(CNN) El tiempo que duermen los adultos mayores podría afectar su salud cerebral, según un estudio publicado este lunes en la revista JAMA Neurology.
Según los autores del estudio, las interrupciones del sueño son comunes en la tercera edad y están asociadas a cambios en la función cognitiva, es decir, en la capacidad mental para aprender, pensar, razonar, resolver problemas, tomar decisiones, recordar y prestar atención.
Los cambios en el sueño relacionados con la edad también se han vinculado con los primeros signos de la enfermedad de Alzhéimer, la depresión y las enfermedades cardiovasculares, por lo que los autores investigaron las posibles asociaciones entre la duración del sueño evaluada por cada persona, los factores demográficos y de estilo de vida, la función cognitiva subjetiva y objetiva, y los niveles de beta amiloide de los participantes.
Dormir poco afecta el cerebro
Dormir poco o demasiado tiempo podría tener efectos diversos en la salud cerebral de los adultos mayores, sugirió el estudio.
Los participantes en el estudio que declararon una duración de sueño corta, definida en el estudio como seis horas o menos, tenían niveles elevados de beta amiloide. Esto “aumenta enormemente” el riesgo de demencia, dijo el autor principal del estudio, Joe Winer, investigador postdoctoral de la Universidad de Stanford en California, por correo electrónico.
Esto es en comparación con los participantes que informaron de la duración normal del sueño, que los autores del estudio definieron como siete a ocho horas de sueño por noche.
Los adultos mayores con sueño inadecuado también obtuvieron resultados entre moderados y significativamente peores en las pruebas que se utilizan habitualmente en los adultos mayores para evaluar las capacidades cognitivas, como la orientación, la atención, la memoria, el lenguaje y las habilidades visuales-espaciales, y para identificar la demencia leve.
Higiene del sueño: ocho formas de entrenar tu cerebro para dormir mejor
Dormir demasiado también se asoció a una menor función ejecutiva, pero esas personas no tenían niveles elevados de beta amiloide. Los participantes que declararon haber dormido mucho (nueve o más horas) obtuvieron una puntuación ligeramente peor en la prueba de sustitución de símbolos numéricos que los que declararon haber dormido normalmente.
Durante más de un siglo, esta prueba ha evaluado las habilidades de aprendizaje asociativo observando la capacidad de los examinados para emparejar correctamente los símbolos con los números según una clave en la página en un plazo de 90 a 120 segundos.
“La principal conclusión es que es importante mantener un sueño saludable al final de la vida”, dijo Winer por correo electrónico. “Además, tanto las personas que duermen poco como las que duermen demasiado tenían un mayor (índice de masa corporal y) más síntomas depresivos”. Los hallazgos sugieren que el sueño corto y largo podría implicar diferentes procesos de enfermedad subyacentes, añadió Winer.
¿Qué es el beta amiloide?
El beta amiloide o amiloide-β es “una proteína creada durante la actividad normal de las células cerebrales, aunque todavía no estamos seguros de cuál es su función”, dijo Winer.
“El amiloide-β es uno de los primeros marcadores detectables en la progresión de la enfermedad de Alzhéimer, dijo Winer. “En la enfermedad de Alzhéimer, las proteínas amiloides-β comienzan a acumularse por todo el cerebro, pegándose en placas. Las placas amiloides son más propensas a aparecer a medida que envejecemos, y muchas personas con amiloide acumulado en el cerebro siguen estando sanas. Alrededor del 30% de las personas sanas de 70 años tendrán cantidades sustanciales (de) placas amiloides en su cerebro”.
Cuando alguien padece la enfermedad de Alzhéimer, las células cerebrales de la persona que recuperan, procesan y almacenan información se degeneran y mueren, según la Asociación de Alzhéimer. La “hipótesis del amiloide”, una de las principales teorías sobre el culpable de esta destrucción, sugiere que la acumulación de la proteína podría interrumpir la comunicación entre las células cerebrales y acabar matándolas.
La higiene del sueño y su impacto en la salud
También sigue siendo controvertido si algunos dominios cognitivos se ven más afectados por la duración extrema del sueño que otros dominios, escribieron los autores.
Los adultos mayores preocupados por estos hallazgos deberían considerar el sueño tan importante como la dieta y el ejercicio para su salud, dijo Winer.
“Aunque los investigadores siguen trabajando para comprender la relación compleja entre el sueño y nuestra salud cognitiva a largo plazo, un sueño de alta calidad puede ser importante para muchos aspectos de nuestra salud y bienestar”, dijo Phipps. “Las mejores pruebas sugieren que entre siete y nueve horas de sueño es lo óptimo para la mayoría de los adultos y cualquiera que piense que sus patrones de sueño pueden estar afectando a su salud a largo plazo debería hablar con su médico”.
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!
Gestión 360: Liderazgo, innovación y conexiones para transformar el país
100 días que se ahorra el Ecuador
De concierto con veinteañeros
EE.UU. revoca las visas a oficiales centroamericanos que cooperan con misiones médicas cubanas
¿Qué es lo más urgente?