Investigadores de la Universidad San Francisco de Quito e Instituto Nacional de Biodiversidad (INABIO) descubrieron la primera especie de araña Taczanowskia de Ecuador, recolectada en una comunidad Waorani en la cuenca del río Curaray, tierras bajas amazónicas del país.
Esta nueva especie pertenece al rarísimo grupo de las Taczanowskia, que tienen costumbres muy particulares ya que en lugar de tejer telas orbiculares como otras arañas de la familia Araneidae, las Taczanowskia cazan al acecho. Estas arañas se paran sobre hojas y utilizan las largas uñas de sus patas como cuchillos para cazar a sus presas.
La especie fue bautizada como Taczanowskia onowoka. La palabra “onowaka” significa espíritu en Wao Tededo, el idioma de la nacionalidad Waorani y fue escogido como un reconocimiento hacia ese pueblo, que tiene una gran conexión con la biodiversidad y la Amazonía. Además, porque brindaron el apoyo y autorización para realizar investigaciones en sus territorios, lo cual llevó al descubrimiento de esta especie.
Esta nueva especie de araña es la primera en ser descrita exclusivamente por científicos y científicas ecuatorianos en la historia de la zoología en el país. Según los investigadores Juan Pablo Jordán, Mariela Domínguez-Trujillo y Diego F. Cisneros-Heredia (Asociado al INABIO), la nueva especie puede diagnosticarse fácilmente de todas las demás especies de Taczanowskia por características de su abdomen: coloración claro-oscura en la parte posterior y lateral; un retículo de pelos (setas) blancos, y dos tubérculos grandes.
Taczanowskia es uno de los géneros de arañas americanas menos conocidos, existiendo poquísimos registros en el continente. Solo se han descrito cinco especies: T. gustavoi en el sur de México, T.sextuberculata del sur de Brasil y Colombia; T. striata de Brasil y Perú; T. trilobata Simon, y T. mirabilis del norte de Argentina, Brasil, Bolivia, Perú y Colombia. Se han reportado pocos registros para el género Taczanowskia y solo se han citado 17 especímenes de colecciones científicas.
La cuenca del río Curaray, localidad tipo de la nueva especie, forma parte de uno de los puntos críticos de biodiversidad más importantes del mundo: la cuenca del río Napo, la cual posee una inmensa cantidad de diversas especies de flora y fauna que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta.
Esta especie fue descubierta durante las expediciones del proyecto “Descubre Napo”, una iniciativa de la Universidad San Francisco de Quito USFQ en asociación con WCS y financiada por Moore Foundation.
El artículo científico fue publicado en la reconocida revista científica internacional Invertebrate Systematics:
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