Tras la aparición del COVID-19 en Ecuador, la población se vio obligada a confinarse para evitar la propagación del virus, lo que desencadenó efectos negativos en la sociedad, en la economía, educación y trabajo, además, de consecuencias asociadas a cambios psicosociales en la comunidad. Por esta razón, los servicios públicos de salud conociendo el peligro que corrían las personas con respecto a su bienestar emocional decidieron trasladar su asistencia a la virtualidad por medio del Protocolo de Teleasistencia en Salud Mental.
Esta teleasistencia fue organizada por el Ministerio de Salud Pública y contó con el aporte de estudiantes voluntarios de Psicología de diferentes universidades del país, quienes brindaron asistencia y primeros auxilios enfocados en la salud mental mediante la línea gratuita 171, opción 6.
Dentro de este sistema de comunicación, las personas recibían acompañamiento para solventar problemas como crisis, angustia, trastornos de sueño, ansiedad, depresión estrés grave, dependencia de sustancias ilícitas, atención a personas con sospecha de contagio o contagiadas y más temas asociados a la pandemia.
En el caso de la UTPL, además de colaborar con la asistencia a través de las carreras de Psicología, con el apoyo de la Mesa Técnica de Salud Mental del Ministerio de Salud del Ecuador, se realizó una evaluación a los indicadores de salud mental recabados durante la atención en el “Protocolo de Teleasistencia en Salud Mental”.
Un proyecto que se orienta a analizar la estabilidad emocional de los códigos: rojo (profesionales de salud mental: psicólogos y psiquiatras), amarillo (estudiantes voluntarios de teleasistencia) y verde (población en general).
Para llegar a los resultados que marcan la situación psicológica de la sociedad ecuatoriana, los estudiantes realizaron encuestas a cada uno de los códigos, con el fin de que posteriormente los docentes analicen los datos y presentar en conjunto la siguiente información clave:
Belén Paladines Costa, coordinadora del Observatorio de Drogas y Salud Mental OBASTAL de la UTPL, menciona que con este informe la academia da un paso grande, porque permite conocer cómo se encuentra el estado de salud mental de la población en general.
“Esto es un aporte que ayudará a que el Ministerio de Salud pueda tomar decisiones para elaborar planes de prevención primaria e intervención secundaria o terciaria al daño de la salud mental, enfocado a sectores considerados como los más vulnerables que se identificaron en las encuestas”.
Este proyecto de vinculación será un aporte para que las autoridades tengan una base informativa que les permita generar análisis y políticas de acuerdo con la situación de la salud mental de los ecuatorianos.
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