¿Ustedes creen que soy Gramcsiano?
No, no, no. Se equivocan.
¿Para qué necesitamos la institución analítica? Porque hay dos cosas en Lacan: está el servicio de los bienes y está el deseo, que es lo que ha subrayado Lacan a lo largo de todo el Seminario “La Ética el Psicoanálisis”. El servicio de los bienes, -que siempre están articulados con el poder- y, por otro lado, el deseo; y es de eso de lo que se ocupa Lacan y es a eso a lo que tenía que dirigir su enseñanza y la dirigía en la IPA. Y luego, lo expulsaron: la IPA no necesitaba de Lacan.
Dice incluso Lacan que no son comentarios anarquistas los que está haciendo, sino que él está allí, está presente, o sea, y entonces volvemos a la pregunta por la institucionalidad: ¿por qué queremos la institución? ¿Por qué queremos, por qué querríamos la institución? ¿Por qué necesitaríamos de la institución? ¿Por qué necesitaríamos de la Escuela? Esa es la pregunta que pongo sobre la mesa, -no creo que abruptamente-, porque creo que hemos estado hablando de eso todo el año; pero, la pongo sobre la mesa para actualizar ¿por qué necesitaríamos una institución analítica? Porque la institución analítica, quizás no necesita de nosotros; es decir, uno por uno… O sea, quizás no.
Necesitamos que no se tome a la Escuela como una sola voz, como una línea de opinión, porque una línea de opinión es una línea opinión, pero hay y hubo otras. Necesitamos de una institución analítica, puede ser que sea una, puede ser que sea otra. Pero, ¿por qué necesitamos la de Escuela? Porque necesitamos ir al lugar donde las cosas se discuten en grande, -por decirlo así-, pero les voy a hacer una especie de formulación paradójica: tenemos que ir, necesitamos ir a donde las cosas se discuten en grande… en pequeños carteles.
¿Por qué el cartel? ¿Por qué el cartel es una discusión grande? Porque uno forma un cartel dos años, luego se separa, y luego van a formar otro cartel, cualquiera de los integrantes, con otros, con otros temas; y, entonces, es una especie de multiplicación temática. Y es también una multiplicación de referencias. Es decir, no se trata de que nos especialicemos en algo, sino que vamos a un cartel tenemos un tema, vamos a otro cartel, con otra gente, quizás con otros temas, y eso es hacer la discusión en grande, y eso es una Escuela, eso es una institución, eso es una institución Lacaniana estructurada en función de carteles. Sea esta, o sea aquella, pero si nos quedamos afuera, vamos a quedarnos como psicoanalistas vagabundos, erráticos.
Yo iba a proponer como lectura y estudio el Seminario 21 de “Les non dupes errent” (Los no engañados yerran). Pero, hemos conversado con Jessica (Jara), y hemos concluido, hemos resuelto, que vamos a volver a una línea conceptual en el psicoanálisis, con el Seminario 11 Los cuatro conceptos fundamentales.
Ustedes saben que este Seminario es el año 64, que es el año donde se fundó, fundó Lacan, -no “se” fundó-, fundó Lacan la Escuela Freudiana de Paris; entonces, la primera parte está referida a todo este drama que Lacan vivió, porque fue excomulgado, y entonces se vio llevado a formar otra Escuela, porque lo habían sacado de donde él estaba, que era en la IPA.
Si uno quiere entrar en la institución analítica hay que tener claro ¿para qué? Porque también está el servicio de los bienes, es lo que Lacan llamó en el marco de la disolución de la Escuela: el aseguramiento profesional; y si, sí hay aseguramiento profesional, de hecho, Lacan en ese último capítulo habla de que el servicio de los bienes está, hay que tener acceso al servicio los bienes; pero, para justamente poder acceder al deseo, o sea que los bienes sirvan para acceder al deseo, -pueden servir para otras cosas-.
Pero, si la institución analítica es llegar al servicio de los bienes para obtener, lo que Lacan llamaba las inclinaciones patológicas, que son las cosas, los tres valores famosos del prestigio, el poder y las posesiones; o sea, la riqueza, el poder, y el honor… Ir a una institución analítica para eso, -por supuesto que hay gente que va a la institución analítica para eso, porque no tenemos que hacernos ilusiones-: las instituciones analíticas, todas, tienen estas personas, que son personas que piensan la institución analítica como una plataforma utilitaria para acceder al servicio de los bienes, y eso es una parte, eso es “una ventaja añadida”, así como los efectos terapéuticos.
Estar en una institución analítica tiene esas ventajas añadidas, pero estar en una institución analítica es porque tenemos un deseo y tenemos que sostener ese deseo, y para eso queremos ir a discutir y a conversar con otros que están también en esa expectativa, como una especie de convergencia vectorial, para estar en esa tensión del deseo, porque no es una meta que se logra, sino un camino que se va llevando, como esa cosa que dice Lacan: un poco ir avanzando de pequeñas verdades a pequeñas verdades.
Para poner un poquito de pimienta en esa esta conversación. Se sabe que, en el último capítulo, Lacan dice que el único que dio pruebas de un entendimiento sensato de la política en Francia, en la dirección de Francia, fue el cardenal Mazarino: fue el primer ministro de Luis XIV.
Hay que recorrer la obra de Lacan, efectivamente, como usted dice Fabián (Mosquera), hay las aporías; es decir, callejones donde no uno entra y no sabe cómo salir, y el psicoanálisis los tiene, por supuesto, y el marxismo -ni digamos- los tiene, pero y ya sabemos cómo los resuelve… Y lo que usted resaltó del tema de la emancipación: la emancipación está citada en Marx, por lo menos en la tradición, en la Introducción a la Crítica de la economía política, ahí habla Marx de la emancipación y del hombre integral, y todo eso. Bueno, es efectivamente, es un tema estudio. De todas maneras, yo creo que es una conversación: el psicoanálisis y la izquierda, y la derecha.
Yo estoy de acuerdo también con lo que, en principio, propone o postula Carlos Quezada; es decir, cuando nos fragmentamos en busca, digamos, de una pureza, de algo que pueda presentarse más claramente como una posición, y entonces nos fragmentamos para poder sostener esa posición: no estoy seguro de que hagamos un favor al psicoanálisis. Más bien, yo creo que, si tenemos algo que decir en una tendencia o en otra, hay que estar en la institución analítica, hay que estar, y sostener esa posición analítica. Otra cosa es que se hagan botar, o sea que los boten por sostener una posición. Por ejemplo, los kleinianos estuvieron en riesgo de ser expulsados, eso dice Lacan. Jones se movió para que no los expulsaran, pero a Lacan y sus lacanianos lo expulsaron; pero, Lacan no quería ser expulsado de la IPA, él quería estar ahí. En todo caso, es a lo que me quería referir en relación a este tema de la fragmentación; fragmentaciones profesionales, fragmentaciones de tendencias, de afinidades políticas, no.
Por ejemplo, piense usted, Jorge Alemán, Izquierda Lacaniana, ¿acaso lo han botado a Jorge Alemán? Para nada, ni Jorge Alemán ha salido tampoco, va a seguir con su posición y está bien. Entonces habrá una conversación, y se va a extender esa conversación, aunque Alemán insulte a ZADIG, y en todo caso, insulte al Consejo de la AMP. Me parece saludable sostener la conversación porque eso contribuye al psicoanálisis de alguna manera.
Usted puede Javier (Rodríguez), legítimamente, preguntarse por qué un tema, por qué un concepto de Lacan se relieva en este momento y no en otro, esto es una pregunta válida. Ahora bien, el haber elegido el tema de la ética, el Seminario de Lacan 7, fue una decisión, iba a decir singular, pero fue una decisión particular. Y, sin embargo, creo que hubo cosas que coincidieron, factores que concurrieron. Se está hablando de ética en otras partes, en la NEL incluso, y no solamente en la NEL.
Entonces resulta que nosotros sintonizamos una preocupación, no digo que nosotros la hemos causado, pero sintonizamos una preocupación que no estaba, no estaba en el tema de los sueños (el congreso de la AMP), como no estaba en el tema de las mujeres, no estaba en ningún otro tema; y, sin embargo, pudimos ir introduciendo la pregunta por la ética. Entonces, tenemos ese llamado, -es fea esa palabra-, ese llamado, a que nos incluyamos con nuestras preocupaciones, con nuestros temas y que lo sostengamos. Porque no vamos a obtener efectos de un día para otro, pues no, no tenemos una especie de campaña publicitaria; o sea, no se trata de obtener efectos de ese tipo: no hacemos campañas propagandísticas publicitarias, no. Pero, trabajamos, -por eso decía-, trabajamos en grande, pero en pequeños grupos como éste. Este es un pequeño grupo, pero podemos trabajar también en cartel, y en un cartel de la NEL hemos llevado el tema de la ética, y salió la reflexión ética en la publicación de ese cartel**.
Creo, que más allá de… no solamente nos preocupemos de cuál es el tema que se ha puesto de relieve, sino que introduzcamos temas del modo que tenemos para hacerlo, un Seminario, pero sobre todo en los carteles. La propuesta de Fabián (Mosquera) me parece también que es coherente en ese sentido, hay que trabajarlo en un cartel con tres o cuatro personas. Y no, necesariamente, todos vamos a tener la misma lectura, porque lo importante es que, por ejemplo, no todos hablemos del tema de la toxicomanía; si alguien quiere hablar toxicomanía está bien, pero otro puede hablar de un tema conceptual, la pulsión, pero otro puede hablar de un tema de política.
Esa es la forma de juntar las tres secciones en un cartel, las tres secciones de la Escuela de Lacan, pero podría haber también una gente que se reúne con otros que están en el tema toxicomanía o algunos que está en tema de conceptos fundamentales, está bien; pero, yo creo que es esa flexibilidad de los carteles nos permite estar multiplicados en muchas cosas.
El énfasis y el entusiasmo anticipado, que usted Fabián (Mosquera) tiene en una temática del psicoanálisis, creo que contrasta con algunas realidades del psicoanálisis en Guayaquil, porque usted dice “no entiendo esto, no entiendo esto de acá, quiero entenderlo y me voy a esforzar por…”; pero, usted sabe que tenemos unas declaraciones-que yo digo que son de escándalo- una declaración: “no comprendo, ni me interesa comprenderlo, en conclusión”. O sea, ese tipo de aseveraciones, o sea, ni siquiera dice algo así como: “bueno, lo voy a dejar para pasado mañana”, “Algún día, el próximo año”. No, no, no. En conclusión: no entiendo, ni comprendo…
¿Por qué les estoy diciendo esto? No para resaltar esa ocurrencia de la que les estoy hablando, sino para llamarlos a que se hagan presentes en la institución. Efectivamente, Carlos Quezada decía, el tema de la tesis y el tema de la hipótesis, en el Seminario que dio Miller sobre Política Lacaniana, y yo creo que también podríamos decir: tesis radical, estar en la Escuela. Hipótesis, estar en carteles, o sea, porque para estar en carteles no se necesita, ni ser miembro, ni ser asociado.
Pero si se está en carteles, se está en la Escuela: es una manera de estar presente en la Escuela. A alguna gente, no le gusta -por yo qué sé misteriosos criterios- estar en la institución; pero, si están en un cartel está en la Escuela, cuentan para el psicoanálisis. Entonces, está la tesis: estar en la Escuela, y está la hipótesis: estar en el cartel. Estar en cartel: eso cuenta mucho.
La tesis de Lacan era que para para entrar a la Escuela había que estar en un cartel. Era la tesis de Lacan y se la combatieron, y se la refutaron, y se opusieron, entonces hubo esta cosa de los que entraban por solicitud, digamos, como miembros; pero, Lacan sostenía que había que entrar con un cartel, o sea, con un trabajo, no es que quiero entrar porque quiero que mi nombre esté en el anuario. No, no, no. Quiero entrar en un grupo porque voy a trabajar y se va a publicar lo que voy a elaborar y va a estar en el anuario. Eso era otra cosa, no es simplemente que esté el nombre y el poder reparta amistades. No. Era otra cosa, pero entonces yo creo que la vía del cartel es la vía a la Escuela, a una Escuela de psicoanálisis.
Lacan dice una cosa, un Seminario no sirve, sino produce ese uno por uno. No ayuda sino sirve a esa transmisión, que es la transmisión en la Escuela, y es la transmisión en los carteles. Entonces espero que produzca un movimiento de profusión de carteles, y que tengamos alguna presencia en estos carteles***.
Estoy muy de acuerdo con lo que dijo Carlos Quezada, la verdad es que los carteles hacen el trabajo, porque efectivamente podemos ser miembros o ser asociados y no hacer nada, sino conectarnos a las reuniones, poner la pantallita y nada más, pero cuando se está en un cartel, se está en un trabajo, en una lectura, en una discusión, en una audición de lo que están diciendo.
Yo creo que eso, esperemos que sea una vía en la cual transitemos más.
(Sesión del lunes 7 de diciembre del 2020).
*Recuperación del último Seminario del CID, dedicado al libro 7 de Lacan “La Ética del Psicoanálisis”. Desgrabación: Teresa Pabón. Establecimiento: Jessica Jara vda, de Aguirre.
**Cartel “Ética y Política del Psicoanálisis” (2020), conformado por Gabriel Roel, Eréndira Molina, Carlos Quezada, Jessica Jara y Antonio Aguirre, más uno: Raquel Cors.
Producto de Antonio Aguirre: https://zadiglml.blogspot.com/2020/11/los-ismos-ideologicos-y-el-das-ding-de.html
***Antonio Aguirre fue el Coordinador de la Comisión de Carteles durante los siguientes meses, participamos allí del Seminario: Carlos Cabrera, Marcos Gutiérrez, Fabián Mosquera, Javier Rodríguez, Carlos Quezada y Jessica Jara.
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