cantón Saraguro, por medio de un taller práctico donde enseñaron a identificar ranas marsupiales y sus renacuajos como bioindicadores de la calidad de agua, de acuerdo con el tamaño y características.
Si quieres conocer más sobre esta investigación visita el sitio web investigación.utpl.edu.ec donde se detalla el estudio desarrollado que aporta a la construcción de ecosistemas sostenibles en el país para disminuir la pérdida de la biodiversidad.
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